Carlos Ballarta: “me atormenta amargarme de más”

FOTOGRAFÍAS DE ALONSO QUIJANO

A Carlos Ballarta le regalaron un tatuaje. El que lleva impreso en su antebrazo derecho y la letra dice: “Puto el que lo lea”. El tatuador hacía mucho había hecho una promesa. El día que alguien se dejara rayar semejante frase en el cuerpo, no le costaría un peso. Así se juntaron el hambre con las ganas de comer.

Inevitablemente uno lee la frase y se carcajea.

Sólo alguien como él, un comediante que apenas abre la boca desata un pandemónium de risas, pero que durante casi una hora de conversación apenas y sonríe, que se confiesa víctima de bullyng escolar, un lector empedernido de Horacio Quiroga que también ha escrito cuentos “en serio” y que lleva en su indumentaria un tributo permanente a Kurt Cobain, podría haberse tatuado un chiste.

Mayor gesto de amor a la comedia no existe.

PLAYBOY: ¿Qué se siente estar de moda, cuando tienes todas las características físicas para no ponerte de moda en país discriminatorio como México?

BALLARTA: Muy raro, hasta me siento medio traicionado hacia a mí mismo. Antes de hacer este pedo, jamás me pasó que una morritas se me acercaron a decirme que estaba guapo.

PLAYBOY: Hace un tiempo leí que Fran Hevia puso en Facebook: “el stand up es el nuevo rock and roll”. ¿El escenario alteró la percepción de su persona?

BALLARTA: Me genera sentimientos encontrados. Cualquier persona que hace música, actúa o hace comedia es vulnerable sobre el escenario. Porque te expones como realmente eres, la gente lo percibe y te conoce un poco más de lo que te conocería si te viera un bar. Pero me genera sentimientos encontrados por el rechazo que experimento por la forma en cómo me veo. Porque ahora no estoy acostumbrado a que me acepten. Fran tiene razón. Quienes terminan haciendo a las figuras en el rock o en la comedia, es la gente. Son ellas quienes creen una versión de ti que no es la real. Sí es el nuevo rock por la adoración que sienten las personas por sus personajes.

PLAYBOY: No te parece paradójico que a los millennials le guste tanto el stand up comedy, que es tan artesanal, en el sentido de escribir y hablar, cuando a ellos les fascina lo tecnológico.

BALLARTA: Es que la gente no lo percibe, porque la banda nos ve en YouTube. Se quedan con eso: el pendejo contando chistes. Les gusta porque es inmediato, sólo le picas el botón y listo. No se ponen a pensar en lo que hay detrás. Esta generación lo quiere todo inmediato. Si el stand up se hubiera quedado en bares, si no hubiera llegado a YouTube, no le interesaría a los chavos.

PLAYBOY: Kike Vázquez dice que por cada 5 minutos de rutina efectiva hay muchas horas de trabajo, ¿hoy qué tanto te puedes dar el tiempo de escribir?

BALLARTA: Es importante ejercitar el músculo del cerebro, que no es lo mismo que estar de pinche chistosito las 24 horas del día. Cuando acabé mi show anterior en octubre, no hice otra cosa hasta febrero que escribir. Sentí que solo tenía 10 minutos buenos, ¡era muy frustrante! Cuando por fin me subí a probarlos en el Woko, funcionó relativamente bien. El chiste es tener identificado cuándo me toca escribir y cuándo subir al escenario. Así no te quedas estancado.

PLAYBOY: Una vez un boxeador famoso dijo en una entrevista que había borrachos que lo enfrentaban en un bar diciéndole: ‘a ver si tan machito, a ver si a mí me partes la madre’, pero él les respondía: ‘¿ah, sí? Pues si primero me pagas lo que cobro por subirme al ring, con mucho gusto’. ¿No te dan ganas de responder así a los que te piden que cuentes un chiste cuando no están en horario laboral?

BALLARTA: No me ha pasado algo así, lo que me pasa es que la banda se pone medio pesada. Me dicen: ‘¿Qué pedo, pinche Ballarta puto?’. Y yo así: ¡No mames, aguanta, que yo no vine a insultarte a tu chamba’ y la gente se enoja y me dice: ‘¿pues no que eres comediante? Tienes que aguantarte’. Porque no saben diferenciar. No se ponen a pensar que uno es una persona y no tiene la obligación de estar de chistoso 24/7.

PLAYBOY: Ese Kurt Cobain de quien eres tan fan y a quien rindes homenaje con tu mata y tus lentes, se pegó un tiro en la mandíbula, de acuerdo con su carta suicida, porque ya no le emocionada subirse al escenario. ¿Alguna vez te podría pasar lo mismo?

BALLARTA: ¿Qué las risas ya no me llenen? Puede ser. Hace un momento venía platicando con Jonás –Fierro, su manager– que me caga que me cague todo todo el tiempo. Veo a mis amigos, a Jonás, a Coco Celis, a Fran Hevia. Es banda que se la pasa chido bajo el escenario. Estamos tomando cervezas y ellos sacan chistes y se la pasan verga y cuando llega alguien nuevo, les cae bien. Porque están bien. A mí me molesta estar malhumorado todo el tiempo, porque no me la paso bien. Pero el mismo tiempo, el que me caguen tantas cosas me permite analizarlas a profundidad y convertirlas en chistes que a la gente le divierte. Estoy en una disyuntiva estúpida. ¿Qué tal si me deja de cagar el mundo? ¿Dejaré de funcionar? Porque estar malhumorado afecta a las personas que están cerca de mí. Me da miedo que me llegue a amargar más, pero me reconforta saber que de eso puede salir una mejor comedia.

Si quieres leer la entrevista completa, busca la edición de agosto de Playboy México…

Carlos Ballarta presenta su show Furia Ñera este viernes 9 de junio en la Carpa Astros a las 21:00 hrs. Los boletos se pueden comprar en www.eticket.mx