La Sexoteca de Eugenia: “No luches por su amor”
Hola, bienvenido a La Sexoteca de Eugenia. Cada vez que yo escriba, lo haré desde una perspectiva sexológica, pero también desde la experiencia de la práctica, porque me parece que es lo más cercano a la realidad que vivimos en la sociedad en la que estamos.
Algo que veo con frecuencia en las parejas, es que confunden las relaciones amorosas, con las relaciones de transacción. ¿A qué me refiero?
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Cuando ellas o ellos vienen y me dicen: “Quiero luchar por su amor“, “Si me quiere en su vida, no será tan fácil. Que le cueste, que demuestre el interés“, lo que esas personas están construyendo realmente, no es una relación de amor, sino una de transacción.
Yo hago algo para que el otro u otra me ame. Detengámonos un momento y pensemos: ¿realmente es amor?
Estamos tan acostumbrados a los cuentos donde el príncipe lucha por salvar a la princesa, que nos creímos el cuento de que quien diga amarme, tiene que demostrármelo. Tiene que hacer algo por mí. Tiene que luchar por mi amor. Y por si eso fuera poco, tiene que ser como yo quiero que sea, y además, amarme como yo quiero ser amado o amada, en lugar de permitirle que me ame como pueda con lo que tenga.
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Lo que yo veo en mis sesiones sexológicas con mis clientes, es que estamos tan acostumbrados a las relaciones de transacción, que las hemos confundido con amor. La idea de amor se ha desvirtuado. Y hoy, que me dirijo especialmente a los hombres lectores, te cuento, que han llegado conmigo muchos hombres cansados y desgastados por luchar por “el amor” de su pareja, empeñándose lo más que pueden en ser lo que ellas buscan, lo que ellas quieren. Cubrir sus expectativas. ¿Qué es lo que ve que pasa con eso? Que la mayoría de esos hombres nunca terminan de sentirse suficiente. Y sus parejas, nunca terminan de sentirse plenas, llenas, vamos, que nada es suficiente.
Y con mucha frecuencia, por no decir que en el 100% de los casos, esa sensación de no ser todo aquello que la pareja demanda, llega hasta la cama. Con el resultado que puedes estar imaginando mientras me lees.
Más temprano que tarde esas parejas comienzan a desarrollar más de un conflicto: pérdida del deseo, eyaculación precoz, pérdida de la erección, conflictos con el orgasmo, entre otras cosas, como la devaluación del concepto de uno mismo, y de mi relación.
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Esta forma de hacer pareja, es algo tan normalizado actualmente, que la gente suele creer que eso es el amor, y entonces después dicen, que el amor les ha decepcionado. Y no se dan cuenta de que en realidad nunca fue amor. Si no condición, transacción, intercambio, demanda.
Amarte es algo que yo decido. Y realmente nadie tendría que hacer algo para ser amado. Y quien decide amar, debería asumir la idea de que amar al otro no obliga al otro a corresponderme. Una de mis mancuernas, el psicoanalista Luis Felipe Díaz, posteó algo en sus estados de Whatsapp que me encantó y que decía: “Quien ama sabiendo por qué ama, no ama”. Alguien me dijo que no comprendía el post, y le dije, es sencillo: Si alguien me pregunta por qué amo a mi pareja, no es lo mismo decir: “Realmente no sé por qué lo amo, sólo sé que lo amo”, a decir, por ejemplo: “Ah lo amo porque siempre me lleva de paseo a todas partes, me compra lo que quiero, es muy detallista, buen proveedor, vivimos en una casa hermosa y la puso a mi nombre, nos vamos de vacaciones tres veces al año y me complace en todo”. ¿Verdad que no suena igual? Vale, pues a eso me refiero.
@sexologaeugeniaflo En Vida a Tu Vida aprende más sobre las discordias en las relaciones 💘 #sexóloga #eugeniaflo #amor #placer #conocimiento #plenitud #VidaATuVida ♬ sonido original – Eugenia Flo
Porque cuando tengo una relación de transacción, y de pronto la condición de vida cambia: la salud, la economía, la energía, es entonces cuando esas parejas suelen separarse. Si ya no tienes la moneda de cambio, entonces ya no me convienes, ya no me siento bien aquí, ¡adiós!
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Así que, piénsalo la siguiente ocasión. Y no luces por su amor. Construyan el amor sin condicionamientos. Y no confundamos la transacción con la reciprocidad. Son cosas distintas.
Feliz día querido lector, y recuerda que: “El mayor placer, te lo da el saber”.
