Remember me: Celia Lora, sensualidad sin filtros
En julio de 2017, la hija de la leyenda del rock, Celia Lora, se sentó a platicar con su papá para platicarle sobre su portada en Playboy México.
¿Qué es lo que más te gusta en la vida?
Viajar. Me emociona ir a lugares que conozco, y prefiero ir sola porque me entiendo mejor. Mucha gente le teme a la soledad, pero yo la disfruto enormemente.
¿A qué lugares has viajado?
¡No voy a acabar nunca! Estaría más fácil decirte cuáles me faltan. ¿No prefieres que mejor te cuente cuáles son mis favoritos? Ibiza me gusta mucho. Algunos me gustan mucho, pero no regresaría. Taiwán me gustó, también Japón. Shangai, aunque tampoco regresaría. A Singapur y a Hong Kong sí. Adonde quiero ir es a Rusia, Islandia y Romania, al castillo de Drácula.
¿Y de México?
Eso hay que decirlo: el sitio que más me gusta en el mundo es Cancún, la Riviera Maya. No hay nada como Tulum. Me decepcionó un poco Tailandia, por cierto. Yo pensaba que era como en la película de DiCaprio y no. Si yo no hubiera llevado zapatitos especiales no me hubiera podido meter al mar porque está lleno de piedras.
Como México no hay dos. La competencia es buena, pero nosotros somos mejores. (Risas)
¿Qué has aprendido de tus viajes y la gente que has conocido en ellos?
Lo que nunca aprendería en la escuela, lo que nadie te dice ni en un libro. A los latinos nos tienen por ignorantes en varias partes del mundo, pero los verdaderos ignorantes son ellos. Cuando fui a Nueva Zelanda me tuvieron cinco horas en Migración, cuestionándome que por qué si era mexicana tenía dinero, que a qué iba. Les respondí que a ver un concierto de AC/DC y me retaron a que les dijera tres canciones de ellos. Creían que era mentira. Piensan que todos los mexicanos nos vemos como Speedy González, y como sólo ven la tele, piensan que todos somos narcos y que yo era una mula que transportaba droga. No encontraban otra explicación a por qué un latino viajaba para allá.
De todo hay en la viña del Señor. ¿Has cotorreado con la gente en esos viajes?
Sí, por ejemplo cuando me fui a Tailandia a pasar mi cumpleaños en la fiesta de la Luna Llena, que tenía muchas ganas. Lo pasé con un gringo y una pareja de ingleses a los que conocía, pero son mis amigos hasta la fecha. Buenísima onda. También conocí a una amiga mexicana en Tel Aviv, cuando estuve estudiando hebreo en Israel, también es gran amiga. Esas experiencias te unen como visitantes. En Ibiza siempre haces amigos, porque todo va en buena actitud. Nunca ves una madriza ni nada de eso.
En ese rol has escuchado mucha música, ¿cuál es la que más te gusta?
La razón por la que viajo es la música. De no haber sido por AC/DC nunca hubiera viajado a Nueva Zelanda. Quise ir porque estaba en Asia y el cantante estaba enfermo, quedándose sordo. Los fui a ver y a los dos meses, Brian (Johnson) se retiró y pusieron a Axl (Rose) en su lugar. Me gusta de todo menos las cumbias, la banda y el reggaetón. Por Metallica he viajado un montón. Por Swedish House Mafia y David Guetta, a Ibiza a eso vas. He ido a Coachella también.
¿Y en México?
El año pasado vi cuatro veces a Guns N’ Roses, porque las primeras dos Axl vino en sillita. ¡Y yo lo quería ver bailar (risas)! A Metallica no fui porque estaba un poco molesta con ellos (risas).
¿Nunca pensaste en hacer un grupo y cantar tus propias rolas, como tu mamá y yo?
Ya no. Hubo un momento en que sí, pero no, ¡los músicos viven para trabajar! ¡No pueden hacer nada! Tú porque encontraste a mi mamá, pero no está fácil encontrar a alguien que te entienda en esta carrera. Una pareja con quien puedas llevar esa vida. Y luego, dime: ¿tú cuándo dis- frutas de unas vacaciones?
Sí, es una vida dura del rocanrolero, hay que tener vocación. Pero cuéntame, ¿qué comida es la que te gusta más?
Como de todo, menos rábano y el brócoli. Pero mi platillo favorito, lo que podría comer diario son los tacos. De todo tipo.
¿Cuál es tu mayor ambición en la vida?
Ser feliz, eso es todo. ¿Para qué hacer corajes con estupideces? La verdad sí soy más feliz sin galán. Además, no sé si soy yo o tengo suerte con los pendejos. Es un infierno. Es puro pelear.
Para mí, lo máximo es el chicharrón en salsa verde que prepara tu mamá pero, ¿ a ti te gusta cocinar?
Me gusta preparar comida para los demás. Me gusta hacer sushi. Las sopitas, los pastales.
Hemos probado el sushi que preparas y es riquísimo. Dime, ¿qué es lo que te motivó a aparecer en Playboy por segunda vez?
Para empezar, que me veo mejor. Siempre he sido fan de la revista. La compraba desde que tenía 16 y como tú dices, el estar con los fans es increíble. Fui a un evento a Monterrey, ¡y nunca me tomé tantas fotos en mi vida! Me sentía Kennedy (risas). No entiendo como hay gente que se dedica a esto y se rehúsa a tomarse fotos.
Aprovecho para disculparme con los fans que nunca me he tomado una foto… (risas)
