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Rafael Acosta: “Tus ojos”, un libro y un LP grabado de madrugada

Por: Arturo J. Flores 13 Abr 2022
Todo lo que escribí son mis vivencias. Mi editor decidió los cortes entre los libros. El que ya salió es la primera parte de mi carrera, la que abarca el principio de Los Locos del Ritmo.
Rafael Acosta: “Tus ojos”, un libro y un LP grabado de madrugada

Rafael Acosta fue el baterista de Los Locos del Ritmo y es autor de una de las canciones más emblemáticas del rock en español, “Tus ojos”. Recientemente, lanzó su primer libro. Lleva por título “El Rebelde. Nace el Rock & Roll en Español” y con ese pretexto nos reunimos a platicar con él.

Lo más difícil siempre es enfrentar la página en blanco, ¿cómo elegiste la historia por la que cual le entraste al libro?

Tengo un amigo abogado desde hace muchos años. Siempre que me veía con él y le contaba alguna anécdota de las que he acumulado en 64 años de carrera, me decía: “oiga, don Rafa, ¿por qué no mejor escribe un libro?

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Primero lo tomé de a loco, hasta que un día le tomé la palabra. Él me ayudó a acomodar las historias. Casi a diario teníamos ese proceso de que yo le dictaba y él las acomodaba. Hasta que un día le propuse algo: “le dictaré cosas hasta fin de mes y ya, porque si no, no acabaremos nunca. Mi libro saldrá póstumo y yo quiero que salga en vida”.

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Aún así, el libro completo tiene más de 600 páginas. Fui a una imprenta y me lo imprimieron. Así que con el manuscrito en la mano, empecé a buscarle editorial. En la primera que encontré me dieron un batazo de novato. Me cobraban cada libro impreso en mil pesos, así yo tenía que venderlo en 1001 pesos para poder ganarle un peso a cada ejemplar.

Total que el más barato de los editores me cobraba casi 600,000 pesos por todo el trabajo y yo dije, “¿de dónde saco ese dinero?”.

Hasta que un amigo me conectó con una editorial española. Ellos me sugirieron cortar el libro en varias partes y así, editamos el primer libro de varios que saldrán.

Se llama “El Rebelde” porque en mi época se usaban mucho los apodos, así que cuando entré a Los Locos del Ritmo, me lo pusieron porque era el menos fresa de todos.

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¿Existió pudor por no contar algo o te dejaste ir sin freno? ¿Ya que lo viste impreso no dijiste: “diablos, esto no lo hubiera escrito”?

Todo lo que escribí son mis vivencias. Mi editor decidió los cortes entre los libros. El que ya salió es la primera parte de mi carrera, la que abarca el principio de Los Locos del Ritmo.

En el primer manuscrito completo sí hay cosas que quisiera borrar, porque ésta fue mi primera experiencia como escritor, y tal vez algunas cosas no sean del interés de los fans.

Pero en general, no tengo nada qué ocultar ni nada de qué arrepentirme.

¿Qué pensaban tus contemporáneos de las canciones que escribías en aquellos tiempos en los que comenzabas?

Todo empezó cuando mis amigos y yo armamos grupo en la prepa 4 para poder tocar en las fiestas de los cuates. Tocábamos rocanrol en inglés, porque imitábamos a los grupos que escuchábamos en los discos. Ni siquiera nos pagaban por tocar.

Nos dimos cuenta que a la gente le agradaba escuchar el rocanrol en vivo y así llegamos a aparecer en algunos programas de televisión. Nosotros ensayábamos en la calle de Atenas, cerca del reloj chino y un día llegó al ensayo el papá de Toño de la Villa, el cantante. El señor era periodista de espectáculos en El Universal.

Nos puso sobre el piano un contrato de grabación con discos Orfeón que nunca supe cómo le hizo para conseguir. Porque la compañía jamás nos había escuchado. Nos contrataron a ciegas y a sordas.

En el contrato nos comprometíamos a grabar un LP de 12 canciones, ¡imagínate, nos quedamos mudos! Estábamos adquiriendo la responsabilidad de volvernos profesionales.

Al día siguiente, Toño y yo, que éramos los vagos del grupo, porque los otros no se saltarían una clase por nada del mundo, fuimos a conocer a la gente de Orfeón.

Fuimos varias veces buscando a un director artístico o alguien que nos atendiera, pero nadie nos hizo caso nunca. No entendíamos cómo nos habían dado un contrato, porque además éramos unos escuincles de 17 y 18 años.

Así que decidimos preparar nosotros mismos las canciones, por si acaso nos hablaban para grabar.

De las 12 canciones que tiene el primer LP, tradujimos seis de rock americano para montarlas en español. Un poco de todo, desde Elvis Presley a Ricky Nelson. Las otras seis quisimos que fuera música original. Entre esas seis iban las dos que las estaciones de radio más programaron en nuestra época.

Una era del guitarrista, Lucho González y la otra mía, de Rafael Acosta.

La tuya es “Tus ojos”, ¿cuál es la historia detrás de ella?

Dios me dio la oportunidad de componer y grabar la canción más emblemática del grupo. Hasta la fecha me la siguen pidiendo y yo la sigo tocando con mucho gusto.

Siempre me han impresionado los ojos de las mujeres. Descubrí que los ojos eran una ventana al interior de una persona. Una mirada te dice más que mil palabras. Así que me propuse escribir una canción que hablara de los ojos de las chavas.

Cuando por fin nos hablaron, la compañía nos dio parte de una noche para grabar todo el Long Play, de las 7:30 de la noche a las dos de la mañana.

La verdad es que llegábamos en condiciones paupérrimas al estudio. Tuve que contratar un bajista porque no teníamos y era inverosímil pensar en un grupo de rock sin bajo. Además, renté una batería porque yo sólo disponía de una tarola. Me alquilaron una padrísima en 150 pesos más los taxis en los que la transportaron.

Había un detalle. Normalmente los estudios grababan de día, pero después descubrimos que a nosotros nos habían citado de noche porque de día los vigilaba un delegado del Sindicato de Músicos y nosotros no estábamos inscritos.

¡Éramos unos estudiantes a los que invitaron a grabar un disco! Pero a las 7 se iba el delegado, así que a las 7:30 llegamos a grabar de manera clandestina.

¿Qué pasó después?

La compañía discográfica seguía sin pelarnos. El disco se quedó almacenado durante nueve meses. Pero en ese tiempo, el ambiente del rocanrol se calentó. Empezaron a grabar Los Rebeldes del Rock por un lado y Los Teen Tops por el otro.

A Los Rebeldes los llevó a la misma compañía que nosotros la mamá de Johnny Laboriel, que era la manager, y así grabaron un sencillo en español. La disquera los metió a la radio y empezaron a sonar.

Por eso Orfeón se acordó que tenía guardado el disco de unos mensos que se llamaban Los Locos del Ritmo y entonces sí, nos hizo caso. Nos tomaron la foto de la portada y lanzaron el disco.

Nada más que, fíjate que gran error, llevaron el disco completo a promoción, en vez de hacerlo con un sencillo. Así que en cada estación de radio ponían una canción diferente y por eso empezamos sonar fuertísimo.

Así se creó la trilogía de los pioneros del rock en español: Los Rebeldes del Rock, Los Locos del Ritmo y Los Teen Tops. Después, Peerless sacó a los Black Jeans, un grupo de niños burgueses que grabaron “La batalla de Jericó”, pero no les pegó porque esa canción no le decía nada al pueblo.

Finalmente, de toda esa etapa que me cuentas y está inmortalizada en tu libro, ¿cuál sería el punto más alto de rockstarismo en tu carrera?

Bendito sea Dios he tenido momentos muy intensos. Pero de este volumen uno del libro, sería precisamente el principio de mi carrera.

Ahí detallo cómo escribí “Tus ojos” y revelo quién fue mi musa. Existen más de 64 versiones distintas de la canción, ya es un clásico. El libro tiene doscientas y cacho de hojas. Se termina justo en el momento en que despega el grupo.

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Créeme, es increíble que hasta la fecha yo siga cobrando regalías por “Tus ojos”. Yo ni pregunto quién compra ese disco después de 63 años. Llego, cobro… ¡y con permiso!

En la Sociedad de Autores y Compositores existe una pirámide, en la que se ubican las canciones por su importancia. Abajo están los éxitos temporales, pero hasta arriba se ubican las joyas musicales. Roberto Cantoral, por ejemplo, tiene dos joyas. Es muy difícil llegar ahí.

Orgullosamente, “Tus ojos” es una joya musical y ahí seguirá por los siglos de los siglos.

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Arturo J. Flores
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