Álex Lora: “¡Qué viva el rocanrol!”
Calcula haber escrito más de 400 canciones y si alguna se le olvida, la gente se la recuerda. Esta es la tercera portada de su hija Celia en Playboy y para él, representa un orgullo que tú la quieras tanto.
PLAYBOY: ¿Cómo se siente subirse otra vez al escenario?
LORA: Hemos estado yendo y viniendo, de Estados Unidos a México. Hemos tocado en Texas, en Chicago, en Illinois y recientemente, a mi domadora le dieron un reconocimiento las Mujeres Emprendedoras en Delaware. Pero tocamos también en Mérida y en el aniversario de la muerte de Pancho Villa en Parral, Chihuahua y estuvimos en el intermedio de la final de la Liga MX cuando Cruz Azul fue campeón.
La gira se llama “Las Piedras se Vuelven a Encontrar” que tuvo su clímax en la Arena Ciudad de México.
En la tocada de Parral llegaron más de 10,000 bikers a los que les cantamos (toma la guitarra): “La libertad / que nos da la velocidad / hace que nunca podamos parar / porque nacimos para rodar…”
Desde el 16 de febrero de 2020 que estuvimos en el Rodeo Santa Fe no habíamos rocanroleado en Chilangolandia, quitando la vez del Cruz Azul. Pero en el medio tiempo estaban empatados, así que no fue tan prendido.
PLAYBOY: La tocada de la Arena representó además la celebración de tus 50 años junto a Chela. Quizá sea una de las relaciones de pareja más largas de las que se tenga noticia.
LORA: Así es, porque nos conocimos en el Festival de Avándaro en 1971, así que ya cumplimos 50 años de novios.
PLAYBOY: Ese día ella te entrevistó.
LORA: Sí, ahí fue el flechazo. Nos conocíamos por teléfono, pero ese día nos acabamos de enamorar.
PLAYBOY: ¿No te pareció que el 50 aniversario de Avándaro estuvo algo desangelado, debido a la pandemia?
LORA: Para nosotros no estuvo triste, porque andábamos en Chicago. El mero día, el 11 de septiembre, lo festejamos con una tocada en la que había como 50,000 personas. Fue muy rocanrolera nuestra celebración. Anteriormente, lo habíamos recordado también en una conferencia de prensa en el Hipódromo de las Américas en el que se presentó el libro “Yo Estuve en Avándaro” (con textos de Federico Rubli y fotografías de Graciela Iturbide), que fue nuestra despedida antes de irnos a Estados Unidos para seguir con “Las Piedras se Vuelven a Encontrar”.
PLAYBOY: Pero no todas las piedras se volvieron a encontrar. El Covid se llevó a varios de tus colegas, como Sax, de Maldita Vecindad, y durante la pandemia perdimos a gente como Charlie Monttana…
LORA: José Alfredo Jiménez Jr., el maestro Armando Manzanero, en fin. Ha sido muy doloroso. Por eso inventamos esta rola en coautoría con mi compadre Cirilo, de España: “No ha sido nada fácil esta situación / Mucha raza ya se nos adelantó / ¿Dónde están? / Dios se los llevó / El maestro Manzanero / Y el Vaquero Rocanrolero / siguen rocanroleando allá en el Cielo / Ahí están / Dios se los llevó / Y nos sigue paranoiando en las redes y en la televisión / Y seguimos viendo / La misma serie / que empezamos a ver / cuando empezó este infierno / la serie de pendejadas / que hace nuestro querido gobierno”. Esta rola viene en el disco “¿Qué chingón!”, que es el número 53 en la discografía del Tri.
PLAYBOY: ¿Te da miedo la muerte?
LORA: No, tenemos tres cosas seguras en la vida. La más segura es que nos vamos a morir. Pero también es seguro que vas a tener que pagar. ¡A huevo vas a tener que pagar! Y a todos nos van a mandar a la chingada… de esas tres cosas, nadie se salva. Ni el más fregón ni el más pendejo. Eso no falla.
PLAYBOY: Veo que llevas la cuenta de cuántos discos has sacado, ¿pero sabes cuántas canciones has escrito?
LORA: Deben ser más de 400. Son 53 discos, pero algunos de ellos son conciertos en los que toqué canciones que ya fueron grabadas con anterioridad, un par de rolas que se estrenan en vivo, y otros son recopilaciones. Yo calculo que son más de 400, más las que se acumulen este fin de semana.
PLAYBOY: ¿Y te acuerdas absolutamente de todas? Digamos, si un día llegan y te piden que toques una de hace 30 años, que no fue hit ni fue sencillo.
LORA: Tengo la ventaja de que la raza se las sabe mejor que yo. Si me dijeran de pronto, aviéntate la de “No hay pedo” (comienza a tocar la guitarra): “A todo hay pedo en esta vida / desde el momento de nacer / y aunque no haya pedo/lo tienen que hacer/y es que le hacen de a pedo / nomás por joder / pero no hay pedo / pues ya qué / miles de pedos me persiguen a donde quiera que voy / ayer tuve muchos pe- dos pero tengo mas hoy / y estoy metido en tantos pedos que ya no se ni quién soy / pero no hay pedo / pues ya qué…”
PLAYBOY: ¿Y la música? Porque aunque se trate de blues, si se te olvida la letra la canta la gente, ¿pero y la melodía o las notas?
LORA: Mira, en un momento dado la música tiene que ver, pero lo que la raza quiere es cantar las pendejadas que dice este monigote. Cuando le dieron el reconocimiento a mi domadora en Delaware, pedí que me prestaran una guitarra para cantar con la gente. Pero ya sabes cómo son los gabachos de cerrados: “No, ¿cómo crees? Es que hay que pedir una autorización” y no sé qué tanto. Les dije: “Bueno, cabrón, pero de todos modos vamos a cantar”.
Total que el reconocimiento se lo entregaron en el mismo teatro en el que Biden recibió su nominación, en ese mismo escenario. La raza se veía que quería cantar, así que les dije: “vamos a cantarle a mi domadora y a todas las mujeres emprendedoras de Latinoamérica esa… ella existió, sólo en un sueño…” y cantamos “Triste Canción” a capella. Sin música.
De hecho, cuando pusieron la estatua de Álex Lora, hubo un concierto para 25,000 personas. Yo ni siquiera iba a tocar con El Tri, iban a estar muchos grupos de banda. Sólo íbamos a cantar unas rolitas con mi armoniquista, Rafa “El Wea”. Total que cuando salí a tocar, se fue la lira porque había muchas personas hablando por los radios y se fue la señal de la guitarra.
Eso sucedió mientras estábamos tocando la de: “Virgen morena / tu raza te canta esta canción / con tu bendición…” y cuando se desconectó la guitarra, se quedó la pura armónica y yo le dije a la raza: “no se oye la lira, pero ustedes hagan la música”. Y todos empezaron a tararearla. Imagínate, 25 mil personas haciendo y eso y yo cantando encima: “Cuando la luna se empieza a ocultar…”. Ya para la segunda, mi secre me pudo colgar un cable y nos aventamos las otras rolas con guitarra.
PLAYBOY: Ahora que mencionas lo del reconocimiento de Chela, ¿has tenido que repensar y replantear alguna de tus canciones, como le sucedió a Molotov o a Café Tacvba, respecto a cómo se expresan de las mujeres? Se me ocurre que algunas como “No le hagas caso a tus papás” quizá sean percibidas de otra forma por las generaciones más jóvenes.
LORA: La única rola que tendría más o menos de esa onda sería “Las Viejas del Distrito Federal” toca la guitarra y canta): “Una vez tuve una nena / que se portaba muy mal / la cambié por otra / pero todas son igual / así son las viejas / del Distrito Federal…”.
Pero no, o sea a la raza es lo que le gusta. Por ejemplo, esa rola de “Renuncio”, es una rola muy cabrona, porque dice que renuncio y ya no quiero trabajar, ¿verdad? Pero después de la cuareterna todo mundo se quedó sin chamba, entonces yo pensé que nadie la querría escuchar porque lo que querían era chambear. Pero en las tocadas la gente grita: “¡Renuncio!” y pues yo (canta): “Renuncio / ya no quiero trabajar…”.
Es muy paradójica la situación. Cuando vamos a tocar a Santa Marta, al Reclusorio, se supone que ahí no hay que tirar mucho del gobierno y la represión, pero los mismos policías, los custodios, nos dicen: “Aviéntate la de ‘Abuso de Autoridad’” (Risas). La raza es la raza y la música, como comentábamos, es la manera de que la raza se olvide de sus broncas y se ría de su realidad. En el caso del Tri y el verdadero rocanrol, por lo menos.
PLAYBOY: Esta es la tercera portada de tu hija en Playboy. A la distancia, ¿cómo percibes su aparición?
LORA: Parece que fue ayer. Para mí es un honor y un orgullo, para mi domadora también, cómo la raza la quiere y está pendiente de ella. Los millones de seguidores y el éxito que tiene, para nosotros como padres es una gran satisfacción. Nosotros nunca fuimos como nuestros papás querían que fuéramos y pues nuestros hijos jamás serán como nosotros quisiéramos que fueran. Por eso, qué mejor que ella tenga éxito y tenga su camino trazado.
Cuando Celia apareció la primera vez en Playboy, no creas que mi domadora y ella me preguntaron: “¿tú qué opinas de que lo haga?”. Sólo me dijeron: “¡Ya salió!”.
Un valedor me preguntó una vez: “¿Es verdad que en las tocadas te gritan ‘suegro’?”. Y yo así de: cabrón, si me gritan “chinga tu madre, culero”, ¡no me van a gritar ‘suegro’!
Yo sólo les digo: así las hago, pero si quieren una me la tienen que pedir con anticipación, tengo un chingo de pedidos. Vayan llenando su solicitud y a ver si a mediados de año, tengo chance de hacerles el trabajito.
