Por Irlanda P. Vargas
Pal Norte -2015- from Omar Rodriguez on Vimeo.
Los colores aturdían la visión y los sentidos de los presentes, eso, y tal vez la cuantiosa cantidad de cervezas que todos ingeríamos con el único pretexto de olvidar los 30 grados de temperatura que hacían justicia a los sexys atuendos de regias y regios en el fundidora.
El naranja tan característico en esta edición del festival norteño, comenzó a transformarse en rojo y amor, al momento de subir Ximena Sariñana al escenario Indio para cantar éxitos como “Tina” y algunos otros de su más reciente disco.
Directamente desde el planeta Escrotox, el show de Galatzia comenzó a poner ambiente en el escenario Tecate Light, hardcoreando desde un inicio a la banda hibrido sexual que estaba reunida, dispuesta a formar parte de la pijamada lésbica a la que también invitaron al saxofonista de Telefunka para tocar.
Después del rosa chiclamino que dejó en el escenario la peluca de este extraño personaje, la lluvia recibió y despidió a los chilenos de Gondwana y a su estela rastafari verde, amarilla y roja, para acto seguido dar pie a las destrampadas melodías de 311.
La primer sorpresa de la noche la dio el cantante mexicano de música norteña Ramón Ayala, mismo que fue covereado por Kinky, durante la presentación de su polémico y no tan bien logrado Unplugged.
Los The Kooks pusieron a washa washear a la bandita, y después el energético bling bling de Flo Rida dejó a uno que otro sorprendido, aunque no tanto como sucedió con Big Boy, la segunda sorpresa de la noche, cuando de la nada salió a interpretar el sencillo “Sin tu Amor”, por el que algunos todavía recordamos su existencia.
Mientras que Residente y Visitante comenzaban su presentación con la misma rola de toda la vida, “Fiesta de Locos”, los Wookies en la Carpa Ascendente -uno de los escenarios más relegados de Pa’l Norte- dejaron sordos a los chapulines amantes del electro y aprovecharon para presentar a los regios su más reciente sencillo titulado “Daydream”.
Los fuegos artificiales robaron por un par de minutos la atención de los asistentes, antes de que Molotov hiciera acto de presencia en uno de los escenarios principales para llevar a cabo el cierre del primer día del festival.
El día sábado otro gallo cantó, un ambiente de kermés se apoderó del Parque Fundidora. Los chavos de Vans se pusieron guapos e innovaron con unos carritos chocones pa’ la fiesta, y atracciones características de una feria típica de pueblo como el registro civil, la ruleta, el ponle la cola al burro, globos, dardos, entre otras, entretuvieron a la gente mientras las cosas comenzaban a ponerse interesantes en los escenarios.
Amanditita, Fermín IV y La Gusana Ciega, recibieron a los que sin saberlo se convertirían ese día en 70 mil almas rockeras reunidas. La tuba de Nortec los puso a rebotar por un momento, y después el público tuvo la oportunidad de seguir recordando viejos tiempos con la presentación de la Aterciopelada más forever de las forever y sus rolitas de antaño.
Los Enanitos Verdes hicieron acto de presencia y hasta ahí se quedaron. Mientras que la aparición de Coolio sorprendió a varios de los regios, corroborando una vez más que el día sábado se convertiría en el día más retro, random y menos propositivo del festival.
Los Babasónicos dejaron mucho que desear con su chuleta desabrida, pero la roja y sexy cabellera de Shirley Manson, por fortuna hizo que muchos superarán ese amargo y aburrido trago, cantando obviamente éxitos noventeros como “Stupid Girl” y “I think I’m Paranoid”.
Café Tacuba logró que los regios comenzaran a echarle más ganitas a eso de la cantada y la coreada. Y claro, como no hacerlo, si el repertorio de los satelucos solamente incluyó parte de sus sencillos más representativos.
El momento que de plano no tuvo mamá, fue la aparición de Village People en la boda, digo, en el festival, cantando rolas como “Macho Man” y “Y.M.C.A”. Sin duda, la kermés-festival contemporánea más producida en La Sultana del norte.
Imagine Dragons nos dejó a todos con la boca abierta por lo larga y eterna que fue su participación, y el contexto nuevamente se torno medio campechano, con la presencia de Intocable en el escenario para poner punto final a los dos días de festival, y de paso, también para poner finalmente a cantar y bailar a los serios y callados norteñitos. ¡Colorín colorado, este cuento se ha terminado!