Entrevista con James Kaplan, el biógrafo de Frank Sinatra
James Kaplan, el autor de Frank: The Voice, nos cuenta sobre los orígenes italoamericanos del crooner, la afición de Sinatra por las mujeres hermosas y su resurgimiento de las cenizas.
Poca gente sabe que el padre de Sinatra era siciliano y que su madre era genovesa. ¿De qué manera se moldearon la personalidad y la carrera de Sinatra al crecer en la comunidad italoamericana de Hoboken?
KAPLAN: Fue una niñez muy intensa. Antes que nada, Hoboken solía ser llamada “la ciudad de una milla cuadrada”, era una ciudad muy pequeña cruzando el río Hudson desde la ciudad de Nueva York.
En el pasado, durante la infancia y adolescencia de Sinatra, era una ciudad que estaba compuesta de diferentes grupos étnicos, estaban los italoamericanos, los irlandeses americanos, los judíos que vivían ahí, era una América anticuada.
A pesar de ser hijo único, Frank vivió en un ambiente agradable, en una comunidad cálida y estricta. Su madre, Dolly Sinatra, era una persona muy importante en la comunidad, su padre estaba un poco más apartado, más enfocado a sí mismo, pero Dolly era una política del partido Demócrata de Hoboken.
También era partera, y en secreto también era abortista, con el sobrenombre “Hatpin Dolly” (Dolly alfiler de sombrero). No era algo muy bueno, pero ganó muy bien haciéndolo. Debido a la personalidad extrovertida de Dolly dentro de la estricta comunidad italoamericana, enseñó a muchos migrantes que no hablaban absolutamente nada de inglés.
Dolly era una gran mujer que no solo hablaba inglés, hablaba muchos dialectos de italiano, así que se podía comunicar fácilmente con la gente, con las familias a las que ayudaba en los partos, con las mujeres a las que apoyaba durante el aborto.
Políticamente, trataba de convencer a las familias, a los recién llegados, y a los italoamericanos para que se unieran al partido Demócrata. Todo esto forma parte de la niñez de Frank, estaba muy orgulloso de ser italoamericano.
Esta era una época en donde la estructura del poder en América era de blancos, anglosajones y protestantes, nada más. Si tú eras irlandés americano, italoamericano, judío, afroamericano desde luego, estabas fuera de esa estructura de poder, así que, en cierto modo, Frank estaba orgulloso y a la defensiva al mismo tiempo con respecto a sus orígenes étnicos.
Con respecto a John Quinlan, el maestro de canto de Sinatra, mencionas en el libro que “era un gran tenor de la Ópera Metropolitana antes de que lo expulsaran por beber.” ¿Qué fue lo que Quinlan le enseñó a Sinatra?
KAPLAN: Para entender la relación de Sinatra con Quinlan hay que hablar de la soledad de Sinatra. Desde muy temprana edad, Sinatra supo que él era un genio. Sentía esa genialidad muy dentro de sí mismo.
La sintió siendo un niño, escuchaba la armonía de las esferas, podemos reírnos de eso, suena un poco tonto, es algo maravillosamente tonto, pero creo que lo decía literalmente, escuchaba la música de una manera distinta a los demás.
Él sabía que poseía un regalo que lo hacía muy diferente de los otros, esto sin duda aumentó el tamaño de su ego, y también aumentó su soledad. John Quinlan fue un maestro al que Frank buscó al principio de su carrera.
Yo no diría que fueron amigos, yo diría que Quinlan fue un maestro de canto muy eficiente para Sinatra, fue un buen maestro que le enseñó a Frank más de lo que él pudo haber admitido, a Frank no le gustaba aceptar que tomaba clases de canto, le gustaba que el mundo pensara que él lo hacía todo por sí mismo, pero de hecho, Quinlan le enseñó a Sinatra a ser disciplinado con su voz, le enseñó muchos ejercicios vocales, y como resultado de estudiar con Quinlan, Sinatra se tomó muy en serio el control de la respiración, empezó a hacer ejercicios como nadar bajo el agua en la piscina, aguantando la respiración todo el tiempo.
Frank salía a correr en una época en la que nadie lo hacía, corría alrededor de la pista de la universidad local, y hacía todos estos ejercicios vocales.
De hecho, él y Quinlan escribieron un libro juntos sobre ejercicios vocales. Fue una relación muy importante y profesional, una relación técnica para Sinatra y no fue una relación de la que él tuviera mucho interés en profundizar años después.
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Uno de los elementos unificadores de The Voice es la relación de Sinatra con mujeres hermosas y talentosas como lo fueron Lana Turner y Marilyn Maxwell. ¿Sinatra tuvo una obsesión sexual con este tipo de mujeres, o esas relaciones se debieron a la resistencia del cantante a estar solo?
KAPLAN: Sí. Bueno, yo diría que la hipersexualidad de Sinatra fue el resultado de… ¿Qué se dice de los crímenes? Dicen que siempre son resultado de la motivación y la oportunidad.
Sinatra encontró una gran oportunidad en los primeros años de su carrera, cuando él y su familia se mudaron de la costa este a Hollywood.
Apenas llegó Frank a Hollywood se dio cuenta que estaba en la capital del mundo, las mujeres más bellas del mundo estaban en Hollywood, así que, para Frank, esta fue una gran oportunidad para poner en práctica esta hipersexualidad.
¿De dónde viene? No fue solo la oportunidad, creo que tuvo mucho que ver con la problemática relación con su madre. Dolly Sinatra era muy parecida a Frank, ambos eran personas muy impacientes, de carácter difícil, muy irritables.
Cuando Frank era niño, Dolly lo consentía y lo mantenía cerca de ella, pero en ocasiones, ella lo castigaba físicamente. En la taberna que rentaban Dolly y Marty, detrás de la barra, Dolly guardaba una vara.
Cuando Frank se portaba mal, Dolly lo golpeaba con la vara. Creo que, debido a su cariño intermitente y profundo Frank nunca estuvo seguro de su relación con Dolly y, psicoanalíticamente hablando, él nunca estuvo seguro de sus relaciones con las mujeres.
Así que, al llegar a Hollywood, Frank tenía un tipo de síndrome de Don Juan, esta necesidad de enamorar a cada mujer hermosa que veía, conquistarla y rápidamente continuar con su vida, sin crear ningún vínculo.
Creo que empezó a tener un vínculo con Marilyn Maxwell y con Lana Turner, pero creo que ninguna mujer tenía lo que se necesitaba para obligar a Frank a tener algo más que una relación superficial y temporal. Ava Gardner fue una situación totalmente distinta.
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¿Por qué era diferente?
KAPLAN: Ava Gardner era una de las más… sino es que la mujer más bella que cualquiera haya visto, hablé con gente que convivió con ella, y dicen que era un fenómeno como ningún otro.
Sin embargo, la cuestión con Ava Gardner, y lo que la diferenció de todas las otras hermosas mujeres de Hollywood, además de su singular belleza, fue su particular combinación de cualidades que la hicieron muy similar a Dolly Sinatra, y muy similar a Frank.
En muchos aspectos, Frank Sinatra y Ava Gardner eran la misma persona; sumamente inteligentes, sumamente valiosas, muy temperamentales, se enfadaban con facilidad y, como Frank, Ava tendía a ser promiscua.
Por algunas razones psicológicas, ella era hipersexual, tuvo muchos amantes a lo largo de su vida, cuando estuvo con Frank, así como antes y después. La diferencia entre Ava y todas las otras mujeres a las que Frank cortejó, fue que Ava fue la única a la que nunca pudo conquistar, esto le provocó una fascinación especial a Sinatra.
En muchos sentidos, ella tenía ventaja sobre Frank, ella no sería conquistada, no se ataría de manos, podía ser tan promiscua como él, podía mantenerlo con la misma duda con la que él solía tener a sus mujeres.
Frank y Ava habrían tenido pleitos violentos con frecuencia y justo después tendrían sexo de reconciliación. Este era el ciclo de la relación. Así funcionó hasta que terminó cuando Frank entró en un periodo complicado de su vida y de su carrera.
La carrera cinematográfica de Ava iba en ascenso, mientras que la carrera musical y cinematográfica de Frank caía en picada. Las carreras tomaban direcciones distintas, pronto Ava empezó a sentir lástima por Frank y esto no era romántico; no era nada atractivo para ella el tener a un hombre al que le tenía lastima.
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¿Qué es lo que hizo From Here to Eternity a la carrera de Sinatra?, ¿Cuál fue el impacto que le dio y como lo ayudó a revivir su carrera?
KAPLAN: Bueno, desde finales de los años cuarenta hasta el 25 de marzo de 1954, la noche de los Oscar, la carrera de Sinatra era una serie de desastres.
Un columnista de un periódico lo vio con “Lucky” Luciano en la Habana, en los periódicos había muchas fotos de él con mujeres hermosas que no eran su esposa, así que, a finales de los años cuarenta, Sinatra era visto como una superestrella a quien sus publicistas habían tratado de mostrar como un hombre de familia, pero quien, evidentemente, no lo era.
La música popular, los gustos musicales cambiaron y la música de Sinatra dejó de venderse. A corto plazo Sinatra fue despedido por su compañía discográfica Columbia, perdió a sus representantes y a su estudio cinematográfico MGM, su esposa Nancy se divorció de él y, al momento de casarse con Ava Gardner en 1951, él era la historia de un gran americano sin éxito, era un tipo que había hecho tantas cosas mal que todo el mundo estaba harto de él.
Cuando firma con Capitol Records en 1953, nadie en la compañía creyó que pudiera volver a vender un disco de nuevo.
Gracias a Alan Livingston, el ejecutivo de Capitol Records, y al arreglista Nelson Riddle, Sinatra empezó a hacer excelentes discos y cuando ganó el Oscar por From Here to Eternity no solo fue el comienzo del mayor regreso en la historia del entretenimiento, fue casi un cambio de rumbo inmediato.
Desde aquel momento en el que se aferró a esa estatua dorada, en el escenario, se transformó al instante, del fracaso al éxito.
Todos lo querían en sus películas, sus programas de televisión, que actuara en sus clubes nocturnos, fue una transformación muy rápida, la trayectoria ascendente de Frank Sinatra realmente nunca paró desde 1954 hasta 1995, que fue su última presentación.
Traducción: Daniela Lorenzo
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