God Save the Queen’s Musical (Gira 2014)

La globalización es total. Lo individual es un tabú. Todos ven las mismas películas, usan las mismas ropas y tienen los mismos pensamientos. La música es generada por las computadoras de la organización, el rock no se escucha y los instrumentos musicales están prohibidos.”

 

Así describe el comunicado de prensa la historia en la que se basa esta obra, escrita por el comediante Ben Elton, inspirada en el trabajo del grupo Queen.

 

Uno no puede leerla sin llegar a la conclusión de que no se trata de ningún futuro distópico, sino de nuestro presente. No hace falta sino echar un ojo a Forbes para verificar que nuestro planeta es controlado por una entidad formada por una decena de compañías que se reparte la riqueza. De ahí que digan que somos el 99% de los seres humanos los que vivimos sometidos por el otro 1%.

¿Vestimos ropa similar, tenemos pensamientos parecidos? Habrá quien lo discuta, pero la etiqueta de sus jeans lo pondrá en su lugar.  Con respecto a si los instrumentos musicales están prohibidos o no, existen elementos suficientes para pensar en lo que dice el boletín emitido por los medios acerca de que el monopolio crea las melodías tecnológicamente. Y si no se cree, basta con encender la radio o sintonizar el canal de videos.

 

Sin embargo, Elton –popular escritor, director, actor, novelista y fan de Queen –propone un tipo de revolución singular: a través del rock. Y resulta especial porque precisamente esa música es la que hoy parece ser maquilada al interior de las grandes industrias, la que unifica pensamientos e indumentarias, de la que se vale el Gran Hermano para “adormecer” cualquier molestia subversiva que sienta en su cuerpo mundial. Sin embargo, la alegoría funciona. El rock del grupo si no cambia el mundo real, cuando menos lo hace del telón hacia afuera. México tendrá la oportunidad de constatarlo en febrero, cuando We Will Rock You realice una gira por nuestro país para presentarse en los Auditorios: Nacional del D.F.; Telmex, de Guadalajara; y Banamex, de Monterrey. Ahí, los bohemios rebeldes –protagonistas de la historia– que esperan la llegada del “Mesías” del rock para acabar con el grupo, interpretarán clásicos de la talla de “Another One Bites The Dust”, “Bohemian Rhapsody” y “We Are The Champions”, asegurando más de dos horas de intenso karaoke. 

 

 

“Este show es toda una epopeya”, explica Ben Elton en el documento, “Tomamos la leyenda de Queen y creamos una historia fantástica de jóvenes luchadores en contra del vigoroso organismo que quiere eliminar la individualidad y el amor a la armonía. Ellos necesitan un héroe que los pueda ayudar en su lucha y tenemos a dos, un soñador Galileo y un descarado chaval Scaramouche”.

 

Se trata del mismo montaje que se puede ver desde hace 12 años en el teatro The Dominion, del West End londinense, aunque tropicalizado por la pluma del autor, que actualizó ciertas referencias a movimientos sociales y hasta incluyó una broma sobre Miley Cyrus y una referencia a Facebook (que dicho sea por mí, se parece a ese monopolio “ficticio” contra la que luchan los héroes) y su millón de amigos.

 

Es muy común escuchar gente que dice “no me gustan los musicales”. Y cuando se trata de ñoñas canciones de amor interpretadas por llorosas parejas separadas debido al cruento destino, yo me uno a su voz. Pero si hablamos de un concierto en el que escucharé canciones de Queen al mismo tiempo que en el escenario se desarrollan vistosas coreografías puedo darle una oportunidad. Hace un mes estuve afuera de ese teatro y me fue imposible conseguir una localidad para We Will Rock You. Estaban agotadas hasta muchas semanas después. Pero desde entonces no puedo quitarme de la cabeza la crítica colgada en la fachada del recinto: “Esta producción irradia suficiente electricidad para encender la ciudad entera”. 

 

Londres es muy oscura. Me la vendieron.