Paul McCartney en el Foro Sol: lo que la I.A. no puede hacer
Hay cosas que la inteligencia artificial aún no es capaz de hacer. Por ejemplo, pararse con una guitarra acústica delante de 65 mil personas y obligarlas escuchar atentamente la historia de un pájaro negro que espero toda su vida para desplEgar sus alas rotas y empezar a volar. La inteligencia artificial no es capaz. La sensibilidad de un músico británico de 81 años años llamado James Paul McCartney, sí.
Esta noche, la primera de dos que el Beatle traerá al Foro Sol la gira “Got Back”, habitan entre a audiencia un montón de pájaros negros. Sus alas rotas no les han impedido aterrizar en este sitio, como es el caso de Rebeca. Sus familiares la trajeron en silla de ruedas. Hace un mes y medio que no se levantaba de la cama a consecuencia una lesión en el músculo piramidal.
—Pensamos que sería un poco más complicado entrar, pero está muy bien organizado— me dice con ese mismo entusiasmo adolescente que debió estallar en sus ojos la primera vez que escuchó a los Beatles.
La supuesta muerte de Paul McCartney, el cómic que nos cuenta lo que pasó
—¿Cuál es su canción favorita?— le pregunto.
Por respuesta se arremanga la sudadera. Me presume un tatuaje en el que puede leerse el título de una canción lanzada por los de Liverpool en 1967: “All you need is love”.
Se la tatuó cuando tenía más o menos 55 años. Hoy Rebeca tiene 67. Esta es la primera vez que escuchará a Paul McCartney en vivo.
—Me la tatué ya grande, porque en mis tiempos de juventud hacerlo representaba un tabú. Era lo que mi mamá me decía cuando estaba en la edad de los novios y terminaba con ellos: “todo lo que necesitas es amor”. Se me quedó muy grabado.
Fue su hermana mayor la que le contagió el gusto por los Beatles. Porque Rebeca en realidad era fan de los Monkeys, un grupo norteamericano formado en 1966 y con el que se alimentó una rivalidad mediática con los británicos. Las hermanas compitieron hasta que a la menor la sedujo el legado de John, Ringo, George y Paul.
—Hoy quiero escuchar “Largo y sinuoso camino”, porque fue el tema de la boda de mi hermana. Ella ya falleció, así que yo vengo en su representación.
“Mi hermana ya no pudo venir”
With a little help from my friends
Poco después de las 9:00 PM, en las pantallas al lado del escenario se proyecta la emblemática figura del bajo para zurdos 500/1 de la marca alemana Höfner. Como si se tratara de Excálibur, su brillo desata una gritería que antecede la aparición no del Rey Arturo, sino de un Caballero de la Orden del Imperio Británico.
A diferencia de Lennon, McCartney no devolvió la medalla que la Reina Isabel II le entregó a los Beatles en 1965. Por eso, los fans corean un emotivo “oe, oe, oe, oeee… sir Paul, sir Paul” al que rápidamente aplastan las primeras notas de “Can’t by me love”.
Durante las próximas dos horas y un poco más, los asistentes al concierto de Paul McCartney se subieron a un DeLorean sin ruedas. Pero nadie tenía la intención de cambiar el presente. Sólo había que dejarse transportar al pasado para revivir aquellos primeros amores, desamores, lágrimas y sonrisas de las que están construidas las historias personales. Algo que la inteligencia artificial no conoce.
BoomBox, de Inteligencia Artificial y su setlist en el Corona Capital
Antes de que el concierto iniciara, Enrique me contaba que la primera vez que vio a Paul McCartney en vivo fue en 1993, durante la gira The New World Tour. Varias cosas han cambiado. Entonces, al vegetariano inglés lo acompañaba en los teclados la que era su esposa, Linda, que fallecería 5 años después. En aquella ocasión cantó 32 canciones y no 39, como esta noche. Y a Enrique lo acompañaba su mujer, aunque no las dos jovencitas vestidas con los uniformes de la banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta que nos toman fotografías y videos mientras lo entrevisto.
—Entonces estas niñas no existían— dice, conmovido.
“La primera vez que vi a Paul ellas aún no nacían”
Des eso carece la inteligencia artificial: de recuerdos. Incluso del exquisito dolor que se te hunde en el pecho cuando escuchas no una canción, sino AQUELLA canción.
Por eso Enrique quiere escuchar esta noche “Un día en la vida”.
—Es que en mis tiempos las nombrábamos en español— se disculpa.
Y continúa:
—En ese concierto del 93, me tocó en este mismo sitio —señala con el índice el lugar donde pisa— y en algún momento algún compañero de los que conocí aquí, se soltó a llorar mientras escuchábamos a McCartney. Le pregunté por qué lo hacía y me contestó que él siempre escuchaba a los Beatles con sus amigos, cuando eran adolescentes; y ahora,ya no sabía dónde estaban sus amigos ni qué había sido de ellos.
Bien lo sentencian los Beatles en “A day in the life”: la mayoría de las noticias del periódico son tristes y las de este día no son la excepción. Ayer, muchas personas marcharon sobre Reforma para manifestarse por la muerte del Magistrade Jesús Ociel Baena y en la Franja de Gaza y en Ucrania queda muy claro que los seres humanos no hemos aprendido a llevarnos bien.
“All you need is love” es algo que resulta más sencillo tatuárselo que ponerlo en práctica.
Ver esta publicación en Instagram
La inteligencia artificial ayudó a que semanas antes de este concierto, se diera a conocer lo que podría ser la última canción de los Beatles. “Now and then”, en la que la voz de John Lennon puede ser escuchada gracias a la intervención de las máquinas.
—Me gustó, está buena la armonía. Creo que la inteligencia artificial puede hacer cosas muy positivas— menciona Enrique, que me hace pensar en un episodio de La Dimensión Desconocida en la que una corporación se dedica a comprar los recuerdos de las personas para insertarlos en la mente de otras personas que no aprovecharon al máximo su vida. El hombre delante de mí sí que le ha sacado jugo a la suya. Por eso hoy se siente tan feliz.
Paul McCartney en. el Foro Sol. Foto de José Jorge Carreón / Cortesía de Ocesa
All you need is Paul
De entre la multitud de fanáticos del Cuarteto de Liverpool que faltan esta noche, porque la muerte les saltó al paso, sobresale uno: Manuel Guerrero, el locutor de “El Club de los Beatles”, que falleció apenas el 18 de octubre pasado.
Seguro estaría aquí, entre los miles que muy probablemente lo escuchaban en la radio. Tal vez se hubiera emocionado como nosotros con “Hey Jude”, “Live and let die”, “Let it be”, “Lady Madonna” y “Band on the run”, este último uno de los hits más emblemáticos de los Wings.
Igual que Lenny Kravitz y Drake Bell, que pese a su fama se convirtieron en uno más de los acólitos de McCartney esta noche en el Foro Sol y se entusiasmaron observándolo cambiar el bajo por la guitarra, el piano o el ukelele.
Porque a diferencia de los años 60, en los que la memoria únicamente se conservaba en el corazón, anoche debieron quedar registrados miles de videos con las caras de Johnny Depp y Natalie Portman en las pantallas para interpretar en lengua de señas “My Valentine” y que Paul le dedicó a su compañera sentimental Nancy Shevell, que igualmente estuvo presente.
Hay cosas que la inteligencia artificial sólo puede codificar, pero no experimentar. Como el entusiasmo que despertó escuchar a Paul referirse a “In spite of all the danger”, la primera canción que grabó con un grupo llamado The Quarrymen que después se volvería The Beatles; o celebrar que el zurdo rinde un tributo a Jimi Hendrix al final de “Let me roll it”, tocando el riff de “Foxy lady”.
Un podcast para músicos con problemas de salud mental
Fue la inteligencia artificial la que permitió que en 2023 exista una nueva canción con John, Ringo, George y Paul. Fue la tecnología la que hizo posible que en “I’ve got a feeling” el Foro Sol presenciara un dueto virtual con Lennon (“mi hermano”, como Paul lo describió). Pero seguirá siendo la raza humana quien transforme la música en emociones y frases como la que José Luis me regaló en una entrevista, antes de que Paul McCartney ofreciera al que, quién sabe, sea uno de los últimos conciertos que ofrezca en nuestro país.
—Hoy quiero escuchar “Aquí, allá y ahora”. Esa siempre me hacía llorar, porque creía que estaba enamorado.
Hoy sabe que lo está. Su esposa lo abraza mientras sostiene un cartel de la gira “Got back” con el escenario del Foro Sol a sus espaldas.
“Aquí, allá y en todas partes”
