Marita Koch y el récord olímpico que nadie se cree

Por Rodrigo Álvarez
@ralvmed
En octubre de 1985, en Canberra, Australia, la atleta de Alemania Oriental (el Estado comunista alemán, para los más jóvenes que no se acuerdan que hubo una época en la que había dos Alemanias) Marita Koch rompió el récord mundial en los 400 metros planos, con un tiempo de 47.60 segundos, es decir, un segundo y medio menos de lo que hizo la campeona mundial actual.
Desde el primer momento Marita fue duramente cuestionada por la velocidad que alcanzó ese día y es que entonces como ahora era prácticamente imposible correr a esa velocidad de manera natural.
Aunque es un hecho que nadie ha podido probar que Marita hiciera algo ilegal o malo, es un secreto a voces que las autoridades de Alemania Oriental dopaban sistemáticamente a sus atletas de todas las disciplinas para obtener ventajas deportivas, por razones políticas.
Cuando las dos Alemanias se unificaron en 1990, salieron a la luz todos los casos de dopaje de la antigua República Democrática Alemana y muchos atletas pidieron que sus nombres fueran eliminados de la lista de récords, muchos otros demandaron al gobierno alemán para que les diera una indemnización por las afectaciones que el dopaje les produjo, sin embargo, Marita siempre ha sostenido que ella no se dopo y que no será eliminada de la lista de récords.
Para la Federación Internacional de Atletismo el caso está cerrado, ya que el delito del dopaje en el deporte expira a los 10 años, mientras la atleta no confiese no hay nada que perseguir.
Así el récord más polémico del atletismo podrá seguir imbatible por mucho años, y luego dicen que la FIFA es de lo peor.