La triste historia del “otro” último concierto de los Beatles

Se cumplen 50 años del mítico concierto en la azotea de los Beatles, eventualmente la presentación se convirtió en la última de la banda inglesa; pero John, Paul, George y Ringo ya llevaban dos años sin realizar una actuación en público. El letargo no fue fortuito y fue decidido tras un terrible tour y concierto en Estados Unidos.
La maldición de Jesús
“El Cristianismo se irá, menguará y se desvanecerá. Nosotros somos ahora más populares que Jesús. (…) No sé qué desaparecerá antes, si el rock and roll o el cristianismo”, la respuesta que John Lennon a una pregunta sobre la religión que le dio Maureen Cleave en un principio se perdió en las múltiples entrevistas que realizaba la banda.
La calma se destruyó poco tiempo después cuando la revista estadounidense Datebook replicó la frase “más populares que Jesús” y la destacó en la portada del número de agosto de 1966. La publicación revivió la frase en el marco del regreso de los Beatles y desató un escándalo que marcó toda la gira que la banda iba a comenzar ese mes.
Por años los padres conservadores vieron en el rock and roll una muestra de la decadencia de una juventud que se estaba alejando de “las buenas costumbres”. Aquella cita era el combustible que necesitan para prender su fogata de indignación.
La banda recibió protestas, ataques verbales y amenazas de muerte, no querían que una banda blasfema recitara en el país puritano e incluso el tour estuvo a punto de ser cancelado.
Lennon explicó que su intención no era atacar a la figura religiosa y su frase hacía referencia a la reducción de personas que iban a la iglesia. De poco importó la explicación y los ataques no cesaron, e incluso el Ku Klux Klan se sumó a las amenazas de muerte.
Un final agridulce
A pesar de la oposición la banda logró terminar la gira en el Candlestick Park de San Francisco el 29 de agosto de 1966. Iba a ser su última presentación y la banda grabó en su totalidad el concierto, una noche épica para despedir su gran viaje.
Para la compañía que organizó el concierto se trató de un fracaso, la banda inglesa tocó para 25 mil personas, una multitud respetable si no se toma en cuenta que faltaron 7 mil boletos por vender. La controversia por fin los había afectado y no pudieron llenar su último concierto.
El Candlestick Park era un estadio de beisbol, la banda salió de los vestidores del equipo, rodeado de policías, y se dirigió al escenario, que estaba en el centro del campo y protegido con rejas. Parecía que querían estar lo más lejos posible de su público, en su mayoría femenino, quienes en numerosas ocasiones intentaron acercárseles, solamente para ser detenidas por las autoridades.
No se trató del fin de su carrera, tras el tour publicaron cuatro discos más: The Beatles (1968), Yellow Submarine (1969), Abbey Road (1969) y Let It Be (1970), probablemente sus mejores títulos, pero el encanto por tocar ante miles de personas había muerto.
El rock and roll era incómodo en la época y numerosos regímenes habían hecho todo lo posible para evitar los conciertos. En ese mismo tour sufrieron persecuciones y maltratos similares en Japón y Filipinas, todas estas experiencias fueron suficientes para la banda y tras el concierto de Candlestick Park decidieron que iba ser su última presentación en vivo.