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KING DIAMOND: “LA RELIGIÓN EXISTE PARA QUE EL HOMBRE HAGA EL MAL”

Por: Jafet Gallardo 31 May 2018
Platicamos con el cantante danés que el 6 de mayo actuará en el Palacio de los Deportes, tocando completo su […]
KING DIAMOND: “LA RELIGIÓN EXISTE PARA QUE EL HOMBRE HAGA EL MAL”

Platicamos con el cantante danés que el 6 de mayo actuará en el Palacio de los Deportes, tocando completo su disco “Abigail”. Tenemos 20 boletos dobles para quienes nos digan cuántas veces está mencionada la palabra “satanismo” en la entrevista.

*Boletos limitados. Si eres de los primeros en recogerlos podrás acompañarlos. Tendrás hasta el próximo 5 de mayo a las 12hrs. Para recogerlos. Una vez agotados nos deslindamos el derecho de disponibilidad.

POR ARTURO J. FLORES

En México, dos de los nombres que más le ponen las parejas a quienes les gusta el heavy metal, son precisamente Abigail y Melissa, debido a tus discos.

¿En serio? Es un honor para mí. Algunos de mis amigos lo han hecho. Sobre todo con Abigail.

¿Tienes algo con los nombres de mujeres?

No propiamente. Pero si echas un ojo a las películas de terror en las que hay una niña con poderes maléficos, siempre funcionan. Son una combinación muy efectiva.

 

En el caso de “Abigail”, el argumento de tu disco me parece más aterrador que las últimas películas hollywoodenses de terror que he visto.

Representa todo un reto hacer un disco conceptual. Tienes que asegurarte que cada escena que trazas en el disco, se ajuste a las demás. La gente se puede dar cuenta de los errores. Que los personajes se contradigan, por ejemplo. Es mucho más complejo trazar estos “árboles genealógicos” de los personajes –que uno tenga un hijo por ejemplo cuando la madre tiene 4 años, serían una gran errata– para que sepa exactamente dónde están parados y de quién descienden. Por eso me gusta partir de la realidad para hacer mis historias. Más de lo que la gente se imagina de la obra de King Diamond está tomado de la realidad. Por ejemplo, el lobo de “The house of God” es absolutamente real. Se trata de un cachorrito de lobo de ojos azules al que bauticé como “Angel”. Me lo regalaron como cachorrito de 8 años, ¡creció tan rápido! Fue un obsequio de unos amigos de mi exesposa, pero me en la necesidad de liberarlo, porque ya no era sano que viviera en la casa. Era curioso porque no ladra, entonces había quien se acercaba a mi casa y escuchaba su aullido. De ahí que mi canción “Goodbye” está inspirada en el día que le dije adiós a mi lobo. Por eso te digo que la mayoría de mis canciones están inspiradas en mi vida real.

Para esta gira, interpretarás “Abigail” en el mismo orden en que está grabado.

Lo hicimos en 2015, para el tour de aniversario. Luego lo tocamos en los festivales europeos y continuaremos en México. Todo estará ahí, no es una versión menor del espectáculo. Los cambios de escenografía, los ataúdes, la silla de ruedas. En realidad en este momento estoy concentrado en otro proyecto, pero me dije, ¿por qué no dar un dar un par de shows especiales? Además de México, el próximo será el 25 de junio en Sao Paulo y luego en Las Vegas, en agosto. No podemos volar con todo la producción porque es muy costoso, pero si podemos trasportarla por vía marítima. Estoy ultimando los detalles de un Blu-Ray que lanzaré de un show que hice en Estados Unidos en 2015, más algunos extras de un festival. ¡Será maravilloso! Pero antes daremos unos cuantos conciertos de “Abigail”, antes de empezar a escribir mi próxima historia de horror que sólo puedo adelantar, será completamente distinto porque además lo grabaré en mi casa. Tengo un estudio ahora, así que ya no dependo de los presupuestos y tiempos de nadie más. Si me da la gana crear un coro de 40 voces en Pro-Tools, ¡lo puedo hacer! Si un día amanezco afónico y no puedo cantar, tampoco estoy obligado a continuar porque cada minuto cuesta mucho dinero, ahora puedo descansar. Como sabes, dejé de fumar después de pasar por un ataque al corazón. Estoy haciendo ejerciendo, caminando algunas millas varias veces por semana, y puedo asegurar que mi voz está en su mejor momento. Normalmente los vocalista a mi edad dejan de alcanzar los registros más altos, se deterioran, pero yo me siento mejor que nunca. Porque ya no fumo, mi garganta se ha limpiado.

Abigail es prácticamente un musical y tomando en cuenta que hay algunos, como “Rock of ages” o “We will rock you” que incorporan rock pero no black metal ¿alguna vez te viste como un actor?

No lo había pensado, pero tiene que ver conmigo, sí. Representa un reto para mí cantar, interactuar con los actores y estar pendiente de la escenografía. Si yo escucho una grabación de un concierto, sé exactamente en dónde debo estar parado en cada momento, en qué momento interactuar con los actores o a qué parte del escenario moverme para que la maquinaria funcione. Sí es una especie de coreografía. Existe una parte del concierto, justo antes de comenzar la segunda mitad, en que me detengo en el balcón y hago algo con las manos que sirve como señal para que caiga una de los fondos y se alce el siguiente. ¡En cada show es exactamente igual y debe ser muy preciso! Luego bajo las escaleras, me coloco cerca de la plataforma de la batería y aplaudo. Es el momento en que la cajita musical guarda silencio y comienza formalmente la segunda fracción del espectáculo. Ahí viene el ataúd. No existe nadie en el escenario dándome instrucciones, todo se trata de ensayos y timing. Los músicos deben saber lo que voy a hacer para no interferir en mi camino. La abuela está en su silla de ruedas y sabe lo que viene a continuación. Pero nunca debe verse planeado, porque el show perdería el factor sorpresa. Esto es un show, no sólo un concierto.

 

“Abigail” fue publicado en 1987, ¿era más sencillo espantar a la gente en ese momento que 30 años después?

Es que nunca quise impresionar a nadie. Ese disco tiene que ver con mis intereses, con la Biblia Satánica que erróneamente se relaciona con una religión, porque el verdadero satanismo es una filosofía, no una religión. Alguna vez tuve la oportunidad de visitar la Iglesia de Satán y pasar toda una noche ahí, participando en sus rituales. También salí con la hija de Anton LaVey, Karla, y le mostré una carta que Anton me escribió de su propia mano. Suelo llevarla conmigo de gira, es un amuleto. Hace poco, en 2015, estuve de gira en San Francisco y Karla tuvo el detalle de llevarme a cenar al mismo restaurante al que su padre iba, en medio de la noche, si le daba hambre. No soy un tipo religioso, porque he visto a la religión cometer cualquier cantidad de barbaridades. He tenido experiencias metafísicas de toda clase, lo que ha vuelto un tipo espiritual, pero nunca me relacionará con una religión organizada. Ahora, eso no quiere decir que no crea que existe un Dios, un miles de dioses, honestamente no tengo ni idea. No existe una prueba de que exista o no. Si existiera esa prueba hace mucho que todos los seres humanos lo seguiríamos. Y yo respeto, si a alguien le funciona ser religioso, por mí está bien, pero yo también quiero que respeten entonces mi forma de creer. Yo intento respetar a todos. Nunca ha sido mi intención faltarles al respeto.

Sin embargo y aunque no sea tu intención, hay quienes aún se escandalizan con lo que haces.

Es curioso. Hay una parte en “Abigail” en la que la madre, Miriam, asesina al bebé. Nuestra muñeca se ve muy real y aterradora. Entonces la actriz la toma de las piernas para matarla. Cuando eso pasa, yo suelo ver las caras de la gente y hay más de una que tiene un gesto de “¡Oh, Dios mío!”. Sabes que la muñeca es un juguete, pero el contexto en el que sucede lo vuelve escalofriante.

En 2015, te viste en la necesidad de subir a tocar sin maquillaje. Pese a que la música es lo más importante, ¿te sentiste desprotegido?

No yo, pero sé que la gente sí se sintió incompleta. Tuve una infección en los ojos y el doctor me prohibió utilizar la pintura, o mi vista podría peligrar. Me puse entonces unos lente oscuros para protegerme de la luz. Creo que me parecía más a Drácula que a King Diamond. Funcionó, pero no lo haría si no tuviera que. Fue un show idéntico a los demás. Hice lo mismo de siempre, los mismos gestos y expresiones, pero sé que los fans sentían que algo les faltaba. Y es que el maquillaje sirve para enfatizar las expresiones. La primera vez que lo noté fue en 1974, con Peter Gabriel y Genesis. Él usaba maquillaje. Ese show me voló la cabeza. Luego vino Alice Cooper con “Welcome to my Nightmare” en 1975. En 1976 comencé a tocar en Brainstorm. Me puse algo de maquillaje blanco, luego eliminé el blanco y privilegié el negro.

 

Finalmente y ya que hablábamos de Anton LaVey y la Biblia Satánica. En las 11 Reglas Satánicas de la Tierra, la número 9 establece: “No lastimes nunca a niños pequeños”. ¿No son acaso precisamente los sacerdotes católicos quienes están incumpliéndola?

Existe una hipocresía muy grande entre quienes siguen algunas religiones. Muchos de quienes son esposos devotos que no faltan a misa, la noche anterior estuvieron divirtiéndose con otras mujeres. Cometen actos irresponsables sólo porque saben que un sacerdote los perdonará. Por eso la religión sólo sirve para hacer el mal.

Luego de escuchar tus canciones concluyo: eres más afín al terror de Poe que al de Lovecraft.

Así es. Me gustan ambos, pero Poe es mucho más mi estilo. Es un autor que apela a la justicia. Siempre quienes se portan como una mierda reciben un castigo horrible en sus historias. Karma is a bitch y eso él lo sabía muy bien, por eso era tan cruel con sus personajes. Yo escribí una historia y un disco, “The Puppet Master”, bastante influenciada por el sentido de la justicia de Poe.

 

 

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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