Juncko Tattoo: el artista que convierte el caos emocional en geometría sagrada

Sus tatuajes combinan estructura y sentimiento, blanco y negro con estallidos de color. Para Juncko, cada línea es una forma de sanar, un acto de amor propio y una declaración de libertad.
El artista mexicano llega a Ciudad de México para dejar su huella, literal y simbólicamente, en la piel de quienes buscan algo más que tinta. Antes, conversa con Playboy México.
Tus tatuajes combinan geometría, color y emociones. ¿Qué te lleva a buscar ese equilibrio entre la estructura y el caos emocional?
Ver esta publicación en Instagram
Siempre he sido creyente de que el arte es un reflejo de uno mismo. Algo que queremos gritar y expresar de alguna forma. La aceptación de quien somos es clave, aceptar lo bueno y lo malo; pero también trabajándolo y combinándolo para ser nuestra mejor versión .
Has dicho que usas el color como punto de energía y el blanco y negro como su negativo. ¿Cómo decides cuándo una historia necesita color y cuándo solo debe quedarse en sombras?
Depende mucho de lo que quiera el cliente, sin embargo, cuando me dan libertad absoluta, elijo combinar elementos gráficos que sumen de forma indirecta. El color, la saturación, la exageración, la parte fuerte de nuestra historia. Y el blanco y negro son los matices, aquello que le da balance al color y esa parte que contrasta dentro de nosotros mismos (lo que permanece oculto pero sabes que ahí está).
En tiempos donde los tatuajes se volvieron mainstream, ¿qué hace que uno siga siendo un acto de rebeldía o de libertad personal?
Antes se juzgaba por el simple hecho de tener un tatuaje. Ahora se juzga por lo que los demás se tatúan. La libertad viene del ser tú mismo, y siempre van a existir las opiniones: si el tatuaje es bueno, si fue buena idea, si significa algo, etc. al final da igual. ¡Tatúate por que quieres y punto! Si es solo por gusto, momento, experiencia o cualquier otra cosa. Si estás de acuerdo con ello y es parte de ti, sé libre de tatuarte.
Dices que cada tatuaje es una forma de catarsis. ¿Qué emoción has tatuado más veces: el amor, la pérdida o la rabia?
Es muy difícil responder esto. No creo que tenga una cifra de uno o de lo otro, pero sí puedo decir que al final plasmo y transformo esa energía en tinta. He tatuado a personas que se aman y quieren matching tattoos, o personas que perdieron un ser querido. Bueno, hasta personas que aman una franquicia y quieren una manga porque les apasiona y crecieron con ella. Por eso pienso que los tatuajes deben ser libres. Realmente nunca sabemos la emoción que esconde cada pieza.
Cuando te miras al espejo y ves tu propia piel tatuada, ¿te recuerdas a ti mismo o a las historias de los demás que también quedaron en ella?
Siempre hay cosas que recuerdo y llevo con orgullo. A veces puede ser la pieza; como mi perro que tengo en la mano. Lo llevo conmigo y lo recuerdo, pero también tengo tatuajes que me recuerdan a un momento en especial. Tengo una rosa en la pierna que me recuerda a uno de los meses más chidos de mi vida. Cada tatuaje es una historia, ya sea que lo cuente la portada, o el recuerdo en donde se escribió/ilustró.
El cuerpo es tu lienzo, pero también el de los demás. ¿Qué parte del cuerpo crees que revela más sobre una persona cuando decide tatuarse?
Pienso en dos lugares. La cara por ser la carta de presentación de las personas; y las manos. Personalmente, le doy más peso a las manos porque es la que nos contacta con todo, la que nos permite vivir experiencias en primera instancia. Claro que la cara también puede sentir, pero es más íntimo. Las manos deben ser especiales porque aparte de lo que ya mencioné, las vemos todo el tiempo. Debe ser algo clave y representativo que jamás te canses de ver una y otra vez.
¿Qué se siente tener el poder de marcar a alguien para siempre? ¿Alguna vez has sentido miedo de ese poder?
¡Claro! No siempre tengo el contexto de lo que tatúo y a veces es mejor ni preguntar. A mí me gusta más verlo como un servicio emocional y espiritual, en donde puedo traducir algo no palpable en arte permanente. Similar a la música en donde el arte nos conecta como individuos y energías.
Dices que un tatuaje puede sanar. ¿Y tú, qué tatuaje te hiciste para sanar algo propio?
En mis dedos me tatué “Love” y “Fear” por una metáfora que aprendí con un psicólogo. Me ayudó a entender mis relaciones y a mí mismo, incluso sanar el pasado. El amor es parecido al temor (fonéticamente hablando) pero son completamente opuestos. Cuando tenemos temor de perder a alguien, no es amor. Y cuando realmente amamos a alguien, no tenemos por qué temer. Me ayudó a mí mismo a sanar muchas inseguridades y a definir cómo me gusta ser, amar y crear.
Si pudieras tatuar a cualquier persona del pasado, viva o muerta, ¿a quién elegirías y qué le tatuarías?
Me gustaría tatuar a mi abuelita. Ella sí se quería tatuar, pero la verdad, fue muy tarde y nunca se pudo concretar. Le tatuaría algo que tuviera que ver con las aves porque de pequeño encontré un pajarito agonizando y mi abuelita lo revivió y ayudó a volver a volar. Eso me marcó y por lo mismo tengo un gorrión que la representa.
¿Cuál fue la petición más extraña o inesperada que te han hecho tatuar?
Quizás un medio común, me pidieron poner cenizas de una persona en la tinta y tatuarla. Por supuesto que rechacé a esa persona por los riesgos que esto puede representar, se enojó y se fue muy indignada, pero no le quita lo surreal. Las emociones son fuertes y me gusta conectar con mis clientes, pero hasta yo tengo límites y más si se relacionan a la salud.
New Concept Clínica Exclusiva para Hombres: ¿Ya la conoces?
