Joker, la última risa del Guasón
Cuando todo parecía perdido para el Universo DC, llega una actuación magistral de Joaquin Phoenix para sacarlo a flote, una delirante interpretación del maldito payaso al que Heath Ledger había llevado a un sitio muy alto, pero no insuperable.
¿Habrá alguien en el mundo que no sepa quién es el Joker? La verdad es que no lo creo, todos saben que es la némesis perfecta de Batman, pero al mismo tiempo su complemento. Todos reconocen su cara blanca, su traje color morado, su peculiar risa y el humor retorcido que maneja. Sin embargo, nadie sabe su origen, tal vez ni el propio Joker lo sepa. Desde 1940, año de su creación, su historia de vida es un misterio, aunque varios guionistas han querido crear uno; sin embargo, esa ambigüedad es la que ha nutrido al personaje de un halo especial.
La nueva película dirigida por Todd Phillips, ha levantado tal aluvión de críticas favorables que vino a revivir el vapuleado Universo Extendido de DC Cómics, que parecía hundirse sin remedio, cual Titanic cinematográfico. Su arma secreta fue escoger a Joaquin Phoenix, uno de esos actores que poco a poco se han ganado el respeto de la crítica y del público. En este momento ya nadie recuerda que hace años estaba a la sombra de River Phoenix, su talentoso hermano mayor, quien murió de sobredosis a los 23 años.
Un universo adulto
DC comics y Warner se dieron cuenta que lograr la épica de su competencia sería ya inútil, por eso decidieron apostar a crear cintas individuales de sus personajes más destacados u otros que podrían conectar con el gran público. Joker es el producto de esta nueva línea: cintas para adultos, que son el público al que se han dirigido en los cómics desde hace unas décadas. Aquí, el personaje interpretado por Phoenix es un hombre venido a menos, que luego de ser rechazado decide comenzar una revolución, que acabará confundiéndose con el crimen y la venganza.
A medio camino entre V de Vendetta y Taxi Driver, Arthur Fleck, un lastimero y perdedor cómico, acaba convirtiéndose en Joker, una suerte de líder de los desposeídos, que más que justicia, buscan revancha. Los guiños al Nueva York de Scorsese son más que evidentes, y más que una cinta de superhéroes al uso, nos regala una cinta adulta que refresca lo visto hasta este momento.
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Un papel de locura
Tomar el papel del Joker luego de la actuación de Heath Ledger, era lo equivalente a la tomar ese mismo papel después de la interpretación de Jack Nicholson. Pero tal vez lo que causaba más nerviosismo era que la dirigiera Todd Phillips, un director cumplidor de la industria, pero alejado completamente del aura de autor. Las cosas comenzaron a cambiar cuando se prometió que Martin Scorsese estaría involucrado en la producción, que el otrora actor fetiche del director neoyorquino, Robert De Niro, también aparecería y que se notarían las influencias de cintas nodales de la locura como El rey de la comedia y Taxi driver. Los primeros teaser tranquilizaron a la audiencia. Era un Joker macabro, realista, más cercano al cómic de La Broma asesina, que al demencial y fársico Arkham Asylum.
Un origen que cambia
Hay varios orígenes del Joker y ninguno es canónico. El primero de ellos fue en la década de los 40, donde se hacía pasar por Red Hood o Capucha roja, pero para escapar decide saltar a una piscina de ácidos. En una posterior, se hace llamar Jack y es un ladrón de bancos con desórdenes mentales, que luego de caer en la piscina de ácidos se obsesiona con Batman. En la cinta de Burton, se llama Jack Napier y es el asesino de los padres de Batman. En los cómics, actualmente, se asegura que ¡hay tres Jokers!
