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Márcale muy serio, dile que hay cosas que no se cerraron. No importa que hayan cortado hace cuatro años. Puedes decirle que tuviste una epifanía de la relación y necesitas discutirla… el sábado, en la noche.
Si te llevas bien con tu ex, esta es buenísima. Seguro es una gran chica que haría lo que fuera por sus amigos, aunque curiosamente la cites en un restaurante en pleno 14. A las mujeres les encanta sacarnos de problemas, apela a su lado defensor de los desvalidos. Te ayudará bastante.
Esa silla que compraron en un bazar hace como ocho años, servirá para algo más que sostener una planta (es tan vieja que nadie se puede sentar ahí). Dile que la verdad siempre la has querido y nunca le dijiste por buena onda, pero necesitan negociar algo: ella va contigo a cenar y se queda con la silla (da igual que no te importe la silla).
Lo sentimos. Es lo que te queda. Tu decides: la corta y discreta humillación con tu ex, o el escrutinio social que significa ser el forever alone en el bar deportivo (que igual ni te gustan) en plano sábado 14. Tú eliges.