Enzo Ferrari: 32 años sin el genio automovilístico

Han pasado 32 años desde que Enzo Ferrari partió de este mundo, dejando un vacío en el corazón de los apasionados por los motores y un lugar imposible de llenar para cualquier fabricante de autos.

Enzo Ferrari era un hombre visionario, decidido y apasionado, que desde 1929 se encargó de innovar el sector automotriz, sintiéndose cada vez más lejana aquella presentación del F40 —el último modelo que fue personalmente supervisado por Enzo — en 1987.

De joven, Enzo Ferrari estudiaba Ingeniería Mecánica, pero su educación se vio interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial, en la cual tuvo participación en el 3er Regimiento de Artillería de Montaña del Ejército italiano.

Un símbolo de guerra, convertido en un referente en el automovilismo

Durante su etapa vivida en el ejército italiano, Enzo Ferrari conoció un piloto veterano llamado Francesco Baracca, quien le obsequio a Enzo un collar que tenía grabado un Cavallino Rampante. Momentos después Francesco despego en su avión, pero su vuelo fue abatido por un avión austriaco, en 1918.

Baracca se convirtió en un mártir italiano que fue consumido por la guerra, pero jamás fue pensado que pasaría a la historia no sólo por su aporte militar, sino por su sello característico.

En 1923, cinco años después de la muerte de Francesco Baracca, Enzo Ferrari obtuvo su primera victoria en el Circuito de Savio, en Rávena. El padre de Francesco Baracca estuvo presente en el podio durante la ceremonia de entrega de premios.

Al año siguiente, Ferrari volvió a vencer en ese mismo trazado pero, esta vez, en el podio de los ganadores se encontró a la madre del aviador. Al poco tiempo, Ferrari visitó a los Condes de Baracca y, en esa ocasión, la mujer le dijo la frase histórica que todos conocemos: “Ferrari, pon el caballo de mi hijo en tu coche; te traerá suerte”. El resto es historia.

Una marca que representa un sueño

Enzo Ferrari estaba consciente que su marca es cara, que sus autos representan un gusto aspiracional y eso le llenaba de orgullo; “Los Ferrari son un sueño – la gente sueña con tener un coche tan especial, y con la excepción de unos pocos afortunados, para muchos seguirá siendo un sueño.”

Hasta la fecha, la frase “Cuando sea grande y tenga mucho dinero, comprar un Ferrari” sigue vigente, puesto que la casa de Maranello reveló sus números de 2019, donde se hizo oficial que por primera vez en su historia ha logrado vender más de 10,000 vehículos en todo el mundo, concretamente 10,131 unidades, lo que representa un crecimiento del 9.5% respecto al 2018, con ingresos netos para la marca de 3,700 millones de euros, lo que al tipo de cambio actual representa 4,156 millones de dólares, es decir 10.1% más que en el año anterior.

 Vida personal

“Es error decir que soy un triunfador. En la vida he perdido todo; Laura, mi hijo Dino, la primera fábrica, la juventud, la buena vista, la pasión por las
mujeres, muchas carreras y muchos coches.”

Una nube gris siempre deambuló a lo largo de la vida de Enzo Ferrari, puesto que su padre y hermano en 1916 a causa del brote de gripe que se dio en Italia, debido a los problemas de salud que padecía su hijo Dino Ferrari, que murió a los 24 años por una distrofia muscular, en 1956 y Laura, su esposa —aunque tuvo una relación extramarital, de la cual nació su segundo hijo, Piero— falleció en 1978.

Últimos días

Era poco más de la una de la tarde de un domingo 14 de agosto de 1988, cuando la vida de Enzo Ferrari arrancaba hacia otro mundo, debido a un problema en el riñón, que llevaba consumiéndolo desde hace mucho. Rodeado de la familia que quedaba, se fue en paz a los 90 años, con la certeza de que una parte de sí siempre viviría a través de sus autos.