El 26 de febrero de 1993, durante su primer concierto en México, Metallica interpretó dos covers. Lo hizo en el encore. Primero “Am I evil?”, de Diamond Head, y después “Last Caress”, de Misfits.
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Entonces la gente no cargaba consigo un dispositivo personal de video que le permitiera registrar el show. De otro modo, quizá el momento se hubiera viralizado como lo hizo la escena de Kirk Hammet y Robert Trujillo tocando una versión de “La Chona”, de Los Tucanes de Tijuana. Algo que tampoco resulta extraño si tomamos en cuenta que el performance se ha repetido a lo largo de la gira M72 de la agrupación californiana.
@pbmexico Metallica interpretó “La Chona”… ¿con qué debería responder Megadeth? #concerts #metallica #lachona ♬ sonido original – Playboy México
En España, por ejemplo, los dos tocaron “Bienvenidos”, de Miguel Ríos.
Metallica en el Estadio GNP. Foto: Liliana Estrada / Cortesía Ocesa.
Dicen las malas lenguas que el objetivo de su sainete es brindar un momento de respiro a Lars Ulrich, porque al parecer es a quien más le pesa el paso del tiempo.
Tres de los integrantes de Metallica ya son sexagenarios. Tal vez por eso de las 22 canciones que interpretaron en 1993, la lista se redujo a 15 en el presente.
También es evidente que el grupo administra muy bien su energía. Por eso, en la primera de las cuatro fechas en el Estadio GNP, Metallica arrancó con un auténtica sesión de cardio como “Creeping death”, pero paulatinamente fue bajando el tempo hasta que en “Nothing Else Matters”, Lars pudo juguetear un poco más con los habitantes del snake pit, para recuperar el aliento.
Resulta curioso pero simbólico que “La Chona” se haya llevado toda la atención. Mucho más que detalle, apenas reconocido por unos cuantos, de que al final de “Orion”, James Hetfield levantara la vista y el brazo hacia el cielo y dijera: “esto va para mi hermano Cliff Burton”.
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Sí, el mismo que falleció en un accidente carretero al salir arrojado del autobús de Metallica, durante su gira europea, el 27 de septiembre de 1986.
Pero hace mucho que Metallica se trata de mucho más que de música. Por eso la presencia de sus músicos en forma de skin en Fornite, les han ganado un reconocimiento entre los niños, quienes enloquecieron con la llegada de “Fuel”, porque recuerdan su videojuego favorito. Lo mismo pasa con los centennials y algunos millenilas, a los que “Master of Puppets”, con la que se clausura este primero de cuatro conciertos, les es familiar por la escena en la que Eddie Munson la toca en la guitarra.
“La Chona”, que debió haber sido un chascarrillo y no el recuerdo más emotivo que deja la presencia en México de Metallica, sólo vino a convertir en cano aquel meme que tanto se comparte en círculos metaleros: “Un día te arrepentirás de las cumbias que no bailaste por andar de rockerito”.
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Pero ni los Tucanes tocan cumbia ni Metallica hace mucho se trata de música.
Metallica en el Estadio GNP. Foto: Liliana Estrada / Cortesía Ocesa.
En el documental “Asesinato en la primera fila”, acerca de la escena de thrash metal de San Francisco, Kirk Hammet recuerda sus días con Exodus y dice, a propósito del fallecido cantante Paul Baloff: “él se aseguraba de que, si andabas con nosotros, estuvieras por la música, de que te gustara la música y no fueras un maldito poser”.
Ni Cliff ni Paul vivieron para escuchar a “La Chona”. A nosotros aún nos faltan tres conciertos más… pero todo valió por escuchar “Fight Fire with Fire”