El día que Alison Mosshart se pintó de nuestra cita
Usualmente uno no se toma un café con una estrella de rock. Pero a veces sí.
En un momento de la charla, le comento a Alison Mosshart que hace unos años la escuché cantar junto a The Dead Weather en Coachella. Lo que más me llamó la atención fue que las pantallas gigantes en las que se proyectó el concierto lo hicieron en blanco y negro, como para acentuar la oscuridad y la crudeza del grupo liderado por ella y Jack White. Le pregunto entonces que si tuviera que elegir colores para representar la música de The Dead Weather y The Kills —las principales agrupaciones en las que milita— cuáles serían.
Alison sonríe. Se toma un momento para pensar la respuesta y antes de hablar le da un sorbo al americano.
“The Kills sería todos los colores de la paleta, pero The Dead Weather es mucho más oscuro. Hay muchos azules y negro en su música”.
32 cuadros por semana
Nos encontramos en la glorieta de Cibeles de la colonia Roma, dos días después de la inauguración de la muestra ‘Side Effects’, conformada por 78 pinturas; 32 de ellas las hizo durante la última semana en la CDMX, como parte de una residencia artística a la que fue invitada.
“Esta ciudad es muy inspiradora. Desde que llegué no paré de pintar y todo ha sido grandioso, desde la gente, la arquitectura y hasta las resacas”. Lo dice una rubia de más o menos 1 metro 80, vestida de chaqueta de cuero, que se protege los ojos detrás de unas enormes gafas oscuras. Una de las figuras representativas del indie de los dosmiles. Exmodelo a la que le es imposible disimular su belleza y la forma refinada de caminar que tienen quienes han atravesado una pasarela.
Nunca salgo sin pinceles
De sus cuadros hay que decir que recuerdan un poco a Andy Warhol, de quien se confiesa devota admiradora. Pero también de Don Van Vliet, mejor conocido como el cantante de rock Captain Beefheart. Un músico bastante popular durante la década de los 60 y 70, que en 1982 se retiró de los escenarios para encerrarse en su casa a pintar. Cada vez que puede, Alison lo menciona como su principal influencia, además de su madre, que impartía clases de arte en una escuela secundaria.
Ella pinta mucho durante las giras. Dentro de tres días, saldrá de viaje con Jamie Hince, su compañero en The Kills, y no olvidará sus colores, cuadernos y pinceles. Para los ortodoxos, ella pudiera no ser una artista plástica formal, pero es que su escuela es mucho más punk.
“Desde muy joven me aficioné a dibujar, a hacer los flyers para las tocadas de mis amigos. Sacaba cientos de copias en una Xerox, ¡qué maravilla de copiadora!, y me lanzaba a la calle a repartirlos”, recuerda.
Los cuadros que Alison trajo a México, más los que pintó en suelo azteca, están a la venta. Sólo a día de la inauguración de ‘Side Effects’ —a la que asistieron los alemanes de Kadavar— en el Centro Cultural Panteón (Donceles 66), casi una decena encontró dueño.
Después del 5 de junio, la muestra se volverá itinerante en algunas galerías mexicanas, de las que se tendrá noticia por redes sociales. Pinturas viajeras como su autora, que ya no se termina el café porque tiene que salir corriendo a otro lado.
Side Effects
Centro Cultural Panteón
Donceles 66, Centro.
CDMX
