Dení Romero Conde: el arte en pro de las mujeres

Su nombre de origen otomí (flor) dictó desde un inicio que ella sería especial, Dení Romero Conde te transmite pasión y empatía con su arte y con sus palabras.
Sus inicios en el arte
Durante su infancia se acercó al dibujo, sin embargo, no se creyó lo suficientemente buena para incursionar en ese mundillo. Su hermano ya había tomado camino en el mismo y era muy bueno, Dení pensó que no tenía oportunidad y decidió desviarse un poco.
“Me empecé a clavar más en la parte de la fotografía porque era algo que podía controlar, no era cosa de ojo-mano, y durante años para mí se trató de conseguir buenas fotos con lo complicado de captar la belleza de paisajes naturales que por más que uno toma la foto no logra reflejar esto” comenta Conde.
Sin embargo, la vida le tenía otra sorpresa, la psicología, misma que la llevó de regreso a Francia, luego de establecerse un año allá. A los 30 años, se sintió inspirada por el país europeo y decidió retomar la pintura,
“Literal me metí a ver tutoriales en YouTube, compré mi material en Amazon y luego no sabía ni cómo agarrar el pincel. Mis primeros pasos eran un solo color e ir descubriendo todas las etapas de mezclar, de cómo pintar, si dejar que se seque o no y fue un camino de descubrimiento”.
Aunque preferiría no usar la palabra autodidacta, Dení aprendió sola, sin ayuda de los talleres que tanto le gustan. Claro, dándole el crédito a las exposiciones en Francia que la acercaron a conocer a otros artistas y sus técnicas.
¡ALV! El arte de la nueva masculinidad
Dení en pro de las mujeres, los animales y la Tierra
Actualmente, Dení ha pintado alrededor de 40 pinturas de las cuales, el 90 por ciento son mujeres y algunos hombres justificados por el acompañamiento de la fémina. El arte figurativo está en su dominio, sin embargo, busca otros rubros como el abstracto y las intervenciones fotográficas.
Dení comenzó su carrera en el año 2012 y espera con su arte aportar un granito en pro del empoderamiento de la mujer, los derechos de los animales y el cambio climático.
Dení es un gran ejemplo de que nunca es tarde para realizar tus sueños.
“Muchas personas dirán que “ya para qué” y esta es una invitación a la gente que no se quede con las ganas de explorar sus pasiones, de atreverse a la vida y no quedarnos con las ganas de nada”, finaliza.