¡ALV! El arte de la nueva masculinidad
El ilustrador Carlos Rodriguez, que en los últimos años ha causado gran sensación en las redes sociales por su forma de retratar al hombre desnudo, realizará una exposición en Nueva York con la que buscará derrumbar el mito del macho mexicano.
Explorar la cuenta de Instagram de Radriguez –como se hace llamar el artista plástico Carlos Rodríguez– significa sumergirse en una mezcla de deseo y delicadeza. En su obra, no solo está presente la diversidad sexual y queda manifiesto su apoyo a la comunidad LGBTQ+, sino también persiste una intención por replantear el concepto de masculinidad.
Cada figura presente en sus pinturas, esculturas y fotografías, emana ternura. Plantea al hombre lejos de la rudeza a la que culturalmente se nos ha acostumbrado.
Para Radriguez, sin importar la preferencia sexual de quien lo observa, lo varonil no tiene por qué estar peleado con la sensibilidad.
“Como hombre, haciendo a un lado el tema gay, me gusta mostrar la otra faceta de lo masculino. Crecí en provincia, en un hogar machista y desde muy temprano tuve que luchar contra la imposición de ciertas ideologías. Se nos enseña que los hombres no lloran, no son débiles y en cambio sí juegan fútbol, pero no es así. Mi trabajo exhibe al hombre que tiene derecho a mostrar sus emociones, sea o no gay”, afirma.
“El hombre puede ser divertido. No necesita ser agresivo para conquistar a alguien. Existe un montón de oportunidades en las que puede darse permiso de probar; de ir más allá de ser dominante, el más fuerte o el más competitivo. Es por ello, que dejar atrás las viejas ideas nos alejan de nuestro gran potencial masculino”.
¡A NEW YORK!
El próximo 28 de octubre, Radríguez tendrá una exposición en el Fortnight Institute, en New York. Contará con la curaduría de Fabiola Alondra & Jane Harmon. Su temática se enfoca en las sensaciones que provoca el verdadero amor.
¿Cancelado en la red?
Su trabajo también busca generar un punto de identificación con las mujeres. Ellas encuentran en su obra mucho más que lujuria. Aunque en sus piezas de cerámica sobresale el moldeado de enormes penes, al incorporar facciones suaves a los mismos, genera un contraste muy interesante.
“Existe un grupo cada vez más grande de mujeres interesadas en la cerámica. Les agrada que dibuje hombres desnudos, me han dicho que no hay otra cuenta de Instagram donde puedan verlos sin que luzcan agresivo. Me han dicho que les proyecto una figura masculina emocional y tierna que pueden relacionar con sus parejas. Como mis personajes son gorditos y barbones, adquieren ese toque entrañable”.
No siempre fue así. En un principio, Carlos Rodríguez realizó piezas mucho más explícitas. Varias de ellas fueron denunciadas y eliminadas de las redes. Incluso, le cerraron su primera cuenta de Instagram. Actualmente, con el nuevo tono que adquirió su trabajo, aún lidia con la censura a la que intenta burlar a través de la creatividad.
“En un principio mi trabajo era más rudo. Había penes erectos y era muy difícil lidiar con las políticas prohibitivas de Facebook e Instagram. Ahora procuro cuidar más la manera en que expreso lo que pienso. Es cansado tener que dar seguimiento a las denuncias”, se queja el artista.
Su mente trabaja todo el tiempo. No hay un día que deje de trabajar y es que su inspiración se nutre también de la actualidad.
“Como artista, tienes que mantenerte vigente. Desarrollar temas sociales, todo lo que tiene que ver con género y moda. Hay que estar al pendiente de lo que pasa a tu alrededor para que la creatividad no se apague”.
El niño que estudió diseño
La historia de Radriguez comenzó a escribirse desde niño. Su inquietud por dibujar lo llevó a estudiar diseño. Más adelante, cuando ya trabajaba como Director de Arte para una agencia de publicidad, decidió que se dedicaría de lleno a la ilustración.
“Mi etapa artística es reciente, tengo como cuatro años desarrollándola Estudié diseño gráfico y lo que me funcionó fue empezar a vender calzoncillos con mis diseños. La gente se empezó a interesar por mi trabajo, pero en realidad nunca tuve un plan bien trazado. Todo se dio de manera orgánica. La pintura y la cerámica las desarrollé de manera autodidacta, no tuve una formación profesional”, confiesa.
Uno de los objetivos de Carlos, es que la gente sienta placer a través de su arte, de ahí que la naturaleza esté presente en su trabajo.
“Mi obra invita a que tengas gozo y te entregues al placer de experimentar. Un entorno natural ayuda como conexión con ese paraíso”, concluye Radriguez.
