Celebra La Tremenda Korte 25 años de vida
En la opacidad de un modesto local en medio del centro de la Ciudad de México, La Tremenda Korte inició las previas a su aniversario número 25 de carrera ininterrumpida. Sobre un pequeño escenario, apretados, pero lo suficientemente cómodos, la banda se las arregló para repartir melodías y recuerdos para un grupo selecto y privilegiado de asistentes. Con apenas unas luces sobre ellos y el público sumergido en la oscuridad, la agrupación de ska ofreció la primera de sus últimas presentaciones antes de llegar a las bodas de plata.
«A seguir con esta misma actitud con la que hemos estado trabajando estos años, con la misma dedicación, con la misma emoción, porque tenemos la oportunidad de estar en el escenario», dijo Manuel Corona, “Manueloko”, antes de empezar la fiesta. La Tremenda Korte se aventuró hace un cuarto de siglo en el impredecible mundo de la música y ha sobrevivido. Lo que es más: ha vivido plenamente. Lo que es más incluso que eso: su estancia aún no acaba.
Dos bandas abridoras
Anunciaron luego la fecha de la ceremonia central de aniversario. El 20 de febrero del año próximo, en el teatro Ángela Peralta, La Tremenda Korte recibirá a todos sus fanáticos para celebrar los veinticinco años de aventuras, para cerrar una primera etapa que bien podría ser toda una carrera consumada.
Esa noche dieron una pequeña muestra de cómo sería. Antes, dos bandas amigas les prepararon el ambiente. El Poder del Barrio y La Rural pasaron fugaces por el escenario, cumplieron la encomienda de motivar a la audiencia para el punto álgido de la noche. Mientras tanto los miembros de la agrupación protagonista se daban un baño de popularidad. Caminaban entre los invitados, ofrecían fotos, mandaban videomensajes e intercambiaban palabras con los periodistas.
Tenemos el presente
Finalmente llegó el momento de cumplir con la faena. «Tenemos que seguir saliendo adelante. Tenemos que tener la visión bien plantada en el presente, porque el futuro es tan incierto. No existe todavía, lo que tenemos es el presente», dijo Corona ante la pregunta de en qué estado se encontraba la banda en el presente. Así lo es. No tiene muy claro qué es lo que harán, pero sí lo que hacen. Muy seguros de sí interpretaron los temas de memoria, sin siquiera trastabillar.
«Estamos bien contentos de poder compartir con ustedes, con amigos, esta posibilidad de tener una banda y cumplir muchos años con ella».
Manuel ‘Manueloko’ Corona.
No al reguetón
Eso sí. A pesar de que su sonido se mantiene prolijo, no parece tener el mismo efecto que solía engatusar a los más jóvenes. En la celebración de sus 25 años, la agrupación cosechó gran cantidad de fans, muchos de ellos presentes en la noche del miércoles, pero en algún momento su hechizo fue perdiendo impacto, su propuesta se disolvió entre otras tantas. «El público escucha ritmos como el reguetón y banda; y no es que esté mal; pero, de pronto, está como que muy alineado con el sistema», lamenta con cautela Manueloko.
Dentro de las paredes oscuras y con dibujos variopintos, se aglutinaban los fanáticos de La Tremenda Korte, la mayoría adultos, añejos, pero con la vestimenta y el ánimo de adolescentes. Veinticinco años después, ellos siguen ahí, asistiendo a las presentaciones del grupo que alguna vez les dedicó un mensaje que sintieron muy íntimo. La fidelidad, la verdadera, tampoco vence con los años. Entre todos armaron la fiesta. Canción tras canción, baile tras baile, trago tras trago. La presentación de los estelares transcurrió casi en un instante. Antes de retirarse, el protocolo de rigor. Deshacerse en agradecimientos, pasar lista de los nombres de cada uno de los integrantes, extender la canción para generar el ánimo y ponerle un final épico, con la energía acumulada de veinticinco años de trayectoria, de conciertos, de grabaciones, de firmar autógrafos y de tomarse fotos: veinticinco años de ska bien vividos.
