Alexa Zuart: cuando Neza se ríe de la Condesa

Por: Arturo Flores 29 Jun 2018

Un día de noviembre de 1995, a Alexa Zuart le dijeron que su mamá se iba a morir. Una afección […]
Alexa Zuart: cuando Neza se ríe de la Condesa

Un día de noviembre de 1995, a Alexa Zuart le dijeron que su mamá se iba a morir. Una afección cerebral la había puesto en coma. Pero milagrosamente despertó, y la familia de la pequeña consiguió un permiso especial para que la niña de apenas 5 años pudiera ver a su madre.

“Cuando la tuve enfrente, toda llena de tubos y sondas, lo único que se me ocurrió fue contarle un chiste”, dice la ganadora de la más reciente Guerra de Escuelas de Stand Up Comedy. “De repente, ella se puso a llorar. Así que mi familia me sacó de ahí y me regañaron horrible porque en vez de decirle a mi mamá que la quería mucho, le había contado un chiste”.

Fotografías de Adriana de Leonardo
www.adrianadeleonardo.com

Como la Comăneci

Infancia es destino, dijo Freud. Hay en quienes esta sentencia cae con el peso de una bomba. Mucho tiempo después, cuando la madre de Alexa se había recuperado, le explicó que si había derramado aquellas lágrimas, fue porque aquel chiste le había demostrado la entereza de su hija. Porque ella no se había desmoronado, la había querido hacer reír.

A partir de entonces, se acostumbró a carcajearse en medio de la adversidad. A hacer bromas cargadas de un humor negro tan particular que al principio parecen píldoras difíciles de tragar. Pero que en la final de la Guerra de Escuelas, acontecida el 9 de mayo en @ciento39, le valieron una calificación perfecta. Lo que la rumana Nadia Comăneci consiguió como gimnasta en 1976, Zuart lo replicó, toda proporción guardada, con la agilidad de su comedia.

Una situación paradójica para una maestra de primaria acostumbrada a calificar a sus alumnos. Obtuvo un promedio de 10.

Y lo hizo en el corazón de la Colonia Condesa, burlándose de sus habitantes endémicos: los hipsters que viven hacinados como roomies en un mismo departamento y endeudados a placer con sus tarjetas de crédito Black.

La felicidad se olvida

Su comedia es un símbolo de ajusticiamiento social, porque Alexa radica en Ciudad Nezahualcóyotl y como dice en el escenario, “mi casa estará en obra negra, pero es casa propia”.

Por eso durante la final de Guerra de Escuelas, además de provocar carcajadas, Alexa consiguió poner al público de su parte. Por momentos aquello parecía un mitin político y ella la candidata enardecida a mitad de un discurso.

–¿Cuándo dejaste de tener miedo a la inseguridad de Neza?

–Justo cuando me dio miedo que me mataran a mí. Esa ha sido mi manera de no tener miedo, riéndome de ello. Como cuando te asusta la oscuridad y mejor tratas de reírte. Porque no te puedes quedar en el dolor, no es sano para tu cerebro. Los primeros 5 años de mi vida, que fueron los que tuve a mi mamá sana, ya se me olvidaron. A partir de ahí, vinieron muchos momentos dolorosos y me tuve que acostumbrar a salir adelante por mí misma.

Fotografías de Adriana de Leonardo
www.adrianadeleonardo.com

La artista británica Wendy Wasserstein sostiene que la verdadera finalidad de la comedia es ocultar el dolor. Paul Auster considera que escribir comedia ayuda a poner las cosas en perspectiva, porque la humanidad ha ido de tragedia en tragedia y de horror en horror.

Para la enrevistada, hacer chistes sobre su propia mala fortuna es lo que la ha mantenido en pie. “Si te pasó a ti, tienes todo el derecho a burlarte”, establece. “A veces me preguntan si no me da pena contar en el escenario que vendí cartón, pero vergüenza me daría que mi familia se hubiera muerto de hambre. Como no sucedió, todo lo demás me importa poco”.

Miss Anarquía

En la más reciente edición de Guerra de Escuelas, durante la cual los profesores de Stand Up Comedy lanzan al ruedo a sus mejores estudiantes, Alexa compitió en representación del alumnado de Jurgan Jacobo, contra los similares de Gloria Rodríguez, Gus Proal, Tomás Strasberg, El Cojo Feliz, Bobby Comedia, Luiki Wiki e Isaac Salame.

Al final, se erigió campeona rompiendo con absolutamente todo aquello que el Manual de Carreño, escrito en 1853, dice que las señoritas no deberían hacer, como lo impreso en la página 72: “(…) entienda la mujer especialmente la mujer joven, que la dulzura de la voz es ella un atractivo de mucha más importancia que en el hombre: que el acto de gritar la desluce completamente”; o peor aún, “Los que contraen la costumbre de animar la sociedad con anécdotas chistosas, manifiestan un entendimiento vacío y un carácter poco elevado”.

–¿Cuál es la lección que más detestas enseñar como maestra?

Alexa se lo piensa un momento. Se repite a sí misma la pregunta un par de veces. Adopta una nueva posición en el sillón en el que se encuentra sentada, dentro de camerino del @ciento39, el mismo en el que moría de nervios la noche del 9 de mayo cuando ganó la Guerra de Escuelas. Finalmente habla.

–Odio enseñarles a que sigan el sistema. Porque soy una empleada y sigo órdenes. La dueña de la escuela vino a verme al show y sabe como soy, pero eso no quita que no me guste meter a los niños en un esquema tan cuadrado, que no les pueda poner música mientras trabajan porque no estamos en la cárcel, caray. No me gusta enseñarles a obedecer ciegamente, porque debería existir un equilibrio entre lo que les enseñamos y su propia capacidad de decisión. ¡Eso es lo que debería decir el Manual de Carreño!

Alexa se pone de pie. La iluminación está lista, el micrófono colocado en el pedestal y la cámara a punto de tirar el primer disparo. Hay que ir al escenario para arrancar con las fotografías.

“Me da mucho miedo que esos niños un día me encuentren cuando sean grandes y me reclamen no haberles enseñado con la verdad”.