2×1: Sangre, fuego y Vikingos
La serie de History Channel que temporada tras temporada aumenta su número de asiduos fanáticos, cargada de acción, guerra y mucha historia. Muy recomendada.
Por Iván Farías (@Ivanfariasc)
Hijos de Odin
Las series hasta ahora se han dedicado principalmente a ofrecer las aventuras y desventuras de médicos y detectives, dejando de lado muchas otras temáticas. Los dramas históricos han poco a poco obtenido un pequeño nicho dentro de la pequeña pantalla. Por eso no es extraño que un canal como The History Channel haya decidido incursionar en las series y con un tema que poco se ha tratado: Los vikingos.
Lo primero que salta a la vista de Vkings no es la cuidada producción, el tener a actores desconocidos en papeles centrales (la excepción es Gabriel Byrne), sino la forma en que tratan a estos personajes originarios de Escandinavia. La primera escena nos habla de su ferocidad al atacar pero también nos hace entender muchas de sus motivaciones.
Michael Hirst, la mente detrás de Los Tudor, es quien nos entrega esta historia que replantea punto por punto mucho de lo que creíamos sobre los vikingos y nos hace irnos compenetrando con ellos pese a su violencia y crueldad. Basado en las sagas históricas y muchos documentos históricos, la serie cuenta la vida Ragnar Lodbrok (interpretado por semi desconocido Travis Fimmel), quien de ser un simple granjero se convertiría en el primer escandinavo en tocar tierras al este del mar y el primero en saquear las costas francesas. Todo un héroe en las regiones nórdicas.
Lo más destacable de la serie es narrarnos la vida cotidiana de esta raza de guerreros contraponiéndola con las de los cristianos que se van encontrando a su paso. La vida comunitaria de un vikingo era más democrática y horizontal que la de un europeo normal bajo las órdenes de los reyes. De la misma manera, los derechos de las mujeres y su participación política eran más incluyentes que las de sus contrapartes en Francia o España. No es extraño que suecos, daneses, noruegos y filandenses en el siglo XX fueran a la avanzada en cuando a libertades sexuales y civiles.
Sangre y acero
Pese a que no tiene el presupuesto de una gran película su creador se las arregla para dar verosimilitud a los ropajes, escenarios, barcos y para las violentas batallas a las que un vikingo debe enfrentarse día con día. La serie esta dividida en dos temporadas de nueve capítulos (seguramente, por su éxito verá varias temporadas más) lo cual obliga muchas veces a desarrollar muy rápidamente a los personajes. El hermano de sangre del Ragnar Lodbrok, Rollo (Clive Standen), por ejemplo sufre un conflicto moral en el que desea trascender y agradar a sus dioses pero también le debe fidelidad a su hermano. Esta envidia será el motor de muchos conflictos pero por la velocidad de las acciones no podemos apreciar nunca un poco de introspección en este personaje.
Las mujeres encabezadas por la actriz Katheryn Winnick en el papel de Ladgerda, la esposa de Lodbrok, tiene un peso que va más allá de ser simples compañeras o preseas. En especial Ladgerda (o Laguertha) será un contrapeso ideal para la ferocidad de Lodbrok. La magía y las discusiones religosas también son moneda corriente dentro de la serie. Lodbrok entra a un monasterio y cuestiona a uno de los enclaustrados sobre su “Dios muerto”. Por eso fueron vencidos, dice, por que mis dioses están vivos.
Actualmente en su segunda temporada y con una tercera ya asegurada, ha llegado a México por medio del cable y también gracias a las compilaciones en DVD. En verdad una serie que no decepcionará a los sedientos coleccionadores de capítulos en la pequeña pantalla.
