Festival Remind GNP: un paseo de Antología Musical

No Funk Society abrió el festival Remind GNP tocando los primeros acordes que hicieron vibrar los treinta mil metros cuadrados del Infield del hipódromo de las Américas.
Al llegar al evento alcanzamos a ver, en la pista, una carrera de caballos jineteados por esbeltos jockeys. Una vez en el campo interior del recinto, no perdimos la oportunidad de tomarnos selfies con aquellos carros clásicos antiguos: Cadillacs, bochos y hasta un Taxi cocodrilo bien chulo. En eso andábamos cuando el contrabajeo de SZO se hizo notar con el meneo de nuestras cabezas y corrimos al escenario a ver qué show.
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La melomanía lúdica
Más tarde, Natalia Marrokin nos encantó con el soul de su voz mientras nos relajábamos tendidas sobre los costales suavecitos del área de juegos que se encontraba a unos metros del escenario “Bermuda”. Esa melomanía lúdica del venue fue lo que más nos gustó.
Y es que, entre banda y banda, había chance de jugar ping-pong de mesa, armar torres de madera gigantes, hacer rapel y hasta de echar el palomazo karaokero. La convergencia perfecta entre la exaltación musical de un concierto y el esparcimiento del juego garantizó diversión para toda la familia.
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Enseguida, Adishaku; banda auto descrita como “intergalactic Geechie” y “Space Gospel”, gustó mucho. Constancia existe en los videos -que no puedo mostrar- de mis amigas bailando en pleno goce. Natále tocó después y, cuál poderosa chamana; con su canto y rima trajo la lluvia; refrescando así la tierra del recinto hípico.
Una gran oferta gastronómica
Tanto gozo y compás nos despertó el hambre, así que fuimos a dar el rol por las carpas gastronómicas que ofrecieron rica variedad de comida y bebida aprueba de todo clima y paladar. Que ganas de unas chelas para apaciguar el calor. Mmm…que rico el pescado con papas. Dejamos para más tarde el postre: café calientito y marquesitas que dulcificaron la polifonía nocturna.
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Si ya la estábamos pasando chido, bueno… qué les cuento que se puso mejor cuando escuchamos los timbales y las trompetas de los Buena Vista All Stars provenientes del escenario principal. Así fue como la luna llena de la Ciudad de México se convirtió en “Una noche en la Habana”. Y pues ¡“Chan Chan”! Todos a mover la “Almendra” con harta “Candela” mientras nos contaban cantando en sones cubanos lo qué pasó en la Cachimba con Tula, que se quedó dormida y no apagó la vela.
La espera valió la pena
Con llovizna, bailongo y demasía de bebidas diuréticas, nos motivamos a buscar el sanitario ¡Que maravillosa ocasión! Pues nos topamos con el acid jazz en vivo de San Juan Project en el escenario Bermuda y nos volaron la cabeza. ¡Wooow! Con esos bits, la espera en la fila para el baño de mujeres sí estuvo chida. “Tlapalería Don Chuy” fue otro feliz descubrimiento: con su “afro- mexi – fiesta”, entraron por nuestros oídos sacudiéndonos el cuerpo y deleitando nuestra melomanía.
De vuelta al escenario principal, siguió el turno de Myst, el Soundtrack de varias generaciones. Espectáculo musical que, con sus covers ochenteros, llenaron de euforia a nuestras queridas tías y agradaron también a los más chavitos con un extenso popurrí que va desde Timbiriche hasta Earth, Wind & Fire; pasando por Whitney Houston y obvio… Luis Mi.

Los Aterciopelados. Cortesía: Remind GNP
Los Aterciopelados versionaron a Juan Gabriel
Luego nos prendimos cual florecitas rockeras con Aterciopelados tocando sus más grandes éxitos. Después de escuchar “Bolero Falaz”, complacidas nos preguntamos “¿Qué más se puede pedir?” … Y a punto de irnos, la banda colombiana respondió con su muy particular cadencia interpretando “He venido a pedirte perdón”, de Juan Gabriel; exquisito remate para un público mexicano. Nos quedamos hasta el final.
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Momentos cumbre se vivieron a ritmo del Dub-Reggae-Pop inglés de UB40. Esos metales: sax y trombones cimbraron partes internas de mí que no sabía que tenía, pero las sentí. Los coros masivos de toda la gente entonando al unísono “Red Red Wine” y “I Can´t Help Falling In Love With You” nos dejaron con la piel chinita.

UB40. Cortesía: Remind GNP.
El viaje musical en el tiempo
Casi al final, vi algunos fans caracterizados de Michael Jackson, muy ad hoc con el concepto del festival. Y es que no era para menos, pues para cerrar con broche de oro esperaban a ¡The Jacksons! En vivo y en directo con toda esa energía musical que ha movido generaciones desde 1969, interpretaron sus clásicos “Can You Feel it”, “Blame it on the Boogie” y “Never Can Say Goodbye” … sí, estuvo como de antología.
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Ya de camino a la salida nos encontramos una instalación vintage de objetos cotidianos: televisores de bulbos, teléfonos de disco, vinilos y juguetes de colección. Tal como el nombre del festival lo revela; dimos un paseo musical a través del tiempo, recordando sonidos icónicos de décadas pasadas en un espacio que animó el disfrute y convivencia de chicos y grandes.