La cámara como fetiche: detrás del erotismo de Belinda Garen

En la mitología griega, el minotauro era una de las criaturas más temidas. Motivado por el deseo y el placer más allá de la razón, de forma casi primitiva, este personaje necesitaba carne humana para sobrevivir. Por esta razón, fue encerrado en un laberinto del cual no podía escapar. La exposición So Called Photography, de Belinda Garen reinterpreta este mito capturando al erotismo en una cámara laberíntica.
Lizz responde a preguntas sobre sexo
El erotismo según Belinda Garen
Susan Sontag explica que el acto de fotografiar es mucho más que simplemente observar de modo pasivo, asemejándose más al voyeurismo sexual, el cual, de un modo discreto y a menudo explícito, busca motivar algo. Eso es precisamente lo que Garen explora en la muestra a partir del misterio y lo no revelado.
“El erotismo es una cuestión muy personal, por lo que más allá de ser explícito debe estimular la imaginación a partir de historias, de forma que quien vea las imágenes pueda construir una narrativa y terminarla por sí mismo”, explica Belinda Garen en entrevista con Playboy.
Cada pieza de la exposición So Called Photography se compone de una cámara análoga de principios del siglo XX que contiene fotografías expuestas pero no reveladas, una placa velada y un negativo de instantánea Fujifilm, siendo esta la única imagen visible. Además, las series retoman inspiración de la mitología griega y la poesía de Baudelaire y Federico Lorca.
Igualmente, todas las cámaras utilizadas en la exhibición son personajes de erotismo, pues para Garen la cámara es un artículo voyerista. A partir de sus características físicas estas se convierten en fetiches que contienen imágenes eróticas pero inaccesibles.
“Yo estoy ofreciendo una interpretación de cada mito o poema, pero al mostrar solamente un negativo, estoy invitando a que el público complete tanto la imagen como la historia que se encuentra capturada en cada rollo. Lo estoy invitando a entrar en un diálogo”, comenta la artista sobre la exposición So Called Photography.
Para Belinda Garen, el aspecto oculto es la clave del erotismo, pero es también lo que vincula a este con el arte, pues, acorde a ella: “El que logra hacer una obra de arte es aquel que toma en cuenta al futuro espectador”.
El erótico baño sagrado que la iglesia no pudo prohibir
La protesta detrás de la exposición So Called Photography
Desde 2012, Belinda Garen ha sido una de las artistas recurrentes de la galería Patricia Conde, la más destacada para la fotografía en Latinoamérica, con nombres como Steve Mccurry, Graciela Iturbide y Flor Garduño, entre otros. Al respecto, Belinda explica que siente una enorme responsabilidad de generar proyectos que aporten algo para las futuras generaciones.
Esta no es la primera vez que la artista juega con el erotismo. De sus dos décadas de trabajo, durante una de ellas colaboró con Playboy México. Sin embargo, la exposición So Called Photography aprovecha la oportunidad para reflexionar sobre la enorme producción y saturación de imágenes en la actualidad.
“Este proyecto es una contrapropuesta a partir de la no-imagen que en 18 cámaras retoma técnicas antiquísimas que te limitan en la cantidad de tomas y en la iluminación”, explica. El objetivo es que a partir de esto se pueda revalorar el oficio fotográfico y el consumo de imágenes.
Así, el uso de cámaras y técnicas análogas permite reforzar el vínculo entre lo erótico y el arte en la exposición So Called Photography, pues además de remitir al misterio y a la participación del espectador, fungen como aspectos clave de la denuncia que Garen busca comunicar. “Es un diálogo entre el espectador y yo en torno al personaje de la cámara”, concluye.