¿Cómo se hacen las escenas de sexo en el cine?

Para nosotros sólo se trata de 30 segundos, pero para los actores es probable que sean de los momentos más difíciles de una grabación: repeticiones que se prolongan por varias horas, observadores que guían cada movimiento y  el constante rodar de la película fotográfica captando cada momento; elementos que matarían cualquier resquicio de erotismo.

Los primeros pasos para la escena sexual

Antes que nada, el director habla con el actor si en la película se realizará una escena sexual o un desnudo. Cuando se está de acuerdo con este hecho, los responsables firman un documento con una cláusula de desnudo, donde especifican todo lo que el actor está dispuesto a hacer en cámara.

Uno de los casos más famosos de discusión entre el talento y el director se dio en la producción de La Montaña Sagrada (1973). George Harrison de los Beatles estaba considerado para protagonizar la película, pero rechazó el papel cuando se enteró que tendría que mostrar su ano en primer plano, escena que para Alejandro Jodorowsky era fundamental en la construcción de su personaje.

El director puede cambiar estos requerimientos en cualquier momento y el actor siempre tiene la posibilidad de rechazarlos, aunque estas modificaciones siempre deben darse con 24 horas de anticipación, nunca en el set.

Uno de estos desacuerdos pasó recientemente, cuando Brian “Astro” Bradley rechazó continuar en la serie Euphoria, cuando se enteró que su personaje en episodios futuros experimentaría con la homosexualidad. Este detalle no estaba en el guion original y eventualmente fue reemplazado con el actor Algee Smith, quien no tuvo problemas en grabar las escenas.

El clímax

Una vez que existe el acuerdo se realiza la grabación de la escena. Cada director tiene sus propias reglas, pero generalmente para este tipo de momentos únicamente están presentes las personas importantes.

Contrario a lo que se podría creer, en la mayoría de las ocasiones los actores no están completamente desnudos, generalmente utilizan mallas de color piel, prótesis y parches que cubren ciertas zonas. En cuanto a la relación sexual en ocasiones se colocan almohadas entre los actores o los parches evitan cualquier contacto íntimo.

No existe una forma correcta de filmar una escena de este tipo; por ejemplo, muchos directores gustan de mantener un completo silencio, otros dirigen la acción y en edición borran su voz e incluso algunos ven al acto como un baile donde la música no puede faltar.

La experiencia de los directores les hace darse cuenta que cada actor tiene diferentes aproximaciones hacia el desnudo y cualquier postura debe ser respetada. Sarah Treem menciona que diversos actores tienen partes en específico que no mostrarán en pantalla, por lo que el equipo de filmación debe trabajar para que en pantalla este ocultamiento sea natural, para ella este tipo de escenas son las que transmiten un mayor erotismo.

La naturaleza de algunas escenas hace que este tipo de técnicas sean imposibles, momento en el que entran los dobles de cuerpo y los efectos especiales; como sucedió en la quinta temporada de Game of Thrones, cuando Cersei tuvo que caminar por todo King’s Landing desnuda. Lena Headey realizó la caminata y actuó para los primeros planos; pero una doble fue la que realizó el desnudo y el rostro de la actriz fue reemplazado en la sala de edición.

Una aproximación similar se dio en Nymphomaniac (2013), donde la relación entre Shia LaBeouf y Stacy Martin fue hecha por dos actores porno y en la producción los rostros de los actores fueron integrados con efectos especiales.

Cambiando las escenas sexuales

Para los actores nunca serán fáciles este tipo de escenas, Natalie Dormer, que realizó este tipo de escenas en Game of Thrones y The Tudors, asegura que nadie se puede sentir cómodo con el sexo simulado: “La coreografía de las escenas sexuales es tan poco sexy y sin glamour. Todo está enfocado en los ángulos de la cámara, tienes que recrear el momento muchas veces. Es sólo sincronización y cuestiones técnicas”.

En este sentido el alcohol puede ayudar, el New York Times escribe que Adrian Lyne, director de Fatal Attraction (1983), recordó que para una escena sexual, Michael Douglas y Glenn Close se prepararon para la filmación con champaña y margaritas, todo para disipar la tensión.

Con el fin de hacer que estos momentos sean menos difíciles, en octubre pasado HBO contrató a “coordinadores de intimidad” para cada una de sus producciones, quienes se encargarían de verificar que toda escena sea profesional y no exista un potencial acoso sexual.

Adam Noble, profesor de la Universidad de Houston que ha trabajado en enseñar a los actores a practicar el consentimiento, en una entrevista para el Los Angeles Times afirmó que ya era tiempo que un trabajo como el suyo existiera debido a que siempre se ha llamado a un director de peleas cuando habrá una escena violenta, pero los actores estaban solos cuando se trataba de momentos con connotaciones sexuales.

El estudioso agregó que su trabajo es guiar la escena y servir de apoyo en caso de que alguno de los implicados no esté cómodo con la escena. Por ejemplo, en el caso de Brian Bradley, escuchar sobre los detalles en los que se sentía incómodo, de ser posible encontrar un punto medio entre los deseos del actor y el director, y en caso de no llegar a un acuerdo acabar la relación laboral sin coaccionar al talento, como sucedió en Euphoria.

¿El sexo ha sido real?

A pesar de todo, quienes realizan las escenas sexuales son humanos y es posible que exista una cierta química. El director de Big Little Lies (2017), Jean-Marc Vallée, asegura que nunca ha visto a un actor con una erección en sus años de trabajo, pero agrega que entre los protagonistas debe haber una conexión para que la escena sea convincente.

No obstante, han existido instancias donde la actuación, o los efectos, son tan convincentes que se asegura que el sexo fue real. Antes del estreno de Nymphomaniac, se rumoró que la ya citada escena sexual de Shia LaBeouf y Stacy Martin era real, pero con el tiempo se rebeló la verdad.

Por historias similares, el sexo real en pantalla en muchas ocasiones está lleno de rumores y leyendas urbanas, como los que aseguran que Marlon Brando violó en cámara a Maria Schneider en The Last Tango In Paris (1972), a pesar de que fue simulado.

No obstante, existen numerosas películas donde el sexo sí fue real y se presentó sin censura en pantalla. Obviamente el caso mejor conocido es Calígula (1979), que contiene una gran cantidad de escenas de sexo explícito; pero también existen cintas menos conocidas y evidentes como The Brown Bunny (2003), donde Chloë Sevigny con el tiempo reveló que sí le dio sexo oral a Vincent Gallo en pantalla, y más recientemente Marfa Girl 2 (2018), con acercamientos a genitales y relaciones sexuales sin simular.