Miguel ‘Piojo’ Herrera. Quitaré el asta bandera y pondré mi estatua en el Zócalo

Usa mocasines rojos con jeans y una camisa vaquera blanca con bordados azules. A simple vista, esta combinación sería un disparate en las pasarelas imaginarias del fashion callejero. Pero en el mundo de Miguel Herrera, la fórmula es exacta, porque las prendas tienen el ingrediente que las conjuga con justeza y elegancia, él mismo. El ‘Piojo’ se estrenó en este 2012 como técnico del América, al que sacó del fango cuando nadie le apostaba un peso, y lo llevó a Semifinales de la Liguilla. Ahora se pone la vara más alta, porque dice que para eso vino a este planeta, para ‘picar’ fuerte. Entre tanto, se alimenta con sorbos de ‘sangre’ cada día más nutridos.

PLAYBOY: ¿Se requiere ser mamón para estar en el América?

PIOJO: Creo que no, se ha estigmatizado de que o te agrandas o te desubicas o te vuelves mamón, pero estar en un equipo así significa que tienes ganas de trabajar. Lo que debemos tener claro es que los que somos figuras públicas tenemos la bendición de Dios de que puedes opinar y congratularte de que la gente te observa, escucha lo que dices y ve que somos seres humanos comunes y corrientes, aunque yo me creo más común que corriente (ríe).

PLAYBOY: ¿Desde cuándo se te antojó llegar a las Águilas?

PIOJO: Cuando salí del Atlante pensé que era el momento de trascender. Uno quiere estar donde los ojos están puestos, donde los triunfos te hacen grande y las derrotas te desaparecen. En México hay muchos equipos de gran calidad, pero para la afición sólo hay dos: América y Chivas.

PLAYBOY: Ha pasado que quien llega al Nido, si no se originó ahí, se echa a perder.

PIOJO: Si no tienes los pies en el piso, por lo mediático del equipo, sí te puede marear o perder.

PLAYBOY: Un estereotipo dice que el América es el burgués de la película.

PIOJO: Obviamente es el equipo poderoso económicamente, pero ha dejado de ser el único. Antes, entre los años 70 y 80, el equipo de las inversiones estratosféricas era el América, le echaba el ojo a alguien y mañana estaba seguro ahí. Hoy se ha emparejado mucho eso, hay ocho a nueve equipos que también pueden traer las contrataciones que tiene el América: Tigres, Monterrey, Santos Laguna, Toluca, Monarcas, Chivas, Cruz Azul y Jaguares.

PLAYBOY: Pero tú jugaste en Toros Neza y Atlante, un perfil distinto.

PIOJO: Sí, pero deseo demostrar que no todo lo que toca el América se ve mal. Hay que ser honestos, el América te da un estatus diferente. Sin duda es el más mediático, todo el mundo habla de él. Cada día me sorprendo más, llegamos a todas las plazas y el recibimiento es impresionante. Si vas a un hotel, se cierra para la gente, y ves a más de mil afuera esperándote para el autógrafo. Y hay otra cosa: A este equipo o lo quieres o lo odias, o te cae gordo o le vas. Pero es así, nos debemos a la gente.

PLAYBOY: ¿No atentas con tu sencillez a la tradición ególatra del americanista?

PIOJO: Se trata de cambiar eso. Me ha tocado gente que me pide una foto y me dice: “Oye, yo no soy americanista; es más, los odio, pero tú me caes bien”. Eso es algo bonito y la gente dejará de odiar al América, porque si tú haces que un grupo sea buena onda, la gente entenderá que el estereotipo puede cambiar.

PLAYBOY: ¿Crees que después de tener a un jugador ídolo de barrio como Cuauhtémoc Blanco, y ahora a ti como técnico, la estrategia de marketing sea contratar a gente con una imagen más cercana al pueblo?

PIOJO: Ojalá, pero creo que la mejor manera de acercar a la gente a un equipo, de ganar adeptos, es con resultados. Y Cuauhtémoc le dio dos Títulos a la afición, le dio calidad, entrega y determinación, es de barrio y muy querido. Si es estrategia, es muy buena.

PLAYBOY: ¿Por qué no le das la oportunidad a Cuauhtémoc de despedirse en el América? ¿Ya está muy viejo?

PIOJO: Tú sabes que soy muy frontal y nunca se me hizo esa propuesta. Cuando estaba por empezar el torneo pasado, le pregunté al presidente deportivo Ricardo Peláez y él me dijo: “sí, hay que hacerle un partido de homenaje”. Pero hasta ahí. Yo no tengo amistad con Cuauhtémoc, pero nos hablamos bien y nunca tuve en mis manos esa decisión. También el jugador debe entender que los mejores años pasan y cuando te empieza llegar el síndrome de ‘quiero estar y quiero estar’ es cuando te viene la decadencia más fuerte en tu carrera. A Cuauhtémoc nunca se le va a quitar el talento, aunque tenga 60 años, pero no sé que vaya a pasar, porque él no quiere irse en un partido, quiere jugar todo un torneo. Si me lo llegan a proponer Peláez o Yon de Luisa, que es el presidente operativo, o si lo hace el dueño del equipo, Emilio Azcárraga Jean, en ese momento definiremos esta situación y saldré a dar la cara como siempre por mis convicciones y por lo que digo. Porque yo veo que Cuauhtémoc será un ídolo siempre, como un Carlos Reinoso, o un Enrique Borja.

PLAYBOY: O sea que sí le darías chance de jugar.

PIOJO: Nos sentaríamos a platicar. Pero él deberá entender que la necesidad del técnico es poner a jugar a los 11 mejores en lo físico, técnico y emocional. Hoy el futbol es más físico, sin olvidar que los jugadores técnicos son muy importantes, pero si no tienes un desgaste es difícil obtener resultados. El futbol ya no es tan pausado como en los años 70. Ahora debes correr los 90 minutos, pelear la pelota cuando no la tienes y correr cuando sí.

PLAYBOY: ¿Sería un ‘jugador de vestuario’?

PIOJO: Debe ser un jugador importante para el equipo en todos los sentidos. Debe estar consciente de que si ya no puede jugar los 90 minutos, esté dispuesto para hacer labor de todo tipo y de convencerme de que está listo para jugar. Pero estoy seguro de que esa decisión no va a pasar por mí ni por los presidentes, sino por el dueño del equipo, que él nos va a decir “siéntense con Cuauhtémoc a platicar”, si es que se llega a dar la situación.

PLAYBOY: ¿No crees que le afecte que haga comerciales en Elektra y que tenga una novia en TV Azteca?

PIOJO: Creo que nada tiene que ver. Cuauhtémoc es un tipo tan sui géneris que puede hacer lo mismo comerciales de bombero o de dentista, como le hemos visto en Estados Unidos, porque es el carisma de un tipo ligado a la gente americanista que lo adora, pero que en la Selección todo el mundo aplaude, porque ahí se olvidan los colores de los equipos y es un ídolo nacional.

PLAYBOY: Sobre tu personalidad y tu forma de vestir, ¿te consideras pintoresco o excéntrico? Hay quien dice que la diferencia está en el dinero.

PIOJO: Un poco de las dos cosas. La excentricidad no creo que tenga que ver con el dinero. Bueno, la mayoría de las veces sí, pero pasa más porque te quieres ver bien, portar una imagen buena, que la gente diga: “mira, este tipo se viste bien, se arregla, qué buen porte tiene”. O a veces oyes en la tele que dicen “mira sus trajes carísimos” y todo ese rollo. Se trata de invertir para mostrar lo que pretendes ser, porque para ser, primero hay que parecer, por eso intento salir bien a los partidos, para que el jugador también tenga una idea y diga “el tipo que nos dirige es un tipo con presencia”, y eso es importante. Y a veces caes en lo pintoresco, a la gente le gusta idealizar mi caricatura, que si con los trajes buenos, que con el cabello aplastado o los pelos parados. Eso sí, no me gustaría que me dijeran que soy un tipo excéntrico y mamón. Tengo unas caricaturas buenísimas de Los Picapiedra, donde los aficionados me ponen como Pablo Mármol y nada más le han ido cambiando el traje. La verdad a mí me da risa y me encantan, las colecciono (dice y muestra el álbum en su celular).

PLAYBOY: No cualquiera usa

mocasines rojos.

PIOJO: Te digo que no pasa por la excentricidad sino por el gusto de cada uno. Inviertes en tu vestuario y le rascas a las revistas para saber cómo vestir.

PLAYBOY: Ah, entonces lees y te preparas al respecto.

PIOJO: Claro, y si quieres vamos al guardarropa. Mi esposa se enoja porque me dice que lo ocupo más que una mujer. Tengo la necesidad de usar dos clósets.

PLAYBOY: ¿Cuántos trajes tienes?

PIOJO: La última vez que los contó mi hija eran 85. Me gustan más los Ermenegildo Zegna y Armani, pero también uso Hugo Boss, Corneliani, Brioni, y a veces hasta Zara. Algunos me los mando a hacer. Tengo el problema de que mi cuello es bastante ancho y normalmente me mando a hacer las camisas, y no es por mamón, pero tengo cuello 18 y medio, por lo que me deben quedar bien. Me gustan más el negro y el gris, pero uso más colores. Dice mi mujer que soy un gastalón compulsivo y sí, a lo mejor es mi parte femenina, dicen que todos los hombres la tenemos.

PLAYBOY: Las corbatas son el toque de distinción.

PIOJO: Sí, pero no tengo una marca favorita. Como ves, tengo de Versace, Zegna, Hermes, Leonard, Gucci, Armani…

PLAYBOY: Si quieren quedar bien contigo, ¿qué deben regalarte?

PIOJO: Prefiero que me visiten en mi casa y convivan conmigo y si traen un regalo es lo de menos. Yo no tomo, por ejemplo. Pero una copa de vino tinto sí la acepto y convivir con la familia.

PLAYBOY: ¿Hasta cuántas te bebes?

PIOJO: Hasta un par, eh, no más. Eso sí, de joven era muy antrero, y te diviertes más porque ves la transformación de tus cuates. Pero siempre los acompañaba con agua mineral.

PLAYBOY: Ahí tienes más zapatos multicolores.

PIOJO: Aquí tengo más rojos, cafés, negros, color camello, azules…

PLAYBOY: Pero te gusta estar bien combinado.

PIOJO: Exacto, tampoco me voy a poner zapatos rojos con pantalón amarillo canario o un rosa con un azul fosforescente. No se trata de ser el tonto de la película. Hay revistas del buen vestir que te pueden sugerir mucho.

PLAYBOY: ¿Tú no usarías trajes con zapatos sin calcetines como el dueño de Chivas, Jorge Vergara?

PIOJO: No, respeto al señor Vergara, y he visto mucha gente que usa así pero eso no me gusta. Cuando no uso calcetín es porque traigo bermudas en la playa. En mis 44 años de vida lo he evitado.

PLAYBOY: Para un evento de etiqueta, ¿qué usarías?

PIOJO: Un frak o smoking en color negro, camisa blanca y corbata del mismo tono del traje. En un evento formal, un traje negro con rayas o a cuadros, que hoy se usa mucho, puedes combinarlo con corbatas de diferentes colores para que sea un contraste completo y riguroso zapato negro. Cuando es ropa de etiqueta requieres zapatos con agujetas, pero cuando es una vestimenta más casual no son necesarias. Si fuera una fiesta casual en la tarde, podemos usar un traje claro de lino.

PLAYBOY: ¿Qué tal eres para el baile?

PIOJO: Bueno, eh, sí le pegamos. Tampoco soy de concurso, pero me encanta bailar.

PLAYBOY: ¿Haces dieta?

PIOJO: Hubo un tiempo en que me descuidé mucho. Fue en Guadalajara. No hacía dieta ni nada, sólo entrenaba (a Estudiantes UAG) y me creció la panza lindo. Cuando llegué a Cancún, vi que estaba cerdísimo y me puse a hacer ejercicio. Es que como a diferentes horas y es un desorden alimenticio que te hace subir de peso. Además tampoco me ayudan las imágenes de TV y las fotos, me hacen ver más gordo. Pero esto es parte de no vivir de la imagen de la tele.

PLAYBOY: ¿Eras noviero?

PIOJO: Sí, me encantan las mujeres, pero te soy sincero, ya voy a cumplir 24 años de casado. De chavillo tuve varias novias pero he estado más estable, afortunadamente, dentro de lo que es uno desmadroso y ojo alegre. Luego mi esposa me dice: “ésa está guapa”, y la verdad es que no le puedo decir que yo ya la había visto antes.

PLAYBOY: ¿Sabes hacer otra cosa aparte del fútbol?

PIOJO: Realmente puedo decirte que hoy lo único que sé hacer es eso. Estudié protesista dental pero no terminé la carrera. Y les reitero a mis muchachos que siempre se pueden llevar en conjunto el futbol y una carrera universitaria. A mí no me dio tiempo de hacerlo por la dificultad de revalidar materias entre una ciudad y otra en las que llegué a jugar con distintos equipos. Tengo mi título de técnico avalado por la FMF y continúo mi aprendizaje yendo a congresos. No soy de los de ir a Europa porque insisto que allá vas a aprender muchas cosas que no vas a poder desarrollar en México, porque el europeo es un tipo 100 por ciento profesional y los latinos, de México para abajo en Sudamérica, somos más relajientos y desmadrosos.

PLAYBOY: ¿Votaste?

PIOJO: Claro, pero desde hace unos 10 años que soy apartidista, ahora me voy por las personas y trato de investigar sobre sus propuestas, porque hay veces que a simple vista te caen mal.

PLAYBOY: Si fueras el director técnico de todo México, de la Nación como presidente, ¿qué harías?

PIOJO: Híjole, creo que lo primero es darle seguridad a nuestro país. De chiquito sí pensaba yo en ser presidente pero hoy no me llama la atención la política como participante, sino como contribuyente con mis votos. Lo que sí debiéramos cuidar es que hubiera diputados que mínimo terminen la preparatoria, y no nos dejemos llevar por el populismo. Hay que tener políticos con mejor educación.

PLAYBOY: Y que si leen libros, por lo menos recuerden a los autores.

PIOJO: Creo que fue muy grave lo que le pasó a Peña Nieto. Cuando vas a una exposición de algo, al menos debes aprenderte de memoria 10 cosas sobre eso. Si tú me preguntas ahorita cuál fue el último libro que leíste, te digo el nombre, pero si me preguntas el autor ya es otra cosa.

PLAYBOY: A ver, ¿cuál fue el último libro que leíste?

PIOJO: Es Jornada de errores médicos, una trilogía de novelas, y el autor es un doctor… ¡del que tampoco me acuerdo el nombre! Hay temporadas en que leo cuatro o cinco libros en un mes y ocasiones en que no toco uno en tres meses, porque estoy con la mente en otras cosas, en otra revolución. Pero un presidente sí debe prepararse. Por eso cuando me preguntas si quiero ser presidente digo: “¿Me tengo que saber todo?”. No, bueno… Si me preguntas cuánto se paga por el salario mínimo, te digo que tampoco tengo idea, cabrón. Pero un presidente sí debe saberlo.

PLAYBOY: ¿Y tu lado oscuro cuál es?

PIOJO: No, pues (hace una pausa mientras su rostro apaga la sonrisa)… No encuentro ninguno. Trato de aplicar lo que mi madre y mi abuela me enseñaron que es ser una buena persona. Tienes cualidades y muchos más defectos pero hay que procurar el bien. Por fortuna no tengo algo turbio o de qué avergonzarme.

PLAYBOY: Quizá lo duro es saber controlarse.

PIOJO: Tengo un carácter agresivo, pero tampoco ha sido un gran defecto.

PLAYBOY: Como aquella patada voladora que le diste a un rival en un partido del Tri (rumbo a EU 94).

PIOJO: Sí, fue un grave error, pero es algo que procuro corregir. Está bien que tengas un error así, pero si pasa tres veces seguidas, entonces estás loco. Lo que te hace crecer es equivocarte. He tratado de ser cada día más concienzudo. Desde chiquito me peleaba con todo el mundo y fui creciendo con esa idea. Ser agresivo no es ser mejor o más gandalla que los demás. Te ayuda en el carácter, porque te vas haciendo seguro de lo que tienes, pero tampoco es para seguir igual porque si no, mejor te vas al box o a las luchas. Con pleitos no se consigue nada, sólo discutiendo cuando se tiene que discutir. Aprendí porque una patada me dejó fuera del Mundial y ya no repetí eso. Esto se llama madurez.

PLAYBOY: ¿Cuándo fue la última vez que te peleaste?

PIOJO: Hace unos seis años. La cosa ya no está como antes de que te peleabas de coche a coche y luego te bajabas para que al final cada quien se fuera con sus golpes. Ahora te sueltan un balazo.

PLAYBOY: Pero mantienes los duelos verbales con los árbitros.

PIOJO: Fíjate que ya no como antes. Me pidieron en el América que fuera mesurado y ya no me he equivocado. Sumé 59 partidos sin ser expulsado, hasta ahora en el torneo pasado. Tengo que limpiar mi estigma.

PLAYBOY: ¿Qué opinas de aquello que dijo el  ‘Negro’ Antonio Carlos Santos,

que contigo el América se había  ‘atlantizado’ y que ni Alfredo Tena ni luis Roberto Alves ’Zague‘ debieron salir para que llegaras con jugadores sin identidad azulcrema?

PIOJO: A Tena siempre lo he respetado porque es un tipo muy preparado que ha logrado cosas. Con Antonio tengo una buena relación y siempre he respetado el trabajo de cada uno. Sólo les diría que esperaran los resultados. No tienes que ser un tipo hecho en un lugar para demostrar que tienes la capacidad para realizar un trabajo ahí. Alfredo tuvo su oportunidad y la directiva tomó una decisión. Cuando me encuentre al ‘Negrito’ Santos le diré: “si querías una oportunidad en el América, te hubieras preparado bien”. Porque donde se ha parado, desafortunadamente no le ha ido bien. Para ser un buen técnico no necesariamente debiste ser un gran jugador. Eso es otra cosa.

PLAYBOY: ¿Te mereces durar en el América?

PIOJO: Tengo un contrato por un año y creo que las cosas han funcionado, estamos entre las máximas ofensivas y las cinco mejores defensas. Pero el América debe buscar el Título. Espero entregar las mejores cuentas para que se realice una extensión del contrato.

PLAYBOY: ¿Te gustaría que algún día la gente hable del América del ‘Piojo’ como se ha hablado del América de Beenhakker?

PIOJO: Sí, pero con resultados. Porque el América de Beenhakker jugaba muy bien, bonito y espectacular, pero no ganó nada. Ésa fue la realidad y me lo dijo el señor Azcárraga: “No ganamos nada con él y aquí yo quiero que el equipo gane”. Así que recordemos al América del ‘Piojo’ pero ganando campeonatos. El América de Reinoso sí fue Campeón, lo mismo el de Jorge Vieira. O el último América dirigido por ahí entre Manuel Lapuente y Mario Carrillo.

PLAYBOY: ¿Que más pidió Azcárraga?

PIOJO: Nos dijo: “muchachos, ya saben que siempre se tiene que llegar la Liguilla, pero cuando me traigan el Campeonato habrá muchas cosas para ustedes”. Así que eso es un compromiso total. El señor quiere ver a su equipo Campeón y hay que darle esa alegría. Vamos a hacer todo lo humanamente posible para eso. Yo no tengo techo. Siempre me pongo una meta arriba y cuando la consigo me pongo la que sigue.

PLAYBOY:¿Y después, la Selección?

PIOJO: Sí, después…

PLAYBOY: ¿Y ser campeón del Mundo?

PIOJO: Sería lo ideal. Claro, imagínate… Siempre hay que visualizarse Campeón (exhibe el ‘garbo’ de su dentadura). Cuando esté en la Selección soñaré con quitar el asta de la bandera del Zócalo y pondré una estatua mía.