Compartir
Suscríbete al NEWSLETTER

Oficinistas en la playa

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Los oficinistas en la playa vacacionan felices mientras la ciudad se congela. Es imposible no reconocerlos, su alegría se convierte […]
Oficinistas en la playa

Los oficinistas en la playa vacacionan felices mientras la ciudad se congela. Es imposible no reconocerlos, su alegría se convierte en el dolor de sus vecinos. Lee la Crónica Godínez de esta semana.

Por Arturo J. Flores (@arthuralangore)

No los delata la enorme barriga que, como los caracoles su concha, cargan a todos lados. Ni tampoco el teléfono celular que sin sentido llevan en una zona sin señal. O el temblor de ceja, consecuencia de una vida de estrés que sólo se ve interrumpida por breves periodos vacacionales. Mucho menos la huella de la corbata en el cuello de los hombres, después de 40 horas semanales de ahorcamiento, o los pies eternamente hinchados de ellas, que aún sin tacones caminan de puntitas sobre la arena porque predican que es más fuerte la costumbre que el amor.

No es así que sabemos que hay oficinistas en la playa, pero sí…

1) Por el color de su piel el primer día

Es la palidez del cautiverio. Oficinistas de papel que parecen asolearse en la morgue. Porque aún los morenos exhiben un tono rebajado en su epidermis, testimonio incuestionable de ser obligados a trabajar entre dos muros y bajo un techo por el que nunca se mete el sol. De no ser por el calendario que colgaron, en el que una rubia de caderas inflamadas y cintura existente se exhibe medio desnuda levantando erecciones igual que Moisés separa las aguas del mar, los oficinistas ya se hubieran olvidado de cómo es una playa. Sabemos que han llegado a la costa porque se tumban valerosos sobre la arena. Retan al sol para que los cocine en vida, como si doce meses a la sombra los hubieran vuelto insensibles a sus rayos. Los Godínez se acuestan sin recato sobre la parrilla de la naturaleza, sabedores de que el bronceado es un placer que se les niega. Anhelan ser Ícaros que caminen sobre la tierra, sin alas pero con el color de quienes acariciaron al monarca de los astros y volvieron para contarlo.

2) Por el color de su piel el segundo día

Este video te puede interesar

Es cuando el oficinista regresa asustado a guarecerse en la sombra, esta vez de una palmera o una sombrilla. Con el cuerpo achicharrado por esa abrasadora zarpa de tigre que los descarnó en vida, lloran su desgracia en posición fetal. En vano se embadurnan cremas, aceites y menjurjes curativos, se emborrachan para no sentir dolor o se envuelven como larvas en toallas humedecidas. Saben que hasta no regresar a la seguridad de sus godinez en la playamazmorras laborales, los oficinistas podrán ponerse una camisa de seda encima sin que sientan que les tallan la espalda con piedra pómez. Y juran nunca más darle la espalda al invierno poniéndole los cuernos con Cancún.

3) Porque comienzan a hablar lenguas extrañas

Igual que Linda Blair en El Exorcista, los oficinistas en la playa se expresan en idiomas que no conocen. En sus cinco sentidos, buscan las frases que entre sueños escucharon mientras se dormían en las clases que tomaron en Interlingua. Pero bastan cuatro cervezas o dos margaritas bebidas con sed de adolescente para que se destape su Caja de Pandora. Entonces los oficinistas en la playa comienzan a dialogar con confianza y sin pudor con cuanta gringa, francesa, italiana o teutona se les cruza por delante. Y ellas, las Godínez, descubren que una lengua extranjera apenas pronunciada con decoro les brinda la posibilidad de saborear otro tipo de lenguas extranjeras. Caen las fronteras como caen en las habitaciones los bikinis y las tangas. Hasta que al día siguiente descubren los oficinistas en la playa que compartieron sábanas, sudores y salivas con británicas que se parecían más a Margaret Thatcher que a Kate Moss, y ellas con un garañón cubano del tipo Juan de los Muertos que por obra de una Margarita bien cargada, confundieron con William Levy.

4) Porque quisieras ser sordo cuando ellos llegan

Obligados a vivir en un silencio sepulcral en horas laborales, se reservan todas sus capacidades de estridencia para cuando salen de la ciudad. Y llenan los aviones de los llantos de sus bebés, de las toses de sus hijos mayores, de las conversaciones que no tienen de otra que vomitar por la boca cuando los obligan a apagar su Whatsapp. Porque en la playa contaminan el sonido del mar con sus cumbias, salsas, reggaetones y rockcitos, porque piden las cosas a gritos, porque se carcajean como si quisieran que el otro continente se enterara de lo felices que los hace disponer de tiempo libre. Porque durante las noches cogen en el cuarto de junto con la energía de dos estrellas porno de San Fernando Valley, pero recurriendo a frases sacadas del más florido videohome de los Almada.

5) Porque son la madre de la contradicción

Huyen del tráfico o las horas pico del metro para amontonarse igual que piojos en las playas. Porque se escapan de la oficina pero no soportan estar en un lugar sin WiFi. Porque reniegan del frío pero dependen del aire acondicionado igual que Mc Giver de su navaja. Porque atascan sus platos en los bufets pero tiran a la basura la mitad. Porque se quejan de las maneras inhumanas de sus patrones pero tratan con prepotencia a meseros, lancheros y cocineras adonde quieran.

meme vacaciones

Posdata: Porque cuando ya no hay más oficinistas en la playa comienzan las verdaderas vacaciones de los que viven ahí.

Te recomendamos
Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
Descarga GRATIS Calendario Revive el Poder 2024
Calendario
Descarga AQUÍ nuestro especial CALENDARIO REVIVE EL PODER 2024.
Suscríbete al Newsletter
¡SUSCRÍBETE!
¿QUÉ TEMA TE INTERESA?