Expertos en senos

Por Sergio Sepúlveda

@sergesepulveda

Todo el tiempo los vemos, los incomodamos, los halagamos, los tocamos, los soñamos, los besamos, incluso hasta comemos de ellos. Las mujeres los aman y los odian, los cubren, los exhiben, los aprietan, los dejan caer, los usan como arma de seducción, los arreglan y los revisan.

Con respeto y sin él los llamamos bolas, bubis, busto, chichis, chicharrón, delantera, lolas, mamas, melones, nenas, pechos, pechonalidad, pechugas, senos, teclas, tetas. Son hermosos y abundantes como los de Laura, Susana o Gabriela. Son bellos y discretos como los de Rosy, Elizabeth o María; cada quien tendrá sus favoritos de acuerdo a la memoria de sus pupilas y del tacto.

Después de la boca, los pechos de las mujeres son la segunda puerta del deseo. Son imán y adicción, son fuentes y copas, bebemos en ellos, sudamos y dormimos sobre ellos, y lo más importante: soñamos con ellos.

Renoir dijo: “Un seno es redondo, es caliente. Si Dios no hubiera creado el pecho de la mujer, no sé si habría sido pintor”; y algunos científicos que también experimentan calor en la sangre apuntan que la función biológica primaria de los senos es volver a los hombres estúpidos, lo comparto; pero ¿qué tanto sabemos de esos monumentos cubiertos de piel?, ¿cuántos detalles hemos observado al tocarlos?

Les comparto una breve colección de curiosidades si es que quieren ser expertos en senos.

Deben saber que los seres humanos somos los únicos primates, aceptando que venimos del mono, que tenemos senos permanentes. Si ustedes recuerdan, empezamos a ver de manera distinta a nuestras compañeras de la secundaria a partir de que sus pechos crecieron y empezaron a usar sostén, pero en el caso de otros primates, éstos desarrollan las mamas hasta que amamantan a sus crías.

Deben recordar que el tamaño, no importa, lo mismo se excita un seno pequeño que otro grande. Pero si hablamos de tetas gigantes, la mujer con los pechos naturales más grandes del mundo; es decir, sin implantes mamarios, es Annie Hawkins; ella nació en Estados Unidos. Cada uno de sus pechos pesa 25 kilos y midiendo con una cinta sobre cada uno de los pezones alcanza una circunferencia de 178 centímetros. Ella asegura usar brasier desde los nueve años de edad, cuando su pecho empezó a crecer. Su nombre artístico es Norma Stitz, juego de palabras de “enormes tetas” y su cuenta de Twitter es @mznormastitz.

Deben tener cuidado porque un busto muy grande les puede costar la vida, como casi le pasa al exnovio de Claire Smedley (@BustyClaireuk) quien casi muere sofocado entre las tetas más grandes de Gran Bretaña. Ella asegura que en un rato de pasión su expareja casi se ahoga aplastado por el busto 40 mmm de la británica. Para evitar esto, con su novio actual tiene un código: él le pega en las piernas cuando le falte aire.

Deben observar que los pechos de una misma mujer no son del mismo tamaño. Así como el pulmón izquierdo es un poco más chico para dar espacio al corazón, por lo general el pecho izquierdo de las mujeres es más grande que el derecho. Sin embargo, entre los días 14 y 16 de su periodo, los pechos casi se emparejan en tamaño. Es decir, lucen más atractivos en los días más fértiles; además, cuando están excitados, los senos aumentan hasta un 25 por ciento sus medidas. Una prueba más de que la naturaleza no sólo es sabia, también es cachonda y ayuda al coqueteo reproductivo.

Deben revisar un mapa y localizar los países nórdicos; o sea, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Suecia, Noruega y de paso Rusia, porque en esa zona geográfica del planeta nacen las mujeres con los senos más grandes, ahí el promedio de talla es copa d. En África y Asia viven las mujeres con los pechos más pequeños, mientras que en México el promedio es 34 b.

Deben dejar de fumar las mujeres si no quieren que sus bubis cuelguen de forma prematura, debido a que el cigarro destruye la elastina y el colágeno, entonces sus efectos no sólo se notan en el rostro también en el pecho.

Deben llamar al busto como mama, que tiene un pezón rodeado de una aréola. En cada aréola hay unos pequeños bultos que se notan más si el pezón está erecto por excitación o frío. Esos bultitos se llaman glándulas areolares o glándulas de Montgomery. Su función es lubricar con grasa el pezón, aunque cuando una mujer está amamantando, esas glándulas generan sustancias que llegan al olfato de los recién nacidos y estimulan su apetito. Debemos decirlo así: el pecho de la mujer es grande, no importando sus medidas. Los senos son pasión, pero sobre todo son vida. Difícil de creer.