MON LAFERTE: ENTRE UN CHURRITO DE MARIGUANA Y LOS CONSEJOS DE LA ABUELA
“Oiga, que a mí no me gustan las drogas, pero la mariguana es una plantita… no le hace daño a nadie”, dice Mon Laferte sobre el escenario de Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Detrás de la chilena, en la pantalla donde se han proyectado imágenes vintage de películas mexicanas, destella el verde de un collage de hojas de la que a los científicos llaman Cannabis sativa.
Cuando la canción “No te fumes mi mariguana”, número 8 de su nuevo disco “La trenza”, casi termina, sus músicos hacen una pausa repentina. Mon se planta en medio de ellos, se lleva los dedos índice y pulgar a los labios como si llevara entre ellos un churrito invisible y sorbe con fuerza en el micrófono. Tose. Y ríe. Entonces la banda rubrica la canción, festiva y emparentada con el ska, con un escándalo que desata una nueva ovación de parte de los presentes.
No es la primera vez que Laferte hace un guiño a la mota. En el video de “Amor completo” había lucido un sexy vestido negro decorado con la hojita de seis puntas. Esta vez le cantó una canción muy simpática en la que dice: “Ese día mientras estaba rezando, mientras pedía por los dos, por nuestro amor (…) te la fumaste toda, toda, toda y nada te importó”.
A unos metros de donde los diputados de la Asamblea del DF han sostenido larguísimas discusiones sobre la legalización del consumo de la mariguana.
Este martes Mon le regaló una actuación especial de 15 canciones a los primeros que compraron boletos para sus conciertos en el Auditorio Nacional, los próximos 5 y 6 de octubre. Ahí interpretó completo “La trenza”, además de otros éxitos ya probados como “Tormento” y “Tu falta de querer”. En estas últimas tanto sus músicos como la cantautora se veían mucho más sueltos, a fuerza de la gran cantidad de veces que las tocado en las giras.
Musicalmente, el nuevo álbum se escucha hermanado con su anterior. Hay momentos folk, trovadores, como en “Cielito de abril”, en la que durante el coro Mon reserva sus registros altos para mejor susurrar un coro dulce y evocativo. Cumbia en “Amárrame”, que en estudio interpreta junto a Juanes y en la que la chilena dejó la guitarra de lado para darse vuelo bailando (“No puedo cantar, tocar y bailar al mismo tiempo” le confesó a su público). Bolero en “La trenza”. Incluso existe un coqueteo con el blues. “Flaco” lleva por título y en ella, Laferte le arrancó unas sentidas notas a la armónica.
“¡Yo estoy flaco!”, le gritó alguien del público.
“¡Te amo!”, dijo otro, mucho menos original.
“¡Hazme un hijo!”, terció una más, contraviniendo los principios de la biología.
Ella, aunque reía, bromeaba, hizo alusión al infame calor que hacía e incluso pidió permiso a los presentes para concluir con su tradicional “si tu me PINCHES quisieras”, hubo un momento en que reconoció que cantar delante de sus amigos –porque ahí estábamos varios presentes– le pone más nerviosa que hacerlo delante de desconocidos.
“Lo peor es cuando me tocaba cantar delante de mi abuela”, expresó.
Sin embargo, fue ella quien de alguna manera influyó este disco. Una presencia que desde su muerte Mon lleva tatuada en el cuerpo –literalmente– y en el alma.
“Debes ser libre,
salirte de esta mierda,
no haga caso a lo que digan,
no quieren que florezca”.
Y a través de la voz de su nieta, que muy a pesar de sus detractores no conocerá el silencio, nos llegan a todos los consejos de la sabia abuela de Mon.
POR ARTURO J. FLORES
FOTORAFÍAS CORTESÍA DE UNIVERSAL MUSIC
