Para lo que muchos sería un concierto más en su lista del 2017, para otros significaba un día crucial en sus vidas, pues la banda originaria de Finlandia, H.I.M; por fin complacería a sus fieles fans mexicanos tras una larga espera de tres años.

La noche transcurría de una manera tranquila, ya que las entradas no se agotadaron, los alrededores del Pepsi Center se mantenían tranquilos y sin largas filas de acceso, los asistentes vestían de negro, algunos otros, incluyéndome, como cualquier simple mortal, pero con un mismo objetivo, disfrutar lo que sería posiblemente la última presentación de la banda por excelencia de Love Metal.

Una vez dentro, el recinto lucía un tanto vacío, pero no fue motivo para demorar el espectáculo, ya que CKY y Cerberus se encargaron de calentar motores con un sonido metal muy contundente que hizo amena la espera.

Enterrado vivo por el amor

Cerca de las 21:00 horas, los fans se sumaban, haciendo parecer una mentira que el recinto estaría vacío, el calor ya era notable, peor aún para aquellos que relucían sus largas gabardinas de terciopelo y botas de charol. Minutos después Ville Valo y compañía se harían presentes en el escenario para complacer a sus seguidores, en lo que sería quizá su despedida como parte de su agridulce “Bang & Whimper Tour”, la noche apenas comenzaba y la frenética “Buried alive by love” era la canción indicada para arrancar el setlist.

Canciones como “Heartache every moment” y “Your sweet six six” hacían encontrar esa hermandad entre los asistentes, coreando de principio a fin, formando parte de esas letras que el frontman finlandés escribió hace años y que aún siguen tan presentes ante sus escuchas.

Y el amor dijo que no

Es difícil encontrar alguna canción que no contengan en sus versos las palabras “Darling” “Baby with you” “My love” pues a simple deducción la mayoría de letras de H.I.M hablan sobre el amor, siendo una contradicción y muestra agridulce de la banda, al tratarse de una despedida, recorriendo temas que los colocaron en la fama hace ya algunos años, esta vez nos dijo el amor que no.

Rehabilitado de sus vicios

El setlist transcurría de una manera muy rápida, tanto que no hubo tiempo para el drama; como es de costumbre pudimos apreciar a un Ville Valo muy serio, el mismo frontman delgado con saco y un gorro que ha posado en los escenarios por casi 20 años, con la única diferencia de que no portaba un cigarrillo en cada canción o un vaso de alcohol, pues la rehabilitación se hizo cargo del tema, en cambio tuvimos a un Valo con ganas de cantar, de dar lo mejor de sí mismo e incluso arriesgado al encontrar notas altas en su rango.

La ejecución de los integrantes era precisa, Linde Lindstrom nos dio una lección, el metal nos se trata precisamente de riffs y escalas virtuosas, se puede hacer mucho con una buena distorsión y con acordes llenos de armonía disfrazados con riffs contundentes y un wah que puede dar textura a esos sonidos para convertirlos en emblemáticos solos, mientras que Jukka Kröger y Mikko Paananen creaban una base muy solida que sin ella no serían capaces de sonar bien, sin olvidar las melódicas notas de Emerson Burton, tecladista de la agrupación, que da esos tintes luminosos y de atmosférica que caracteriza al Love metal.

¿Nos veremos pronto?

Después de un setlist de 22 canciones, en su mayoría éxitos, la banda de Finlandia pondría fin a aquella noche, dentro de lo poco que dijo Ville Valo, nos dejó con la duda, misma que ha existido desde que anunciaron su retiro, ya que no se sabe la causa exacta que ocasionó dicha decisión, “No sabemos si esta sea la última vez, quizá sí, quizá no, pero queremos agradecerles por todo, no estaríamos aquí sin ustedes, espero volver a verlos pronto” acompañado de lo que podría ser la joya de la corona al incluir “Razorblade Kiss” canción de su segundo trabajo discográfico “Razorblade romance”, siendo en si una rareza, ya que pocas veces la incluyen y ya de por sí era difícil de creer que tocaran más de 18 canciones, con una actitud juvenil el frontman agregó lo siguiente “Al carajo, una canción más” concluyendo el repertorio con “Rebel Yell” quizá la más apropiada, para poder cerrar la afición que quedó satisfecha para ser la última presentación de H.I.M.

Por Javier Villanueva

Fotografías cortesía de Pyper