Ana Serradilla. Enamorarme es Firmar un Pacto con El Diablo

Faltan pocos minutos para que Ana Serradilla salte a escena en La venus en las pieles, que durante el mes de agosto se presenta en el Teatro Banamex Santa Fe. Junto a Andrés Palacios, interpreta a una joven actriz que desea obtener el papel protagónico en una adaptación teatral de La Venus de las pieles, la novela del escritor alemán Leopold van Sacher-Masoch. Para ello, está dispuesta a hacer lo que sea. Sorprendentemente sensual  cuando a su personaje le toca hacer de Wanda von Dunajew, la verdadera Venus, Ana nos recibe en su camerino para charlar. De Sacher-Masoch hay que saber que en honor a su apellido y sus prácticas sexuales, las cuales le permitían fluir de su vida privada a los libros, el “sadomasoquismo” recibió su nombre. Así que armada con cuerdas, corsé y botas altas de cuero, la Serradilla está lista para repeler nuestros latigazos.

(1) Como dice el epígrafe de La Venus de las pieles, ¿te han puesto en el camino de un hombre para castigarlo? No lo sé, espero que no, pero si así ha sido, que sea por karma, que se lo merezca porque algo viene arrastrando de otras vidas.

(2) ¿Te han hecho llorar en un casting, como en la obra? No tanto como llorar, pero sí me han hecho sentir muy vulnerable.

(3) ¿Y haces berrinche cuando al final no te dan el papel principal? Si lo anhelo y no fue mío, duele. Aunque al grado de llorar o patalear jamás, porque tengo consciente que los personajes que son de uno, son de uno.  Si no te quedas es por algo,  por más ganas que le echaste y creas que eres maravillosa.

(4) En la obra, tu personaje llora para salirse con la suya. ¿Lo has hecho tú en la vida real? ¡Claro, manipuladora total! (Risas) Sólo lo hice una vez en mi vida. Fue en la prepa, con mi profesor de matemáticas. Yo necesitaba una pequeña “ayudadita” para que me eximieran del examen, así que le eché unas lagrimitas y me funcionó, me ayudó.  Ahí me quedó claro que las matemáticas no me iban a servir para nada en la vida, pero mis dotes de actriz, sí (Risas).

(5) “Tú que haces nacer las llamas, vienes y tienes frío”, le dicen a Wanda en la novela. ¿Alguien te ha enamorado con frases tan elaboradas o te han tocado puros piropos comunes y corrientes? ¡N’hombre! ¡A mí sí me tienen que enamorar de una forma muy elaborada! Me fascina el proceso de la seducción. Yo no caigo con piropos fáciles, porque me atrae la inteligencia. Me enamoran más la cabeza, el alma y el corazón que un físico extraordinario. No hay amor sin admiración. En el momento que dejo de admirar a mi pareja me empiezo a desenamorar.

(6) Pero eso no ha de ser sencillo cuando estás acostumbrada a que los hombres te vean arriba de un escenario ¡No tienes que estar arriba para ser admirado!, yo admiro otras cualidades. Admiro a los que se admiran de las cosas más pequeñas del mundo.

(7) Tienes más de 600 fans en tu página de Facebook, ¿crees que entre ellos esté el sapo que tienes que besar? El sapo que tenía que besar ya lo besé, se volvió mi sapo azul y está a mi lado (Risas).

(8) El amor es un demonio disfrazado, dice Leopold van Sacher-Masoch. ¿aprendiste a domar al tuyo? ¡Al demonio! (Risas) El amor, en efecto, es un demonio así que siempre te saca las garras. Enamorarme es firmar un pacto con el diablo que primero está a todo dar, pero después sale carísimo cuando tienes que pagar.

(9) En La venus de las pieles ataste a un hombre encima del escenario. ¿has atado alguno abajo del escenario? ¿Fuera del escenario o abajo del escenario, o sea en la tramoya? (Risas). No perdóname, eso no va conmigo (Risas).

(10) ¿Nunca has descubierto placeres que no sabías que tenías? Por supuesto, porque uno nunca termina de conocerse nunca. Nunca nos damos cuenta que las cosas que provocamos no pasan porque sí, sino que provocamos que sucedan. Y cuando buscas la raíz… te sorprendes.

(11) ¿Prefieres mandar o ser mandada? Escojo ambas en distintos momentos, así funcionan las relaciones. A veces eres yunque, a veces eres martillo; lo malo es cuando todo el tiempo eres yunque o todo el tiempo te la pasas de martillo. ¡Hay que rolarse los papeles, señores! Si no, la pareja se vuelve dispareja.

(12) El protagonista dice: nada enciende más a un hombre que la infidelidad de una mujer. ¿a ti te enciende la infidelidad de un hombre? Claro que me enciende… ¡me hierve de coraje la sangre! (Risas). La infidelidad es la peor de las traiciones.

(13) ¿Estudiaste Diseño gráfico porque alguien te dijo que si eras actriz te morirías de hambre? En realidad quería estudiar psicología, porque no tenía idea de dónde estudiar actuación, además era demasiado tímida. Mi papá me convenció de que mejor estudiara diseño, era lo que él prefería, pero nunca pensé en morirme de hambre o no, el diseño me gustaba por la parte de la pintura o la fotografía. La otra parte la rechazo por completo. Al final sabía que no sería diseñadora, así que tampoco me quitaba el sueño. Era algo transitorio en lo que me volvía actriz.

(14) Otra vez me remito a la novela, dice Sacher-Masoch que las mujeres no son ni tan buenas como sus apologistas dicen, ni tan malas como sostienen sus detractores. ¿cuándo has sido tú más mala? Ahora mismo estoy siendo muy mala, porque antes de que llegaras me enojé muchísimo porque mi vestuario no estaba listo. A veces uno explota, caray, las cosas se salen de control y ni modo. No es que sea mala, es que soy tajante cuando defiendo mis intereses. El que no llora no mama, dicen por ahí.

(15) Dice el autor que las mujeres son un enigma de la naturaleza. ¿te molesta que algunos clásicos de la literatura se interpreten como machistas? ¿Es machista por decir que son enigmáticas? Somos un enigma, no hay que entendernos, sólo nos tienen que querer, aunque suene trillado. Aquí es un machismo disfrazado, porque quien aparentemente tiene el poder no lo tiene. Aunque parece que la mujer es la que domina, no es cierto.

(16) Una frase más: “Es más bella la manzana natural, que la pintada”. ¿Te molesta que fotoshopeen demasiado una fotografía tuya? Sí, claro. Cuando veo que me alteran  demasiado, digo: ¡éste me quiso echar la mano, pero me la echó al cuello! Yo prefiero lo natural ciento por ciento. Me gustan más las fotos no retocadas, pero que estén muy bien iluminadas precisamente para que no necesiten retoque.

(17) Tu belleza triunfará sobre la muerte, le dicen a Wanda, ¿te atormenta tener que recurrir a cirugías cuando seas mayor para eternizar tu belleza? Espero que no, aunque es fácil decirlo ahora que soy joven. Veo el ejemplo de mi madre, que es una mujer de 62 años, hermosa, que nunca se ha tocado nada. Uno debe saber envejecer dignamente, aunque insisto, es muy sencillo decirlo a los 30… Espero encontrar otras cosas en mi carrera que no estén basadas  en un físico escultural. Es más, que me valga.

(18)  El cliché siempre dice que los actores hacen muchos sacrificios, pero tu personaje dice que la vida vale la pena por el placer. ¡Yo soy una hedonista natural! Me fascina todo lo que tiene que ver con el placer: me gusta comer, viajar, consentirme con masajes. Me gusta sentirme cómoda, me gusta lo pulcro, que las cosas huelan bien… una cama rica. Me gusta el rock alternativo y creo que los Pixies me hacen revivir emociones porque son extraordinarios músicos. ¡Me hacen vibrar!

(19) ¿No es un súper poder digno de Superman poder comer lo que quieras y ser tan delgada? Mucha gente me lo dice, espero que este bendito metabolismo me dure muchos años.

(20) Y a propósito de placer, ¿alguna vez te lo pidieron a cambio de un papel, como en Un mundo raro? Jamás y si se hubieran animado, se habrían quedado con las ganas.