RÍO 2016: EL CAMINO DE LOS GUERREROS
UN GRUPO COMPUESTO POR 124 DEPORTISTAS REPRESENTARÁ A MÉXICO EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS QUE ARRANCAN EL 5 DE AGOSTO. DETRÁS DE ELLOS EXISTEN HISTORIAS DE SACRIFICIO, SUPERACIÓN Y HERIDAS DE BATALLA. AQUÍ TE PRESENTAMOS UNAS CUANTAS.
POR ELIZABETH SANTANA @ELIXMORGANA
FOTOGRAFÍAS DE NANCY GRANADOS @NANMORADA LILIANA ESTRADA @LILIESTRADAMX Y ROMÁN GÓMEZ @PLAYADURA
Le han dedicado su vida entera. Así se siente, aunque algunos sólo se hayan preparado durante cuatro años. Ganar el pase a los Juegos Olímpicos significa competir contra los mejores del planeta. “Apenas están comenzando la competencia. Así son los procesos selectivos: alguien va y otro no”, dice Mario García, Jefe de Misión de la Delegación Mexicana en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, previo a que partiera el primer contingente de deportistas con destino a Brasil.
La justa olímpica se celebrará del 5 al 21 de agosto, y tanto la ceremonia de inauguración como la de clausura se realizarán en el emblemático Estadio de Maracaná, con capacidad para 78 mil 838 personas.
“Se prevé que el atleta llegue cinco días antes de su competencia y que salga un día después de la misma”, explica García. Su tarea es facilitar que ellos lleguen a la villa olímpica en las mejores condiciones para que obtengan una medalla. Espera que el número de preseas supere a las siete obtenidas en Londres 2012.
Aunque las fortalezas que tiene la misión radican en disciplinas como taekwondo, tiro con arco y clavados, existen otras que demostraron un gran avance; por ejemplo, esgrima. Según el Jefe de Misión, el deporte es un ente multifactorial con muchas variables. Este año México será representado por 124 deportistas (78 hombres y 45 mujeres) en 23 deportes y tres disciplinas; mientras que a Londres sólo viajaron 102. “Apoyen a sus deportistas favoritos, atravesaron ya demasiados procesos selectivos para llegar a Río 2016”, demanda.
Juventud, divino sacrificio
Tiene 17 años y son sus primeros Juegos Olímpicos. Pero comenzó a entrenar cuando cumplió siete.
“Era una niña hiperactiva. Un día me subí a un árbol y me caí. Poco después, al pasar por una alberca, el instructor me invitó a probar”, rememora la clavadista Melany Michelle Hernández. Luego de Río, en 2020 espera poder viajar también a Tokio. Su mirada es altiva, se come al mundo: “los clavados son un deporte en el que la fuerza, la estética, la velocidad y la valentía van de la mano”.
Para Diego López, el escenario parece más imponente. Son sus primeras Olimpiadas.
“Estaré frente a gente que tiene siete años más de experiencia que yo en clavados, gente de 27 años y yo apenas tengo 18. Respirar el aire de unos Juegos Olímpicos será algo muy diferente. Es un orgullo portar la insignia de los clavados, porque ha sido el deporte que más medallas le ha dado a México”.
Otros, como el triatleta Rodrigo González, exponen un enfoque distinto en función de la edad de máximo rendimiento de su deporte, que es de 30 años.
RODRIGO GONZÁLEZ · TRIATLÓN
“Tengo 26 y practico desde los 11. Para llegar a estos juegos requerí de mucho entrenamiento. México es uno de los ocho mejores países del mundo en triatlón (natación, ciclismo y carrera a pie) y ahora me toca representarlo”. En el caso del clavadista Jahir Ocampo, el pase era una deuda pendiente. “Son mis primeros Juegos Olímpicos, me preparé desde Beijing 2008, pero tuve una lesión de rodilla. Entonces cambié varias cosas, incluido mi entrenador, Iván Bautista, con quien estuve desde los 5 hasta los 21 años.
Twitteando por un sueño
Algunos tratan de romper sus propios límites, pero el objetivo es el mismo para todos: traerse una medalla, para lo que se requiere además de disciplina, del apoyo de los aficionados. Por ello, el Comité Olímpico Mexicano (COM) intentará contiagiar la fiebre olímpica a través de las redes sociales con el hashtag #VoyXMex.
“La preparación para un olímpico y un paralímpico es muy similar. No hay distinción porque somos deportistas de alto rendimiento y en lo mental es lo mismo: vamos a representar a México”, explica el nadador paralímpico Juan Ignacio Reyes, quien no tiene brazos.
En su caso se trata de sus quintos Juegos Paralímpicos. Los primeros fueron en Sidney 2000 y a la fecha posee siete medallas.
“El ambiente olímpico es un mundo totalmente diferente. Todos están preparados para ganar porque todos tenemos en la mente ser el mejor. Para mí es algo grandioso. Ya tengo 34 años y mi rival más cercano tiene 17. Y es así, un ciclo, cuando yo tenía 17 años llegué a retirar a competidores de 34 años, ahora la historia se repite y estoy del otro lado”.
Para la taekwondista María del Rosario Espinoza, los nervios, la emoción y la adrenalina persisten aunque se trate de sus terceras olimpiadas. “Mi motivación es alcanzar mis sueños. Pero sé que todo puede pasar, es una moneda lanzada al aire”.
En el caso de la arquera Aída Román, otra de las deportistas en la mira por haber traído una medalla de Plata en Londres 2012, el objetivo es repetir.
AÍDA ROMÁN · TIRO CON ARCO
“En los Juegos suele haber hasta cien fotógrafos trabajando, lo que genera demasiado ruido. El arco es un deporte de puntería. Se necesita concentración, control de la respiración y paciencia, pero hay etapas durante la competencia en las que el viento, la luz y las sombras juegan en tu contra”.
Mientras tanto, su compañera, la arquera Alejandra Valencia, lamenta no haber obtenido el resultado que deseaba en Londres 2012, “entonces tenía 17 años, estaba muy chiquita”, rememora. En Río espera que las cosas sean diferentes. “Cuando me di cuenta de que había más arqueros en el mundo, dije: quiero ser buena y ganarles a ellos”.
Atletas en el diván
No todos reaccionan igual a la euforia olímpica. Ya sea por la personalidad del atleta o por las particularidades de cada disciplina, también genera un impacto emocional entre los deportistas mudarse durante varias semanas lejos de donde viven.
Los entrenamientos se realizan en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), la Comisión Nacional de Cultura Física y Deportes (CONADE), y el Centro Acuático CEFORMA, todos ubicados en la Ciudad de México.
Por ello, entre el equipo multidisciplinario que apoya a un atleta hay nutriólogo del deporte, un fisiatra especializado, un médico del deporte y un podólogo del deporte. Pero quizás una de las divisiones más importantes es la psicología del deporte, “ciencia que se dedica a ocupar herramientas de la psicología científica para potenciar el rendimiento en los entrenamientos y las competencias”, explica Margarita Cerviño.
La especialista trabaja con la delegación mexicana en los procesos de manejo de ansiedad, control de estrés precompetitivo, y de atención-concentración, “también se trata de permitirle al deportista sortear problemas de pareja, familia, personales e internos, para que se regule y pueda competir con un nivel óptimo de activación y estrés”.
Decidme qué es el tiempo libre.
A Melany, la clavadista de 17 años, le parece ofensivo que le pregunte qué es lo que está sacrificando por ir a los Juegos Olímpicos. Me responde que la experiencia no tiene precio: “es algo que amo, y por lo que lucho día con día. Será una competencia muy difícil porque somos 54 competidoras, pero eso no me quita el deseo de una medalla”.
Pero el clavadista Diego López reconoce que ha sido un proceso lleno de cambios: “en mi caso sí existen muchos sacrificios”. Ambos atletas, están becados por Grupo Martí.
Para Rodrigo González, las cosas se complicaron en la Universidad cuando comenzó a vivir solo. El triatlón es un deporte muy demandante, así que entrenaba en la mañana y por la tarde, además de estudiar.
“La fiesta queda fuera, desde la prepa fue así. Para ser un deportista de alto rendimiento e ir a unos Juegos Olímpicos, sí tienes que dejar cosas. Tuve que planear un itinerario y no podía seguir planes improvisados. Incluso cuadrar las vacaciones con tu familia es complicado. Al final no es una vida normal, es común estar saliendo del país, pero a competir. No tienes tiempo libre. Terminas haciéndote amigo de gente afín a ti que también entrena”.
Aunque cuenta con el apoyo de sus patrocinadores, no ha sido un camino fácil en el sentido de que las marcas prefieren respaldar a deportistas que compitan a nivel nacional, cuando también es importante figurar en competencias internacionales.
Respecto al prejuicio que existe entre practicar un deporte y la clase social a la que perteneces, aclara: “sí hay una relación, por los gastos que ciertas disciplinas implican, aunque esto no es excluyente. Por ejemplo, las bicicletas para competir profesionalmente tienen un costo de 100 mil, 200 mil y hasta 300 mil pesos”.
Pero el poder adquisitivo no lo exime de los momentos duros. Durante su participación en el Campeonato Panamericano de 2008, una ola en playa Olas Altas lo revolcó cuando practicaba la disciplina de nado del triatlón: “me mandó hasta el fondo, donde el mar ya es oscuro… Fue muy desesperante”.
JAHIR OCAMPO· CLAVADO SINCRONIZADO DE 3 METROS
Por su parte, Jahir, clavadista con especialidad en clavado sincronizado de tres metros, se ha tropezado con dificultades de otra índole, prejuicios relacionados con su aspecto físico y su régimen alimenticio. Es un tipo demasiado alto (1.79) y pesado (80 kilos) para su disciplina, no solamente en México sino a nivel internacional.
El futbolista que no fue
Jahir es clavadista por casualidad: “yo quería ser futbolista porque mi papá jugó en las reservas del Atlante”. En vez de eso, lo inscribieron al plan vacacional de la clínica 23 en Eduardo Molina, donde por primera vez subió a un trampolín de tres metros. Fue hasta que compitió en Orlando, Florida, cuando tenía 12 años, que su papá le hizo una propuesta. Si obtenía el oro, lo cambiarían de deporte.
“Traje cinco medallas y me dijo: dale las gracias al entrenador, te voy a cambiar a futbol. Pero ya me había gustado viajar y ver a otros niños clavadistas, así que me quedé”.
Para María del Rosario, originaria de Sinaloa, el mayor sacrificio ha sido permanecer lejos de su familia, pero se consuela así: “el taekwondo es un arte marcial que nos enseña muchísimos valores como el respeto, la disciplina, y el trabajo en equipo”.
MARÍA DEL ROSARIO·TAEKWONDO
Tiene amigos con los que busca hablar de otras cosas que no sean deporte, “ahorita que estoy lejos de mi hogar, busco ir a las casas de mis amistades para poder sentir esa calidez”.
Le pregunto si una mujer atleta rinde menos cuando atreviesa por la menstruación o los cambios hormonales y reconoce: “Nunca me ha afectado como deportista”.
400 flechas por día
Los entrenamientos no se limitan únicamente a la disciplina que cada quien practica. Aída Román cuenta que puede disparar hasta 400 flechas en una sesión de entrenamiento: “Tuve una etapa muy difícil de adaptación a la rutina de trabajo. Requería de más fuerza, por lo que hice más gimnasio y estuve corriendo. No se trata sólo de tirar flechas”.
La experiencia que como nadador paralímpico acumula Juan Ignacio Reyes, no ha sido gratis.
“Cuando comencé en 1996 batallábamos un poquito, las marcas no conocían mucho del deporte paralímpico, y los recursos federales eran limitados”. Sin embargo, conforme se fueron dando resultados y fue creciendo el número de atletas paralímpicos, se dio un cambio en la percepción del deporte, que fue más notorio a partir de Sidney 2000, “cuando pudimos tener cobertura casi completa por parte de una televisora que vendía el paquete completo de Olímpicos con Paralímpicos. Esto ayudó a que se nos reconociera. Después comenzó a existir más apertura por parte del Gobierno Federal, que abrió la Comisión de Deporte Adaptado; entonces los recursos comenzaron a repartirse más equitativamente. Incluso a veces ya estamos dentro del proyecto cima (Compromiso Integral de México con sus Atletas) para deportistas de alto rendimiento y futuros talentos”.
Brasil es de los países que más apoya al deporte paralímpico, todo lo que gana en su lotería nacional, lo reparte solamente en esta especialidad.
“Tal vez físicamente somos diferentes pero al momento de la entrega sufrimos, lloramos, disfrutamos los triunfos y nos lastimamos como el resto”.
Después del sueño
Ningún entrevistado se atreve a decir qué será de su vida al regresar de Río de Janeiro. Todos eligen la respuesta políticamente correcta: “ahorita mi prioridad son los Juegos Olímpicos”.
Sin embargo están conscientes de que Los Juegos Olímpicos no durarán para siempre. Rodrigo tiene claro a qué se quiere dedicar. Hace tiempo se mudó a España para estudiar Ciencias del Deporte en la Universidad Politécnica de Madrid y en paralelo entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de la capital española. Alejandra regresará a la Universidad de Sonora donde estudia Diseño Gráfico.
Aída no tiene claro qué hará a su regreso: “Fue complicado congeniar la Universidad con el deporte, estaba estudiando Psicología y procuraré continuar”.
Aunque María no ha culminado su Licenciatura en Administración de Empresas, luce cansada. Extraña mucho su ciudad natal. “Durante las tardes en Sinaloa lo que más disfruto es comprarme un esquite o un raspado”.
Jahir por su parte, cuenta: “Estudié la Licenciatura en Mercadotecnia Deportiva Internacional y actualmente curso la Maestría en Moda y Mercadotecnia. En un futuro quiero representar atletas y poner mi propia marca de ropa”.
