La última charla con Jaime Almeida: “Soy un musicópata”

Por Arturo J. Flores

@arthuralangore

Fotos de Miguel Ángel Manrique

@mannfotografo

“Cuando me muera quiero que la gente diga: gracias a las cosas que hizo Almeida, yo descubrí a Bach, a Elvis o Agustín Lara. Eso sería tener éxito en la vida, haber transformado el gusto de las personas para que disfrutaran más lo que ya les gustaba”, dijo Jaime Almeida en julio del año pasado.

 

El célebre periodista había visitado las oficinas de PLAYBOY MÉXICO para presentar el proyecto Hablando con música, un compilado de 128 temas clásicos de diferentes géneros, comentados por el chihuahuense que se hizo célebre conduciendo Estudio 54.

El pasado 29 de mayo, Almeida falleció, víctima de un infarto, en Paraíso, Tabasco, por lo que rescatamos esta extensa charla hasta ahora inédita, en la que el periodista habló acerca de sus días como vocalista de una banda de rock, su gusto por José Alfredo y One Direction, el botiquín de primeros auxilios musicales que llevaba en su automóvil y hasta la vez que descargó una canción de Napster.

¿Cómo haces para acumular tantas anécdotas?

Siempre he sido víctima de la música, un musicópata diría yo. Para mí, no representa trabajo leer un texto sobre Beethoven o sobre One Direction y quién sabe por qué, pero se me quedan los datos. Ese es el secreto, cuando descubres que algo te gusta mucho y la forma de hacerlo como trabajo, descubres el secreto para no trabajar nunca.

¿Te hubiera gustado hacer música en vez de hablar de ella?

Mi familia siempre fue muy musical. Mi papá y mis tíos se juntaban a tocar la guitarra, canciones viejísimas de Agustín Lara y María Grever. También mis hermanos tocaban el acordeón y hacían duetos, uno de ellos era fanático de Elvis. En mi casa se escuchaba mucha música y sin embargo, nadie se dedicó a eso. Yo, de chico, cantaba muy bonito, así que me mandaron a Estados Unidos a estudiar y ahí me gané un premio. Fue la primera vez que descubrí lo bonito que es pararse en un escenario, así que regresé a Chihuahua y formé un conjunto de rock. Yo tenía a 13 años y andaba de pelo largo. Primero fueron Los Galaxy y después Las Lagartijas Pintas. Pero mis padres me obligaron a estudiar una carrera y tener un título, la gran maldición del rocanrolero. Así que me vine al DF a estudiar Ciencias técnicas de la información. Aquí formé otro grupo con Jorge, el hijo de Sonny Alarcón, que me conectó con Jacobo Zabludowsky. Así me hice periodista.

También participaste en el Rock y Ruedas de Avándaro.

Primero fui reportero de dato duro. Cubrí las fuentes y me gané el Premio Nacional de Periodismo, pero la música siempre estuvo presente en mi vida. Luis de Llano y yo hicimos el primer programa de videos en México, La Onda de Woodstock. De ahí surgió la idea de hacer, entre Justino Compeán, Luis de Llano y Eduardo López Negrete, un festival para videograbarlo. Armamos el Festival de Avándaro. Luego me dieron la dirección de Radiópolis, inicié La Tropi-Q, trabajé en Disco Melody, con el sello Rock en tu Idioma y hasta me grabaron canciones que yo escribí.

¿Experimentaste el sexo, drogas y rock and roll?

Eso es un mito. La relación entre sexo, drogas y música ha existido siempre, tanto de parte de la gente que la hace como de quien la disfruta. ¡Grandes canciones clásicas se compusieron en burdeles, donde la gente se metía alcohol, que es una droga igual que el tabaco! La música es la pista sonora de la película de la vida. La rueda de la vida genera un ruido cuando gira y ésa es la música. Pero nadie niega que en Avándaro se fumó mariguana, pero quienes lo hicieron ya la habían fumado antes en el techo de su casa o en el coche. No aprendieron en el festival. También la fuman los ingenieros, pero no están tan a la vista como con los músicos.

Hay críticos que se obsesionan visualizar lo que vendrá en el futuro mientras que a ti se te relaciona más con la nostalgia.

Es más fácil analizar el pasado que predecir el futuro, porque el pasado sí existió. El futuro, en cambio, es pura especulación. La única manera de ver el futuro con algo de certeza es tener un punto de apoyo en el pasado, cruzarlo con el presente y mirar hacia donde se dirige. Por eso yo, analizando el pasado pero viviendo en el presente, tengo más chance de adivinar el futuro de la música que quienes sólo tienen ojos para el presente e intentan predecir el futuro.

¿Cada cuándo escuchas música nueva?

Intento que sea diario, pero el trabajo de escuchar música no es respetado en México. Si estoy en mi oficina oyendo un disco, todo el mundo se siente con derecho a interrumpirme. Pero si me ven en la computadora, no. escuchar música es un trabajo incomprendido. La gente dice: “¿Qué está haciendo Almeida? ¡Nada, está oyendo música!”… Po eso el automóvil se ha convertido en el gran edificio de la música, donde la mayor parte de la gente escuchamos música sin molestias.

¿Tienes iPod?

Claro y desde antes de que saliera, tenía otros aparatos más voluminosos. Desde 1961 tuve un radio de transistores que me permitía llevar la música de un lado al otro. Ahora escucho música en la oficina, en mi casa o me pongo en mis audífonos. Trato de estar al día, aunque hay música que no entiendo porque no detecto innovación en ella. Es repetitiva. Escucho la primera frase y ya la escuché toda.

¿Qué te parece innovador?

Los chavos de 3BallMTY. Los DJ’s han demostrado que la tornamesa es un instrumentos tan útil para hacer música como el piano o la guitarra. Me gusta One Direction porque a pesar de no componer y tocar instrumentos, en ese sentido son más como Menudo y no como los Beatles, me parece que el fenómeno que provocan entre las chavas es lo más fresco que hay. Me gusta Bruno Mars, porque es un artista que captó la tendencia. Tiene un poco de rock, pop soul y Motown. La creatividad hoy en día se ha inclinado a fusionar las cosas. Es como si llegaras a un planeta desierto y descubrieras nuevos elementos químicos. Llegaría un momento en que no habría más elementos y tendrías que ver cómo combinas los que hay. Para ello, lo digital nos ha permito abrir el baúl de los recuerdos. El que tiene una computadora abre una discoteca que contiene todo.

¿Escuchas Spotify?

Sí y bajo canciones. Me enganché por la lista de Paul McCartney. También utilizo Rdio y iTunes es mi plataforma básica. La gente cree que sólo me interesa la nostalgia, pero no ¡Me interesa lo bueno!

¿Organizas tu música por género o por años?

Soy muy desorganizadamente organizado. Si echas un ojo a mi colección de discos y libros, vas a pensar que pasó un tornado por ahí, pero si me preguntas por algo en particular, lo puedo localizar perfectamente. Debo tener unos 10mil productos entre cintas, ocho tracks, micro casetes, Dats, compacts y usb’s.

¿Bajas canciones de Internet?

Al principio, con Napster, lo llegué a hacer, sobre todo porque nos abrió la posibilidad de tener lo que no existía por medios legales. Pero yo estoy en contra de la música pirata, porque creo que la música es una de las pocas cosas que te dan un gran placer sin que exista un peligro. El sexo te da mucho placer pero te pueden transmitir una enfermedad. Comer te da placer pero si lo haces en exceso te da diabetes. Escuchar música te genera un gran placer pero sin efectos secundarios negativos.

Puede dejarte sordo.

¡Pero eso es porque la escuchas a un volumen muy jijo de la fregada…! (risas)

¿Acaparas la música cuando te invitan a una fiesta?

¡No! Es como si le preguntaras a un ginecólogo si le gusta hacer exámenes en medio de las fiestas. Más bien guardo silencio, trato de pasar desapercibido, prefiero enterarme qué escucha la gente.

No creo que puedas pasar desapercibido siendo Jaime Almeida.

No, de hecho no. Por eso traigo en mi coche una caja de zapatos con un botiquín musical para curar cualquier mal. Si te gustan los tríos, el rock o la música de hoy, de todo llevo un poco. Pero mi vida está más en los medios. Me gusta compartirte datos que te sirvan para disfrutar más una canción. Ahí te va uno. Cuando José Alfredo escribió El Rey, en una ocasión iba en una caravana y una piedra hizo que se les ponchara una llanta. Mientras la componían llegó un campesino y le dijo: “señor, no se preocupe, lo importante no es llegar primero, sino llegar”. Ahora que lo sabes, seguro tu relación con la canción será distinta.

¿Cómo es que tienes una memoria tan buena?

Porque la memoria tiene tres fases y las tres empiezan con “A”: Acopio, Archivo y Acceso. Antes de que se inventara la escritura, todo se tenía que aprender de memoria y si desarrollas un buen sistema de archivado en tu cabeza y de acceso a los datos, no tendrás problema. La nemotecnia tiene relación con la música desde el hecho que las notas de la escala, Do, Re, Mi… corresponden a los versos iniciales de un himno de la Edad Media; es decir, un ejercicio de nemotecnia.

¿Te gustan los reality shows musicales?

No y no creo que ayuden a la música. Ha habido docenas de concursos y el resultado es muy pobre. Muy pocas estrellas han salido, con una mano las cuentas. Y como esos concursos se mezclan con el chismes de quién se acuestan con quién, el interés final no está puesto en el valor de la obra sino el espectáculo creado.

¿Cambiarías todo lo que tienes por haber triunfado con Las Lagartijas Pintas?

No, porque lo que hice se asemeja mucho a lo que soñé hacer con mi banda: hacer un mundo mejor. Mi trabajo hace que la gente piense que gracias a la música, no nos ha cargado el payaso.