Así funciona el cerebro con Tinder y apps similares

Por Rodrigo Álvarez

@ralvmed

Las aplicaciones para ligar se han vuelto básicas, sin embargo, la mayoría de las personas que las usamos no hemos caído en la cuenta del cambio cultural que implica su uso, ya que jamás en la historia había existido una herramienta similar.

El problema con estas aplicaciones según los expertos es que ha matado el romance y convierte a las personas en una especie de mercancía y el cerebro humano no está preparado para tal cosa.

 Genéticamente el cerebro está programado para juzgar a partir de muchos factores que tienen que ver con la interacción, pero las apps permiten que lo haga a través de una sola imagen, lo que causa un conflicto.

A decir de varios especialistas, el peligroso hacer juicios a partir de una imagen debido a que estamos preparados y acostumbrados a tomar detalles sobre la forma en la que alguien se mueve o la forma en la que sonríe, y aunque los defensores de las aplicaciones afirman que ese proceso se da cuando los usuarios se conocen en persona, la decepción o el impacto que tiene el que se rompan las expectativas puede ser muy grande.

Otro problema es que una persona promedio tarda aproximadamente tres años en conocer aceptablemente a otra persona y este tipo de aplicaciones promueven las relaciones express, lo que implica nuevamente un cambio para el que aún no estamos del todo preparados.

La recomendación es que uses las aplicaciones para ligar con criterio, es decir, que sepas que lo más probable es que la persona con la que salgas solo esté buscando sexo casual, nada a largo plazo y que no te claves pensando que de ahí saldrá la relación de tu vida, porque no será así.