Tener sexo al atardecer, energía erótica segura

La oscuridad se mantiene al asecho, controlada tenuemente por la luz del astro, que lucha por no ser devorado por el paisaje. La pelea es feroz y tiñe al cielo de colores específicos: amarillo, naranja y rojo; los pigmentos de la batalla. Inevitablemente el protagonista sucumbirá ante la noche, el escenario aparentemente perfecto para los amantes.

El manto nocturno parece el refugio ideal para satisfacer todos nuestros deseos, tomar a nuestra pareja y sentir juntos el placer más intenso. No obstante, en la noche, nuestro cuerpo reduce las energías  y la atracción física no es igual; las hormonas se reducen junto con la libido. Es necesario buscar alternativas que cambien la situación.

Antes que la oscuridad reine es un momento perfecto; los colores que invaden el firmamento evocan a un calor intenso que fácilmente se puede contagiar. Los vigores aumentan y los escenarios se embellecen, cuestiones que facilitan un sexo único.

Los beneficios del atardecer en las relaciones sexuales no solamente se limitan a fantásticos escenarios. Los niveles de testosterona se mantienen altos a lo largo del día y disminuyen cuando llega la noche, lo que hace que el atardecer sea el último momento para aprovechar que el deseo y la excitación sexual se mantienen en su máxima expresión.

Las ventajas no terminan ahí, la luz del sol tiene una gran cantidad de beneficios, no sólo incrementa notablemente el nivel de hormonas sexuales en el cuerpo, también puede disminuir los dolores y efectos del síndrome premenstrual.

Por si fuera poco, la belleza de la puesta del sol hace que el tiempo parezca más lento, provoca que aumente la emoción y el aprecio del instante, aspectos que alteran la percepción y hacen que cualquier actividad sea mucho más satisfactoria.