¿Qué será del sexo en este 2019?: El futuro de las relaciones
Buena parte del mundo creado por Philip K. Dick en Blade Runner (basado en su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) gira alrededor de la distinción entre hombres y androides. La tecnología ha llegado a tal punto que las creaciones son indistinguibles entre humanos o no, y la única forma de diferenciarlos es a través de un exhaustivo examen que estudia las reacciones del sospechoso.
No es extraño que en este mundo el protagonista, Rick Deckard, [spoiler alert] se enamore de una de estas androides. Estos amores no llegaron en el tiempo en el que lo imaginó el escritor inglés (originalmente se situó la historia en 1992), pero actualmente ya nos estamos acercando a este mundo, una realidad donde muñecas sexuales podrán sustituir a las mujeres reales.
El doctor en psicología Marty Nemko realizó para Psychology Today su visión sobre el futuro de las relaciones humanas. Nadie tiene la capacidad de conocer el devenir, pero una reflexión sobre los posibles cambios que nos esperan puede dar luz sobre el camino que está tomando nuestra sexualidad.
El fin de la fe
Desde hace algunos años, en los países escandinavos la religión está perdiendo terreno. Nuestro país tiene otra realidad, pero la evolución de aquellas naciones hace pensar al psicólogo que con el tiempo estas creencias se irán perdiendo.
Una de las mayores consecuencias de esta evolución será el fin del matrimonio como lo conocemos. Cada día el divorcio es más común y este contrato deberá de modificarse para mantenerse vigente en esta sociedad cambiante. Nemko cree que los nuevos enlaces serán flexibles y durarán el tiempo que desee la pareja, desde un mes hasta el resto de la vida.
Esta modificación es natural y ya se está dando, varios terapeutas consideran que para muchas parejas lo más sano es una especie de matrimonio anual, en el que cada año reflexionen sobre el futuro de su relación.
El cambio se vería incrementado por la creciente independencia financiera de las mujeres: ya no existen cuestiones económicas que las encadenen a una relación, lo que facilita el fin de una mala experiencia amorosa.
Por si fuera poco, la reducción de la religiosidad implicaría una diminución en la natalidad. Menos personas considerarían el uso de anticonceptivos y el aborto como pecados, aumentando el sexo seguro y la reducción de los embarazos no deseados.
Sexo solo
La tecnología ha hecho que el porno se encuentre al alcance de todos, lo que antes era una travesía para conseguir una película o una revista, ahora únicamente requiere un celular, un baño con chapa y una decente conexión a Internet.
Este fácil acceso ha reducido notablemente la actividad sexual, el psicólogo citó un estudio que demuestra que hubo una caída en la actividad sexual entre 1989 y 2014, a pesar de que cada vez el sexo es más aceptado por la sociedad. El fenómeno ya se puede ver en los países orientales, donde los jóvenes no quieren tener sexo por los grandes “problemas” que implica y prefieren sesiones eróticas solitarias.
La masturbación se está viendo potenciada con los avances tecnológicos, las experiencias de realidad virtual ya te introducen en un paraíso sexual con cientos de chicas dispuestas a cumplir tus mayores sueños eróticos. El mundo que se ve beneficiado con la mejora de los juguetes sexuales, que incluso han desarrollado sus tecnologías para simular la sensación del sexo real.
Nuevos amores
Lentamente se ha comenzado a aceptar la diversidad, como lo prueba la legalización del matrimonio igualitario. Esta evolución ha demostrado que la comunidad LGBT es mucho más grande de lo que se creía: en 1948 el Informe Kinsey calculó que el 10 % de la población era homosexual, en su tiempo se interpretó que era una exageración; pero la apertura ha demostrado que posiblemente ese número subestima a la realidad.
Esta evolución en los ojos de Nemko continuará; las personas que se identifiquen como heterosexuales disminuirán y aumentará la pansexualidad, o la atracción sexual que no se fija en el género o sexo de los individuos.
Robots sexuales
Por otro lado, la tecnología también entrará en el mundo erótico y el amor de Rick Deckard se volverá real. Desde algunos años en el mundo del porno, las máquinas ya han tomado nuestro lugar en videos donde las protagonistas tienen relaciones con aparatos que se asemejan más a un taladro que a una persona.
No obstante, en la actualidad las muñecas sexuales están cobrando un realismo sin comparación y probablemente con el avance de la tecnología tendrán más interacción con el usuario hasta el punto de ser empáticos y de tener expresiones faciales.
El sexo con robots se convertirá en una realidad entre las personas que prefieran la soledad a la compañía, pero también podrían ser de gran ayuda para entrenar a los neófitos en las artes eróticas, ¿entraríamos a clases con una androide para ser un verdadero casanova?
La mayoría de estos cambios tomarán años en llegar, por lo pronto podemos disfrutar de ambos mundos: un erotismo de pareja enriquecido con la ayuda de la tecnología.
