¿Qué hay detrás de esa extraña sensación después del orgasmo?
Una ventana de incógnito inicia la aventura protagonizada por sitios “prohibidos” con publicidad que promete conectarte con “señoras calientes y casadas cerca de ti”, pañuelos y lubricante. Después de una pequeña búsqueda se presenta el video que hará menos solitaria la noche, las manos comienzan a hacer el trabajo y logras llegar a la meta. La gloria es expulsada, pero aquella que inspiró tu sueño ya no es la misma, una especie de sentimiento de suciedad te invade y te apresuras a cerrar “la ventana del erotismo”.
Los momentos inmediatamente después del orgasmo son extraños, parecería que se trata de un huracán de sexualidad que arrasa con todo a su paso y no deja nada de pie, extirpa cualquier pensamiento libidinoso, ¿por qué sucede eso?
No todos son iguales
Las sensaciones no siempre son iguales, como lo demuestra la llamada disforia poscoital, un síndrome que provoca que la persona tenga síntomas de depresión después de tener un orgasmo. Pero no todo es negativo, está comprobado que muchas mujeres experimentan alucinaciones durante y después del orgasmo. Como lo escribe Daily Mail al reportar un estudio que encontró que el 76% de las mujeres tenían una “sensación de volar” después del orgasmo. A veces “llevarla al cielo” mucho más literal que figurativo.
No es claro si nosotros podemos sentir esa sensación. La triste verdad es que nosotros podemos sentirnos enfermos, con fatiga severa y todos los síntomas de un resfriado después de llegar a la tierra prometida. Los científicos han explicado que este fenómeno se debe a las proteínas del semen, las cuales son detectadas por el sistema inmune como invasoras y buscan por todos los medios expulsarlas.
El drenaje
Los casos anteriores son raros. En mayoría de las personas los orgasmos se trata de una actividad demandante para el cuerpo que implica la coordinación de los genitales, las hormonas y el cerebro.
Por si fuera poco la corteza orbitofrontal, la parte responsable de la razón y la toma de decisiones, del cerebro casi deja de funcionar por completo durante el orgasmo; particularidad que provoca que las mujeres tras esa increíble sensación pueden regresar a su cuerpo con una concentración mucho mayor.
Asimismo, ellas siguen produciendo oxitocina incluso después del orgasmo, la hormona responsable de los sentimientos y la unión de pareja. Nuestro cuerpo también la produce, pero la testosterona trabaja como un inhibidor, he ahí la diferencia entre lo que sentimos después de una noche de sexo.
En nuestro caso, Bustle reporta que un estudio del 2003 demostró que los receptores de placer, los que producen la dopamina, después de un gran orgasmo sufren una especie de fatiga. Esto explica la forma en que nos sentimos después de cumplir nuestro “objetivo”, con una especie de desinterés por cualquier estímulo sexual.
Esta fatiga dura unos cuantos minutos, pero en casos extremos puede ampliarse a semanas. Afortunadamente ese tipo de fatiga sexual no es muy común.
