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¿Por qué nos gusta tanto el porno amateur?

Por: Playboy México 28 Sep 2018
Cuartos oscuros, personas desconocidas e imágenes pixeleadas. El porno amateur tiene múltiples desventajas, pero aún así nos encanta, ¿por qué?
¿Por qué nos gusta tanto el porno amateur?

La línea que divide a los amateurs de los profesionales no tiene que ver con la calidad o con el talento, es una cuestión monetaria: sólo uno recibe dinero por la acción que realiza, mientras que el otro lo hace por placer.

En el porno, la división es la misma; pero la popularidad del amateur es única e incluso los profesionales están intentando negar su origen, ¿por qué nos fascina tanto?

Mismo deseo, complicados medios

La pornografía ha avanzado con la tecnología; en su tiempo, la fotografía fue el mejor avance para los amantes del erotismo: ya no tenían que usar memoria para recordar a su amada o de su imaginación para concebir a su amor platónico, con un simple botón podían capturar un momento.

El avance dio imágenes eróticas de calidad, pero no era sencillo que personas comunes se atrevieran a hacerlas. A menos que se tuviera un estudio, los rollos tenían que ser revelados por alguien más, quien vería esos encantos que con tanta privacidad fueron tomados. Por esta razón, las cámaras Polaroid fueron el mayor avance en el erotismo privado; cualquiera podía tomar un desnudo sin el miedo que alguien no deseado lo viera.

El gigante del medio

Las fotografías instantáneas abrieron la caja de pandora, cientos de parejas querían mostrar sus relaciones al público y cientos de personas querían ver aquellos actos. Hasta ese tiempo se trataba de un secreto entre las parejas, pero Homegrown Video lo vino a cambiar todo.

Se estableció en 1982 y se convirtió en la primera compañía en distribuir videos amateurs. Homegrown Video en cada película anunciaba que las parejas que mandaran su contenido podían ganar hasta 20 dólares por minuto.

La idea fue un éxito e incluso algunas personas entraron a la industria pornográfica tras publicar su video. Para muchos productores era una especie de ligas menores donde podían encontrar el talento del futuro.

El Internet vino a cambiar todo, si bien Homegrown Video todavía existe, la facilidad para conseguir y producir porno amateur ha convertido al género en uno de los más populares. Su fama ha llegado a tal grado que numerosas empresas pornográficas han intentado replicar el modelo para que sus videos profesionales puedan pasar por amateurs.

¿Por qué nos gusta tanto?

No son claras las razones de nuestro gusto, pero buena parte de su popularidad se podía originar en el exceso de porno que nos rodea. Antes del Internet, una película porno era sagrada. No era tan fácil acceder a ellas, por lo que una se podía ver hasta que se arruinara el VHS o el disco. No obstante, con la oferta ilimitada actual, el hartazgo puede ser evidente: las mismas tramas, mujeres con cuerpos irreales y actos que no convencen.

Más fácil de ponerse en los pies del otro, las fantasías son más sencillas. Incrementa la excitación al saber que se trata de sentimientos reales.

El porno amateur se destaca de los demás por su realismo, no son actrices que en muchas ocasiones están fingiendo sus orgasmos, son personas que (como todos) están disfrutando uno de los mejores placeres de la vida, lo que es un aspecto único.

Asimismo, son mejores para crear una fantasía al tratarse de escenarios y personas comunes. No tienen una trama ilógica y sus protagonistas no son diosas inalcanzables, son mujeres que podemos observar en todos lados, lo que facilita ponernos en su lugar.

Problemas humanos

No se puede hablar del porno amateur sin tocar su problema mayor: el consentimiento. En el porno profesional existe un acuerdo entre todas partes de publicar el contenido grabado; pero en el amateur no existe una certeza.

Por si esta ambigüedad fuera poca, el “porno de venganza” es un fenómeno recurrente en los sitios porno gratuitos. Este tipo de contenido es uno de los mayores problemas que enfrentan estas páginas debido a los estragos que pueden provocar en las personas afectadas; aunque ya está penado en nuestro país.

Ante esta realidad, las páginas que basan su contenido en el porno amateur se aseguran que cada video tenga el consentimiento de ambas partes; en el caso de Homegrown Video requiere que junto con el contenido explícito se suba un clip donde ambas partes acepten la publicación.

A esto se le suma que las relaciones humanas son complicadas. Una persona puede estar de acuerdo en la publicación en un punto de su vida, pero con el tiempo se puede arrepentir; además, el consentimiento en las relaciones abusivas no es suficiente para garantizar que ambas partes están de acuerdo en la publicación de un video explícito.

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