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¿Por qué en el porno japonés están censurados los genitales?

Por: Iván Montejo 10 Dic 2020
Es uno de los más grandes misterios de oriente; el porno japonés está permitido, pero la censura de los genitales sigue vigente y nos continúa extrañando
¿Por qué en el porno japonés están censurados los genitales?

Mujeres que parecen sufrir más que disfrutar del sexo, agudos gemidos y extraños fetiches. El porno japonés tiene grandes diferencias con el del resto del mundo. Sin embargo, un hecho destaca de entre los demás: los genitales censurados.

Los videos siguen cada cliché del porno, pero en lugar de sus genitales vemos unos cuados de censura que generan más extrañeza que excitación, ¿por qué existe esta clase de censura en el porno japonés? La respuesta es una clara muestra de la misteriosa relación nipona con el sexo.

Una ambigüedad legal

La censura se remonta al Artículo 175 aprobado en 1907 para regular el naciente arte erótico con influencias europeas. El texto claramente busca prohibir cualquier expresión de este tipo:

 “La persona que distribuye, vende o exhibe en público un documento obsceno, dibujo u otro objeto será castigada con prisión con trabajo forzoso por no más de dos años, una multa de no más de 2 millones y medio de yenes o una pequeña multa. Lo mismo aplica a la persona que posea lo mismo con el propósito de venderlo”.

El mayor problema es que la norma ni siquiera se define la palabra “obsceno”, por lo que las cortes se han encargado de definir lo que el término se refiere. Esta ambigüedad ha provocado malentendidos y problemas con artistas que sin querer “violaron” la ley.

El artículo fue aprobado para que las autoridades japonesas tuvieran un respaldo legal cuando decidieran parar la publicación de materiales que se consideraran obscenos. Esto podía ir desde descripciones sexuales, hasta críticas dirigidas al emperador: cualquier cuestión que la autoridad calificara como obsceno.

 

Porno-Japonés-censura-película-1960

 

Las cortes adoptaron la postura de la época: consideraron que el sexo debía ser ocultado y que cualquier acto relacionado es privado, del cual no se podía hablar. Se concibió que cualquier expresión erótica causaría caos y confusión en una sociedad que no podría controlar sus impulsos ante un estímulo sexual.

La corte reconoció que los conceptos relacionados con el sexo cambian con el paso del tiempo, pero siempre debía defender que el sexo es vergonzoso en cualquier cultura.

Problemas obscenos

Debido a que jamás se ha definido qué es “obsceno”, la ley ha sido sujeta a interpretaciones e incluso autocensura con tal de evitar tener problemas con la ley. Por ejemplo, Eirin, la asociación encargada de clasificar las películas, en su tiempo prohibió la muestra de vello púbico en las películas, lo que dio origen a las primeras películas pornográficas censuradas.

Los estudios eran sujetos a multas si mostraban vello público hasta 1991, cuando se comenzó a ser más laxos con las fotografías que lo enseñaban. Como este tipo de fotografías fue bien recibido se finalizó esta prohibición; pero se mantuvo la extraña relación que se tiene en relación con los genitales.

Los protagonistas prohibidos

Si bien se comenzó a aceptar la muestra del vello púbico, no fue así con los genitales, que se han considerado como la muestra más explícita de la “obscenidad”. A finales de los noventa, las leyes se comenzaron a relajar y se permitió la distribución de fotografías sin censura, aunque no sin algunos problemas legales.

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En fotografías la ley ha comenzado a ceder, pero en las películas el camino ha sido más difícil. En el porno, además de mostrar en su totalidad los genitales, existe una relación sexual, y llevar el acto privado al público es visto como algo obsceno; en este sentido, la censura sería una forma de negar que existe un acto sexual.

Por si fuera poco, tampoco se definió qué es una relación sexual: ¿la masturbación lo es? ¿Un oral? ¿Un facial? Razón por la cual, los estudios decidieron censurar por completo los genitales y cualquier acto.

Extrañas consecuencias

Las leyes no pueden contener el deseo por el porno. A raíz de la censura han surgido extraños subgéneros que nos siguen sorprendiendo.

Las leyes se volvieron más laxas con respecto a mostrar genitales, pero no así con la penetración; así vieron la luz tentáculos sexuales que se introducían por todas las cavidades de inocentes mujeres. Las penetraciones normales estaban prohibidas, pero no las relaciones con extraterrestres o criaturas marinas.

Nació el bukkake, donde varios hombres le hacen un facial a una mujer, o el gokkun, donde la mujer toma el semen de múltiples hombres de un vaso, e incluso el omorashi, el extraño fetiche de ver a una mujer con la vejiga e incluso orinarse por la urgencia de ir al baño.

A pesar de las prohibiciones, la sexualidad se abre camino… En ocasiones por extraños senderos que todavía nos siguen sorprendiendo.

*

“Obscenity In Japan: Moral Guidance Without Legal Guidance”, Amanda Dobins

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