Llegó la hora del placer, pero antes: ¿Qué es la libido?

Todos hablan de la libido, de los alimentos que la incrementan y de las habitudes que la disminuyen. Sin embargo, en pocas ocasiones uno piensa en lo que significa esa palabra, ¿qué es lo que implica ese aparente inexplicable deseo sexual que sentimos al ver a una mujer hermosa?
La libido es el deseo de actividad sexual, en el plano biológico es regido por las hormonas: resultado de un cóctel químico de dopamina y aminas traza, las cuales actúan en conjunto con la testosterona, el estrógeno, la progesterona y otras hormonas similares. Este hecho se mantiene en la mayoría de las especies, pero en los humanos también depende de aspectos sociales y psicológicos.
Sentimientos salvajes
En todas las especies existe un deseo por tener actividad física. Según expertos, la libido evolucionó para motivar a individuos a buscar el mayor número posible de posibles parejas para reproducirse.
A pesar de las similitudes no todos son iguales. Existen animales que son categorizados como “selectivos fríos” que únicamente escogen a su pareja por la apariencia externa sin interesarse por el placer, mientras que los otros que son llamados “selectivos calientes”, cuya elección se guía por sus sentimientos subjetivos de placer. Nosotros pertenecemos a este último punto, pero hay más cuestiones que nos separan de nuestros parientes peludos.
No, no es amor…
La mayoría de los animales la libido sigue esta tendencia: el sexo únicamente está relacionado con la reproducción y la necesidad por hacerlo únicamente obedece la búsqueda de perpetuar la especie. No obstante, en nosotros y otros seres vivos existe el llamado “amor romántico”, que se podría haber desarrollado para ampliar los sentimientos para cumplir con las obligaciones necesarias para garantizar la vida del primogénito.
Los científicos Helen E. Fisher, Arthur Aron y Lucy L Brown, citaron estudios basados en resonancias magnéticas del cerebro humano demostraron esta diferencia. La libido activó zonas del cerebro muy diferentes a las que estimula el amor romántico.
Esto confirma lo que los científicos llaman datos anecdóticos humanos: el deseo sexual tiene una meta específica y puede enfocarse a múltiples personas, mientras que el amor implica cuestiones más emocionales y sólo se centran en un individuo. Aspectos que han hecho del sexo la mejor arma para afianzar la especie.