El directorio de las mujeres soñadas en Londres, con sus hazañas y atributos
Para muchos se trata de la profesión más antigua del mundo; la prostitución nos ha acompañado desde nuestros orígenes e incluso está presente en otras especies. No es extraño que existieran intentos por regular esta milenaria actividad, pero hay un extraño directorio que por 40 años estudió minuciosamente a las mujeres que desempeñaban esta noble labor.
Se trató del Harris’s List of Covent Garden Ladies, un directorio anual que contenía los nombres de todas las prostitutas de Londres y se publicó desde 1757 hasta 1795. Era un libro de bolsillo (era crucial poder esconderlo y llevarlo a cualquier lugar) que tenía el costo de un chelín, su distribución era impresionante y se estima que vendía alrededor de 8 mil copias cada año.
El misterioso autor
La zona en la que estaba centrada era Covent Garden, un barrio ubicado en la parte oriental de la ciudad de Westminster, esquina sudoeste del municipio de Londres. El autor (por obvias razones) siempre permaneció anónimo, pero su trabajo de campo era envidiable al pasar por lo menos una noche con cada chica de la zona, todo con el fin de ser leal a sus lectores y brindarles las reseñas más precisas.
Se acredita a Samuel Derrick como el responsable de diseñar la lista, se cree que este autor irlandés escribió varias reseñas hasta su muerte en 1769; pero no se sabe nada sobre los que continuaron con su legado. La lista nombró a H. Ranger, John y James Roach, y John Aitkin como sus autores, tres menciones que son seudónimos.
El codiciado libro
Se trataba de un texto de aproximadamente 150 páginas que resguardaban los nombres y características de entre 120 y 190 prostitutas de la zona. El precio era accesible para las clases medias, pero caro para las trabajadoras.
El libro veía a sus lectores como patrones de una buena causa, que buscaban ayudar a las sexoservidoras y llenar todas sus necesidades. Mientras que a ellas las veía como víctimas de su promiscuidad que eran cazadas por los rezagados de la sociedad.
Las descripciones eran completas, detallaban la edad, apariencia física, incluyendo el tamaño de sus pechos, sus especialidades sexuales, descripciones de sus genitales e incluso talentos fuera del ámbito erótico; si sabían bailar, cantar o conversar bien. No podían faltar los precios y los lugares en los que se las podía encontrar. Se incluía a todas sin importar el público al que se dirigieran, desde las que cobraban únicamente 5 chelines hasta las de alta sociedad como Kitty Fisher y Fanny Murray.
Las introducciones incluso eran tan detalladas que se incluía el origen de las damas, con historias que comenzaban con mujeres inocentes que dejaban sus hogares debido a un hombre promiscuo que las abandonaba al llegar a Londres. Las descripciones incluso incluían violaciones, que eran descritas como “seducciones en contra de su voluntad”.
Los fragmentos
Las descripciones e historias son únicas y vale la pena conocerlas:
- “[…] pero ella no puede ser admirada por sus encantos, debido a que tiene muy pocos, en efecto somos tan ciegos que no podemos discernir ninguno. Es alta y lujuriosa, tiene un ojo muerto y la nariz aplastada”.
- “Una alta mujer, de alrededor de 22 años, elegante en persona con un cautivante rostro, ha encontrado el verdadero arte de dar y recibir placer”.
- “sus rasgos son buenos, a excepción de su cara, que es un poco amplia, especialmente cuando se ríe, que es muy frecuente”.
- “He escuchado que cuando hace sus negocios hay pocas que la superen”.
- “Esta dama ha tenido algunos años en el servicio, en Londres, donde ha tenido mucho éxito entre los jóvenes del pueblo, quienes la admiran más por su vulgaridad que cualquier otra cosa”.
Al leer las descripciones es fácil explicar el origen de su éxito, no sólo podía ser leído por los londinenses que buscaban una noche de pasión, también era apto para cualquiera que buscara unas cuantas carcajadas por sus ácidas descripciones.
La publicación continuó con su éxito hasta 1795, año en que la opinión pública comenzó a criticar el intercambio comercial de sexo y las autoridades lo comenzaron a regular. Los responsables de la lista fueron multados y encarcelados, por lo que se decidió terminar por completo el proyecto.
La lista de Harry se trata de un texto que demuestra lo poco que hemos cambiado, todavía continuamos buscando el sexo por cualquier medio posible y si se combina este deseo con el humor negro, se tiene la fórmula ideal para el triunfo, aquí y en el Londres gregoriano.
