De la pasión al odio, el controversial mundo del vello púbico

El vello púbico, nos guste o nos desagrade, es una parte fundamental de la vida sexual. Su importancia es tal que culturas enteras han creado códigos alrededor de él: en muchos países islámicos es visto negativamente y las leyes religiosas exigen la depilación, mientras que en Japón es tan mal visto que fue censurado por varios años en el porno.

Un extraño amor

El vello púbico es el sueño de muchos, consideran que es la forma más natural del cuerpo y que debe ser enaltecido. El aprecio llegó hasta las obras más destacadas de arte, donde tomó la forma de triángulos y formas estilizadas.

El amor hacia él en varias ocasiones llegó a ser una obsesión, como en la Inglaterra del siglo XVIII, quienes guardaban el vello púbico como un recuerdo e incluso talismanes. Por lo que no es extraño que exista una caja con los vellos de una de las amantes del rey Jorge IV del Reino Unido.

Esta obsesión por el vello púbico tiene respaldo científico: en 2016 un estudio concluyó que su ausencia aumentaba notablemente el riesgo de contraer enfermedades de trasmisión sexual. Además que es de gran ayuda para proteger a la piel de la zona genital, que es mucho más sensible y susceptible a irritaciones o infecciones.

Sin arbusto

El porno en buena parte es responsable de la popularidad de la ausencia de vello público, desde la década de los noventa se comenzó a ver como un símbolo de “suciedad” y comenzaron a proliferar las artistas que decidían quitárselo.

Esto ha determinado nuestros gustos y no es extraño que a la mayoría les guste sin ningún tipo de arbusto. Esta proliferación ha creado “cortes de cabello” innovadores que van desde la clásica depilación total hasta el uso de tintes de cabello y la creación de formas y frases.

Varios expertos advierten que la depilación puede traer consecuencias para la salud, pero no todo es negativo. Diversos estudios han demostrado que muchas mujeres mejoran su vida sexual tras depilarse, esto se puede deber a que la falta de pelo pueda ayudarlas a familiarizarse más con sus genitales; aunque también esta mejora puede relacionarse con el concepto negativo que tiene: al ya no existir ellas se pueden sentirse más seguras y estar más abiertas al sexo.