Bettie Page, la playmate por la que cientos fueron a la cárcel
Era la década de los setenta y en Estados Unidos existía una prohibición sobre los materiales que se consideraban “obscenos”. El acto Comstock de 1873 prohibía el envío de material por correo que fuera “lascivo”, y las cortes calificaban al erotismo como aquello que no tenía importancia artística, literaria, política o de valor científico, y por ende censurable.
Bajo estas leyes arrestaron y persiguieron a personas que traficaban con revistas, rollos, diapositivas o fotografías con contenido erótico, y en la mayoría de los reportes se repite un nombre de manera constante:
“Dos libros y cuatro fotografías retratando a BETTY PAGE en varias posturas”.
“Para la información de la Oficina de Nueva York, una de las participantes en las diapositivas presentadas es conocida para el Laboratorio como BETTY PAGE, una antigua stripper en el área de Nueva York”.
“Se nota que estas mujeres no son conocidas por la Oficina de Nueva York, habiendo aparecido en fotografías con flagelación y bondage; y no está disponible información que indique que un apartamento en Harlem se haya estado usando para este tipo de fotografía. En 11/1/56, BETTIE PAGE, que aparece en el material presentado, afirmó a los agentes de NYO [Oficina de Nueva York por sus siglas en inglés], que ella nunca había escuchado que este tipo de fotografía se hiciera en Harlem”.
Estos reportes hacen referencia a Bettie Page, una modelo pin-up, o aquellas mujeres que posaban de manera sugerente, que se hizo famosa tras ser una de las primeras playmates de Playboy en 1955, y por posar desnuda en diversas sesiones; e incluso en algunas ocasiones en escenarios bondage.
El origen del erotismo
Los traficantes de imágenes eróticas realizaron bien su trabajo, a pesar de los esfuerzos del FBI por eliminar con la “obscenidad”, aquella belleza era única y todos los varones pagaban bien por ella. Todo hombre que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial conocía sus curvas, su fleco, su lencería y sus zapatos de tacón; Bettie era la mujer con la que todos soñaban, pero se conformaban con tener una de sus fotos guardada en la cartera.
Oriunda de Nashville, Tennessee, tuvo una juventud difícil: sus padres se divorciaron cuando ella todavía era muy joven y su padre abusó de ella cuando tenía 13 años. Desde chica comenzó a estudiar actuación, mientras estudiaba la licenciatura en artes, que terminó en 1944.
Paradójicamente, fue un miembro de la justicia quien la inició en el mercado de los retratos eróticos. En 1949, el oficial de policía Jerry Tibbs se vio sorprendido por su belleza y ofreció hacerle un portafolio para que pudiera iniciarse como modelo pin-up. Bettie no tenía pena en mostrar su cuerpo y esta inhibición la convirtió en una de las chicas más retratadas y deseadas de la época.
La caída
Esta actitud la convirtió en una de las modelos favoritas de los fotógrafos de la época, que no se cansaban de su belleza y desinhibición. Tendencia que se mantuvo contante hasta que fue invitada para aparecer en Playboy en 1955, donde enamoró a todos los lectores con un guiño y con un sobrero de Santa Claus.
En la época todavía se perseguía a las cuestiones que se consideraban “obscenas”, razón por la cual apareció en una innumerable cantidad de investigaciones de las autoridades y en varias ocasiones fue citada para hablar sobre la industria. Esta presión y el éxito inesperado hicieron que cayera en una depresión, tan sólo dos años de aparecer en Playboy se retiró del modelaje.
El renacimiento
Se alejó de los lentes de la cámara y se escondió en algún rincón de California, donde años después fue arrestada tras atacar a su casera durante un colapso nervioso, el jurado no la encontró culpable por su estado mental y fue trasladada a una institución psiquiátrica.
La leyenda de Bettie Page se mantuvo en el letargo como muestra de los terribles estragos que le podía causar la industria de entretenimiento a una mujer. Sin embargo, en la década de los ochenta su figura tuvo un resurgimiento.
Su peinado, su sensualidad y sus prendas se convirtieron en un símbolo: de repente todas querían ser como aquella mujer que fue perseguida por las autoridades al asumir su sexualidad con libertad. Se crearon películas, concursos a su nombre, loncheras, y se escribieron libros y cómics; extrañamente una generación diferente la había adoptado y la volvió a convertir en el símbolo de la sexualidad.
Desde Uma Thurman en Pulp Fiction, hasta la moda de cuero adoptada por Madonna y Rihanna, la figura de Bettie Page trascendió su tiempo, evitó a los censores y autoridades del pasado para convertirse en una leyenda del erotismo.
Bettie murió en 2008 tras un paro cardiaco, en diversas ocasiones aceptó ser entrevistada para hablar sobre sus años gloriosos; pero jamás aceptó que se le volviera a fotografiar, al parecer era consciente de que el ideal que había construido en sus fotos era más grande que ella misma.
