Su propuesta juega con dos conceptos de la cultura pop: las estética pin up y los superhéroes. Es muy popular en Instagram, tanto que tres veces le han eliminado su cuenta.
La manzana tiene un papel determinante en la historia. Fue una manzana lo que Eva le ofreció a Adán. También la que, de acuerdo con la leyenda, golpeó en la cabeza a Isaac Newton y lo inspiró a teorizar acerca de la fuerza de gravedad. Una manzana en la cabeza de su hijo fue a lo que Guillermo Tell tuvo que apuntar con su ballesta.
Para el artista nacido en África, Marco Kooiman, una manzana fue su primer ejercicio de dibujo.
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“De pequeño, comencé a hacer dibujos en las paredes de mi habitación, lo que enfureció a mis papás. Pero durante la pubertad mi madre, que es arquitecta, me dio mis primeras lecciones de arte. Colocó una manzana delante de mí y me dijo: si no puedes dibujar una manzana, no podrás dibujar nada en tu vida”, recuerda en entrevista.
“Sobra decir que dibujé cientos y cientos de manzanas”.
Se aficionó además a practicar con naturalezas muertas para aprender teoría del color y composiciones. A la par, se hizo amante del rock duro de Aerosmith, Ozzy Osbourne y Guns n’ Roses, además de películas nada relacionadas entre sí como Depredador y La Dolce Vita.
Comic is my religion
Antes de adoptar Bad Brushes como nombre de batalla, Kooiman estudió la preparatoria en Canadá y la universidad en Italia, donde radica actualmente. Su padre es un geólogo danés que llevó a la familia a vivir a diferentes países, lo que hizo que el futuro artista se empapara de varias corrientes artísticas.
Entre sus influencias destaca aquella a la que se le conoce como el noveno arte: los cómics.
“Los veo como una expresión artística sublime aunque no se les reconozca como tales. En mi caso, empecé leyendo Archie y los universos DC y Marvel cuando era niño. Pero conforme me hice adulto, supe apreciar el trabajo de gente como Milo Manara, Paolo Serpieri y Leone Frollo. Son mis mentores y maestros”.
Bad Brushes reconoce además la influencia que han tenido en su trabajo gente como Dean Yeagle, Doug Sneyd y Erich Sokol. Todos ellos ilustradores de la vieja guardia en Playboy.
Entre los clásicos refiere, sus influencias van “de Leonardo Da Vinci a Miguel Ángel o Caravaggio. Como crecí en Canadá, experimenté unos inviernos muy duros y todo lo que tenía a la mano eran los libros que mi mama utilizó en la escuela de Arte. De modo que invertí mucho tiempo estudiándolos”.
Tres veces eliminado
En la actualidad, ha presentado exposiciones en territorios como Holanda, Alemania, Italia y Canadá. Debido a la crisis sanitaria, ha pospuesto todos sus proyectos en ese sentido hasta 2022.
Trabaja tanto en análogo como en digital y su obra recorre desde paisajismo, retrato, desnudo glam de los años 70 y 80, además de interesantes mashups que mezclan chicas pin up con superhéroes.
Bad Brushes comparte un enemigo en común con Playboy: la censura.
“Tengo una cuenta en Instagram, @bad.baro- que4, en la que promuevo el trabajo de otros artistas. En tres ocaciones me la han eliminado por subir contenido sugerente y erótico. Las mismas tres que he tenido que empezar otra vez de cero. Creo que la censura es lo más nocivo que puede haber para la sociedad”, concluye.