Sexo en ruso o el origen de las “rusas”

Con la copa mundial de futbol 2018, todo mundo tiene puesta la mirada en Rusia y evidentemente en las rusas. Mujeres que tienen fama de ser bellas, damas que desde América las imaginamos unas máquinas sexuales. Es más, sin haber visto en persona a una ciudadana de esa región, no son pocos los mexicanos que ya se imaginan una chaqueta rusa con pechos moscovitas; porque la fantasía asegura que son insaciables maestras del sexo.

No es así, al menos no del todo.

El sexo en el suelo ruso ha tenido sus altas y bajas, predominando por décadas una censura del tema. La historia marca que alrededor de 1920, la vida sexual de los soviéticos tenía bastante libertad, entre otras cosas la homosexualidad se despenalizó; sin embargo, con el ascenso al poder de Stalin, el sexo pasó a ser un tabú. Se llegó a decir que en la Unión Soviética nadie tenía relaciones sexuales. En realidad las había, pero en lo oscurito. Hasta los años noventa, con la Perestroika, las cosas empezaron a cambiar, no sólo en la economía, también en la intimidad rusa. No obstante, en esta época, los rusos son más discretos en el tema en comparación con otros países de Europa.

Primera pregunta, si el sexo era un tabú, ¿cómo y quién inventó la famosa chaqueta rusa?

Bien, la chaqueta rusa es la masturbación que recibe el hombre gracias a una mujer que usa sus senos para frotar el pene, en lugar de utilizar las manos o la boca. Lo curioso es que el término “rusa” cambia de acuerdo con el país. Por ejemplo, en España le llaman “hacer una cubana”; en Cuba, Francia, Italia y Alemania le dicen “hacer una española; en Argentina “paja turca”; y en México “una rusa”.

No hay versión oficial de que una nación sea la madre de esta práctica. Una leyenda apunta a Roxelana, una mujer de Polonia que fue vendida como esclava y terminó en Turquía. Allí pasó al harén del sultán Solimán. Se dice que ella logró ubicarse como la concubina favorita y después esposa del gobernante, usando sus pechos para masturbarlo; se tiene certeza de que Roxelana era una gran amante, pero no de que haya inventada “la turca”.

Segunda pregunta, si un incierto antecedente señala a Turquía, ¿por qué ponemos otra nacionalidad a ese tipo de masturbación? Generalmente es para resaltar una costumbre, “hablar mal” de un país o por los atributos físicos de las mujeres de algunas naciones. En este sentido, los mexicanos decimos “hacer una rusa” haciendo eco de lo que una encuesta arrojó, el cual coloca a las mujeres rusas en primer lugar, junto a noruegas, finlandesas y suecas como las féminas que más usan copas mayores a la D al comprar brasieres.

En segundo lugar están las mujeres de Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Islandia, Alemania, Dinamarca y Holanda, entre otras, lugares donde se compran más tallas D. Quienes usan más tallas C son las chilenas, brasileñas, uruguayas, francesas, británicas, entre otras. Y en cuarto lugar están las mujeres de México, que son copa B en promedio.

Este estudio tomó en cuenta el consumo de ropa íntima, pero no podemos tomarlo como definitivo para asegurar que las rusas son las que tienen más “personalidad”. Incluso, otras estadísticas apuntan a que las mujeres con los senos más grandes son las estadounidenses.

Hay quienes imaginan que las prostitutas rusas no inventaron la masturbación con los senos, pero sí fueron quienes la pusieron de moda en Europa y luego en el resto del mundo. Dato duro de comprobar. Sobre todo porque del tema de la prostitución, en lo que fue la URSS, no se hablaba.

Las prostitutas de esos años actuaban con técnicas como si fueran agentes secretos. Ellas iban a las estaciones de tren, allí tomaban asiento, estiraban las piernas de tal forma en que los hombres las reconocían al observar la tarifa de sus servicios, la cual estaba escrita en la suela de sus zapatos. Otras llevaban en la mano un billete, verde o azul, que indicaba lo que cobrarían por un momento de pasión, es decir, tres o cinco rublos.

En años recientes, el sexo en Rusia y la prostitución tomó otro matiz. Ante la crisis económica, muchas mujeres solicitaban los servicios de un plomero o electricista u otro técnico para arreglar problemas del hogar a cambio de sexo. Así es, el sexo ruso como recurso humano para conseguir recursos materiales; un servicio sexual amateur por servicios profesionales domésticos; una rusa a cambio de unas manos especializadas. Difícil de creer.