Ricardo O´Farrill: “me gusta retratar la estupidez humana”

Sus chistes sobre mirreyes y lobukis son también un autorretrato.
No se puede parar en el estadio de los Pumas porque lo podrían moler a golpes y nos contó de la vez que dio un show para un público armado hasta los dientes.

PB: Te imaginaste alguna vez de niño, que te harías tan famoso como para salir insultando en Internet a un expresidente?

RO: ¡Qué buena pregunta! (Risas) ¡Jamás me lo imaginé! Yo era muy retraído, nunca me imaginé que estaría en Internet diciendo que el expresidente era un pendejo.

PB: Al final casi eres licenciado en Publicidad, sabes cómo hacer para llamar la atención.

RO: Terminé la carrera de Publicidad, quiero aclararlo. Sólo nunca fui a recoger el título. Cuando me estaba graduando, estaba ya en Tv Azteca, así que ya sabía que me iba a dedicar a escribir comedia y subirme al escenario.

PB: Tu especial para YouTube se grabó en Pachuca, mientras que otros comediantes presumen haber dado la vuelta al mundo y grabado en la Arena Ciudad de México.

RO: ¡Qué bueno que entendiste el chiste! ¡Esa era la idea! Los especiales siempre se hacen en las ciudades fancy, pero Pachuca es un gran público, ¡de eso se trataba! De hacer un show épico en una ciudad donde nunca volverá a pasar algo así, porque si alguien más lo hiciera, me copiaría la idea y de todos modos, yo ganaría.

PB: Fuiste el primer comediante mexicano en grabar un especial para Netflix y también el primero en hacerlo en YouTube. Haciendo un paralelismo y toda proporción guardada, fue como cuando Radiohead fue el primer artista en dejar que la gente decidiera cuánto quería pagar por su disco In Rainbows.

RO: Soy muy fan de la música, me encanta cuando un artista coloca su disco donde todo mundo lo
pueda escuchar. Por eso, mi Live in Pachuca salió en casete, en vinilo y su arte se parece al de
Live in Montreux. Las portadas de Live in Montreux siempre traen al artista sudando a medio concierto. Así que por donde lo veas, parece un
disco de rock, pero no es más que un vil disco de comedia.

PB: Tu apellido es de mucho abolengo, ¿qué opinó tu familia cuando empezaste a subir al escenario?

RO: Primero, soy O’Farrill, pero no de los de abolengo. Más bien, entre mis O’Farrill sí hay muchos que son cagados. En un inicio, cuando le dije a mis papás que haría comedia, me dijeron que estaba bien. Pero cuando fueron a mi primer show, mi papá me dijo: “lo haces bien, hijo, pero estos güeyes (los comediantes) son unos losers. No te quedes aquí”. Y es que seguir en la comedia implicaba que reprobara una materia. Ha sido un tema en la familia, porque había primos que antes ni siquiera me hablaban, ni sabían que yo existía, pero para ellos ahora soy “el primo O’Farrill”.

Fotografía de Román Gómez

PB: Al principio tenías un público muy segmentado, ¿hoy dirías que ya sabes de qué se ríen los niños bien?

RO: En efecto, era un público conformado por niños fresas del Pedregal. Ahí siguen, son muy fieles y lo agradezco. Creo que se debe a que mi punto de vista sobre algunos temas era agresivo, mamón, y eso les agradaba. No entendían que era algo cómico. Pero volviendo a tu pregunta, la forma en que me expandí de ese público fue intentando descubrir por qué no se reían los demás, de qué había que hablar y cómo, para que le diera risa a los demás. Me di cuenta en medio de un show para narcotraficantes (risas) ¡No vayan a creer que me la paso haciendo shows para narcotraficantes! Sucedió una vez, porque me contrataron para ir al cumpleaños de un doctor, pero cuando llegamos nos dimos cuenta de que no era un doctor, sino otra cosa (risas)… y durante el show detecté que había que tirar ciertos chistes que nunca hubiera tirado sobre un escenario. Estaban vueltos locos, risa y risa. Eso es lo que te da este bisne, entender a los diferentes públicos. Por eso antes de grabar Live in Pachuca, hicimos una gira en la que probamos el material en bares muy pequeños. Morelia fue una ciudad clave. Porque un güey de la audiencia me dijo: “¡Está bien cábula tu show, güey! ¡Pero tienes una parte de música de banda que está bien cagado, pero lo tienes hasta
el final!”, y lo que concluí es que esa parte de la música de banda debía moverla para el principio, para que le llamara más la atención. Por eso hay que ver cómo te adaptas al público. Franco Escamilla lo tiene súper bien estudiado. Atiende a todos los públicos que van a verlo para que al final, todos salgan contentos.

PB: Pero en ese deberte al público y complacerlo, tu chiste de “Kuri” no se volvió a Radio- head lo que “Creep”.

RO: Sí, “Kuri” se volvió mi “Creep”. Es la mejor manera de decirlo. Pero le agradezco a ese Creep que me conozca tanta gente. Ahora tengo la misma responsabilidad que tuvo Radiohead: demostrar que soy más que Creep. De eso se trata este show y por eso hago ÑamÑam, por eso estoy en Deportología y por eso coproduje este show. Yo me senté personalmente a edime hablaban, ni sabían que yo existía, pero para ellos ahora soy “el primo O’Farrill”.

PB: México es un país de “ladies” y “lords”. Lo que tú cuentas sobre el escenario, ¿representa una especie de ajuste social de cuentas?

 RO: Sí, porque me gusta mucho señalar la estupidez humana. Ya sea la mía o la ajena. Sobre todo cuando se trata de un tipo muy cute, son súper inseguros y tienen mucho por dónde atacarlos. En México se cometen muchas idioteces y está bonito exhibirlas, es como decirles: “yo también estuve ahí para burlarme de ti”. Te lo mereces. El comediante es esa figura que está viendo todo desde la parte de atrás y se guarda su comentario, hasta que subimos al escenario para soltarlo.

PB: Luis Spota escribió Casi el paraíso para burlarse de una clase social alta que veneraba a un falso príncipe italiano, ¿el stand up comedy mexicano se está convirtiendo en esa especie de crónica social?

RO: Es el reflejo de lo que
está pasando en esta época.
Se le puede o no considerar
arte, pero está teniendo un boom en este momento. No lo puedo comparar con el CBGB (el club neoyorkino en el que despuntaron varias leyendas del punk), pero lo veo muy similar. Pequeños grupos que querían tocar para cierto grupo de gente hasta que se volvieron famosos. Pasó después con el hip hop. El stand up es una crónica en el sentido de lo que cada comediante cuenta en su show. Nos toca a cada uno dejar nuestra marca. Nos han dicho que somos la nueva escuela de la comedia, ahora nos toca demostrarlo.

PB: Si dentro de mucho tiempo un marciano encontrara el video de tu show o de algunos otros comediantes, ¿podría darse una idea de cómo éramos los mexicanos?

RO: No lo había pensado así, porque yo sólo me paro y digo el chiste. Pero definitivamente así sería. Sobre todo creo que el señor Ballarta realiza un excelente reflejo de cómo somos.

PB: Ya que mencionas a Ballarta, mientras tu twitter es @richiesgenial, el de Carlos es @ballartaesputo, ¿las redes sociales dicen mucho de nosotros?

RO: (Risas) ¡Ballarta confesó que era mi fan y que se puso así por tributo a mí! Mi genial me lo puse en la universidad, porque que- ría que sonara súper nerd, súper teto. No cabía “richie es fantástico”, así que puse “genial”, pero ya estoy pensando en cambiarlo porque qué puto oso ser “richie es genial” a los 50 años.

PB: Entre más famoso eres, ¿pesa más lo que dices, sea en los 6 segundos de un Vine o en un show de hora y media?

RO: Claro, por eso hay que taparse tanto el culo en las entrevistas. Pero nunca en el escenario. Por eso mi show en esta época en la que todo mundo se ofende, quiere recordarte que es sólo comedia. Si te ofendes de todo estás jodido, porque estás limitando una expresión artística. Vas a ir a un concierto de reggaetón y te ofenderás cuando Daddy Yankee cante la ‘Gasolina’, por la forma en que se expresa de las mujeres, pero vas a bailar las otras canciones. A ese problema se enfrenta la comedia. Tienes que recordar que si vas a un club de comedia, pagaste un boleto para ver comedia. Si en una película te divierte un chiste, ¿por qué no te da risa si lo dice un comediante? O lo que es peor, te ríes durante todo un show, pero cuando el comediante dice un chiste sobre cáncer o Síndrome de Down, ahí sí te ofendes porque resulta que tienes un hermano que…, pero a ver, si te estuviste riendo durante todo el show, estás en el entendimiento de que todo es una broma. Sigamos ese juego o quita el puto show de la tele.

Fotografía de Román Gómez

PB: También hay comediantes que padecieron cáncer, como el Cojo Feliz, que se burla de ello.

RO: ¡Es correcto! Lo único que le puedo decir a la gente que se va a ofender con mi especial es que me voy a estar chupando los dedos (risas)… si te ofendes con la comedia es que no estás entendiendo de qué va el juego. Uno no escribe estas cosas pensando en lo malo que somos, sino en abordar un miedo social mediante el efecto cómico.

PB: Dijo Jean de la Bruyere que la vida es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan, ¿de eso se trata?

RO: Sí, hay que asimilar que si te caes, lo mejor que puedes hacer es empezar a reírte porque si no, te dará más pena. Me lo enseñó Sofía Niño de Rivera hace mucho: tragedia más superación, igual a comedia. Lo que pasa, lo atiendes, ves el punto cómico y te burlas de ello. Esa es la razón por la que las personas contamos chistes en los funerales.

PB: Carlos Burnett dijo que la fórmula de la comedia era igual a tragedia más tiempo.

RO: Seguro Sofía lo sacó de ahí (risas).

PB: Pero el punto es ¿qué tanto tiempo? Porque tú ya haces un chiste sobre el terremoto.

RO: No hay una cantidad de tiempo, de repente la gente lo empieza a aceptar. Cada vez es

más sencillo que la gente acepte chistes sobre el terremoto, pero obviamente cuando acababa de suceder nadie tenía ánimos ni de contarlos ni de escucharlos. Pero sí, la gente olvida y perdona. Por eso hoy se les hace muy cool Vicente Fox. Dentro de unos años van a decir de Peña Nieto, “este muchacho tan tontuelo” (Risas).

PB: Sin embargo, otro comediante dijo una vez que un chiste político del jueves ya no te daría risa el viernes.

RO: Por eso hay que estar generando material, porque se va. Yo tenía un bit político que criticaba a Margarita Zavala como candidata, pero después de contarlo unas pocas veces lo tuve que desechar. Esa es la labor del co- mediante, pararse en el escenario y decir: “estoy emputado por esto, hoy”.

PB: A Polo Polo le pasaba que aunque escribiera nuevas rutinas, la gente siempre le pedía sus greatest hits. ¿En el stand up puede pasar esto?

RO: No, porque trabajas por el especial y cuando ya está ahí, el chiste ya está contado y después no le causará risa. La chamba del comediante de stand up es generar nuevos chistes todo el tiempo y si te piden un chiste en especial, los mandas a ver el especial en la tele.

PB: Tú que eres tan fan del hip hop, ahora que eres más famoso, ¿ya te puedes dar vida de Kanye West?

RO: Lo padre ha sido acercarme a raperos mexicanos para colaborar. Eso es lo más cool. Busqué a Lng/SHT para que me hiciera una canción de mi programa de comida y a la Banda Bastón para que compusiera el tema musical de Live in Pachuca. Es lo más que me puedo dar de vida de rapero. Ahorita no hay bling bling, sólo me puedo comprar unos tenis.

PB: ¿Café 22 fue el CBGB del stand up mexicano?

RO: No, si acaso el CBGB de la comedia es la Caja Popular (en Querétaro), porque hasta tuvo su momento en que lo iban a cerrar y se hizo un Teletón para rescatarlo. Si el dueño del 22 lo hubiera sabido aprovechar, ahorita tendría una puta mina de oro.

PB: ¿En qué lugar no te puedes presentar sin temor a que te partan la cara?

RO: ¡En el estadio de Pumas, carajo! Todo empezó porque estaba cubriendo un Tigres contra Pumas y las personas primero me gritaron de cosas, luego me escupieron, me aventaron pipí y al salir, me golpearon. A partir de ahí me he dedicado a hablar pestes del estadio de Pumas. Por eso no puedo ir, porque en una de esas alguien me reconoce y me parte el hocico.