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Redes ocultas: Los pecados de Cultura Colectiva

Por: Iván Montejo 09 Abr 2019
Cultura Colectiva fue noticia internacional al revelarse la filtración de información de sus usuarios, ¿qué es lo que implica este uso de nuestros datos?
Redes ocultas: Los pecados de Cultura Colectiva

 

Los feeds alteran el tiempo, hacen que las horas parezcan semanas y los días siglos. Las noticias se encuentran en una encarnizada lucha por nuestra atención, donde por momentos parece que sólo triunfan los encabezados.

Dentro de esta batalla, en muchos casos no existe un seguimiento a las ramificaciones que puede tener una noticia, pero creo que en este caso es indispensable adentrarse en el fango.

Para la mayoría de las personas la noticia de Cultura Colectiva tan sólo fue un trending topic de miércoles, un respiro en la tormenta digital que implicó el movimiento #MeTooMéxico, un recuerdo de que la privacidad no existe en Internet.

El derrame de información

Como lo dije en mi columna anterior, trabajé por un tiempo en Cultura Colectiva, no creo que sea pertinente expresar aquí los secretos que conozco de la empresa, sólo me limitaré a decir no me sorprendió en lo más mínimo el tremendo escándalo en el que se vio envuelta la semana pasada.

Para los que no se enteraron de la noticia, el 3 de abril el sitio australiano UpGuard reveló que Cultura Colectiva había reunido la información de más de 540 millones de usuarios. La empresa mexicana tardó en responder la acusación, pero el mismo día publicaron un comunicado en sus redes sociales, donde indicaron que:

“Todos los datos disponibles públicamente que nos comparte Facebook, y que obtenemos de las fanpages que administramos como medio digital de comunicación, es pública, no sensible y es información que cualquier usuario de facebook puede ver. Utilizamos esa información para mejorar la experiencia de los usuarios en nuestro sitio web, así como para generar contenido que sea atractivo e inspire a nuestras audiencias”.

Su defensa en principio es válida, Facebook contiene información de los usuarios y las páginas pueden utilizarla para mejorar el contenido. No obstante, la carta obvió el problema central de la filtración: alguien dentro de la empresa subió esta inmensa base de datos a un servidor público de Amazon, cuestión que va en contra de los términos de la red social de Mark Zuckerberg  y vulnera la privacidad de todos los implicados.

Desde enero pasado UpGuard avisó a Cultura Colectiva que la información era pública para todo el que quisiera verla, pero los responsables del sitio hicieron caso omiso. Era más sencillo esperar obviar el gran problema.

Datos millonarios

En mi estancia en Cultura Colectiva, asistí a juntas donde se elegían los contenidos que se publicarían en la página. Una ocasión se propuso realizar una nota sobre el documental The True Cost, que expone las terribles consecuencias sociales y ambientales de la llamada fast fashion. El artículo tenía potencial, pero la idea que fue rechazada para evitar conflictos con futuros contenidos patrocinados por tiendas de moda.

Recordé ese episodio a mediados de 2016, cuando me enteré que el Gobierno Federal era uno de los nuevos patrocinadores de la página. Afortunadamente ya no era colaborador durante esa alianza de 11 millones de pesos, pero a mi mente llegó una pregunta que tuve en cuando se prefirió omitir el artículo de The True Cost: ¿qué crítica podría realizar un medio que recibe esa cantidad de dinero?

La colaboración directa entre el gobierno y un medio de comunicación (a tal punto de tratarse en el único en entrevistar a Peña durante su mandato), por sí misma genera problemáticas; pero la situación se agrava cuando se toman en cuenta los datos que estaba recabando la página.

Cultura Colectiva no estaba obligada a recolectar la información de más de 540 millones de usuarios,  ellos aseguran que todo tenía el objetivo de mejorar la experiencia en el sitio. Sin embargo, con esos datos era muy sencillo conocer tendencias y afiliaciones políticas, cuestiones de suma importancia para un gobierno que gastó, tan sólo en 2017, $10,725 millones de pesos en publicidad.

Por lo pronto, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales ya inició una investigación. Esperemos que confirme lo que dice Cultura Colectiva y no se haya tratado de una maniobra digna de la pluma de George Orwell.

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