Redes Ocultas: ¿comprar un auto será algo del pasado?
Uber ha cambiado el mundo del transporte en las ciudades, Airbnb la industria de la hotelería y Netflix el mundo del entretenimiento. En menos de diez años la economía compartida ha cambiado por completo nuestra forma de vivir, se trata de un nuevo mundo: ya no somos propietarios, sólo realizamos constantes pagos para obtener servicios temporales.
Los grandes titanes de la tecnología actuaron mucho más rápido que las leyes y abrieron un mercado multimillonario que con el tiempo ha acabado a diversas industrias. En el negocio de los transportes uno piensa en los taxistas como la siguiente víctima, pero esta sharing economy podría acabar con la misma industria automotriz.
Sueños reales
Esta idea no es una quimera que me haya imaginado en un trayecto en el transporte público. Se trata de una posible realidad que conocí gracias a James Hackett, el actual CEO de la empresa que prácticamente creó a la industria automotriz: Ford.
Hackett recibió a la empresa estadounidense en números rojos, Forbes reportó que sus ganancias se redujeron en mil millones de dólares en la primera mitad del 2018, perdiendo terreno en todo mercado en el que compite.
Se necesitaba un gran giro para salvar al titán de la industria y nadie respiraba más la palabra “cambio” que Hackett, un antiguo fabricante de muebles que basa su visión en “la experiencia al usuario” en lugar de los motores.
El cambio no se reducirá a mejorar la experiencia de los pasajeros en el habitáculo, la visión de Hackett para el futuro de Ford es abandonar el negocio de la venta de vehículos por completo. Un cambio radical a su antecesor, Alan Mulally, que centró todo su enfoque en los automóviles.
Los primeros pasos para cumplir este extraño plan se dieron con el fin de todos sus modelos sedán, dejando únicamente el icónico Mustang y el Focus Active.
¿Qué espera el futuro?
Lejos de ser una extraña idea más, me parece que James Hackett podría tener toda la razón. No es barato tener un auto, poseer uno implica un seguro, impuestos, multas y gasolina que está en constante aumento. Claro, nada se comparará a poseer uno, pero la oferta de plataformas como Uber y la inminente llegada de los autos autónomos (que abaratarán el servicio) podría hacer que tener un vehículo sea algo innecesario.
El plan de Hackett todavía no es muy claro, los analistas han criticado su aproximación al asegurar que no tiene claro cómo resolver los problemas inmediatos de la marca. No obstante, él piensa que Ford se encargará de cubrir los “espacios blancos” del mercado, cubrir esos segmentos a los que ninguna compañía está virando.
Uno de estos espacios sería un “sistema operacional de transporte”, llamado the Living Street, un sistema operativo que coordinaría una ciudad inteligente del futuro donde todos los vehículos autónomos estarían interconectados en una nube, con lo que se evitarían las congestiones y los accidentes.
Sin duda una utopía automovilística que parece muy lejana. En lo que el tiempo nos demuestra quién tiene la razón, Hackett tendrá que encontrar una solución a los grandes problemas financieros de Ford, mientras que nosotros tendremos que salir a calles llenas de caos.
