Popobawa; el demonio sexual que aterroriza a África

En el año 2010 viajé a Tanzania, estuve trabajando cuatro días en los parques Ngorongoro y Serengeti, grabando programas para Difícil de creer. Estar ahí fue como visitar un zoológico, pero con los papeles invertidos. En esos lugares los animales habitan, duermen, pelean, cazan, se persiguen, copulan, rugen, barritan, chillan, corren libres; mientras los humanos, sobre todo los turistas, estamos en una jaula disfrazada de auto 4×4, observando con asombro y cautela el bello poder de la naturaleza sin domesticar.

Al terminar las grabaciones me dirigí en coche a un aeropuerto silvestre desde donde partió la pequeña avioneta que me llevó hasta Zanzíbar, la costa de los negros como significa su nombre, una región semiautónoma de Tanzania, el lugar donde nació el inigualable Freddie Mercury. Un sitio hermoso pero con un pasado muy doloroso que se respira en sus rincones; Zanzíbar fue siglos atrás uno de los centros de esclavos más importantes del mundo y las celdas que aún existen y puedes visitar te transportan a un escenario de terror en carne viva.

En Zanzíbar tuve el único día libre en mi estancia de un mes en África y lo aproveché para someterme a las poderosas manos de una mujer negra, fuerte, grande, nalgona y con una sonrisa generosa. Yo esperaba dormir mientras ella desenredaba mi espalda, pero quiso practicar su inglés y empezamos a conversar, de cualquier cosa sin importancia, sin interés para mí hasta que le pregunté de fantasmas. En ese momento ella se puso seria y empezó a contarme de un tipo de demonio que habita en Zanzíbar: Popobawa.

Me contó que Popobawa en Suajili significa “alas de murciélago”, y él es el responsable de atacar sexualmente a hombres, mujeres y niños por igual en la región. Popobawa es una bestia que tiene alas, orejas puntiagudas y un solo ojo, cuando tiene esta forma no es más grande que un murciélago, pero lo que preocupa a muchos habitantes, sobre todo de las zonas rurales, es que el Popobawa es capaz de cambiar de forma y transformarse en ser humano o en una especie de animal mamífero, y cuando lo hace visita las casas por las noches atacando a todos los miembros de la familia. Además, el Popobawa amenaza a sus víctimas para que cuenten sobre su visita, es decir, exige a mujeres y hombres violados por él que den testimonio de su acto, o de lo contrario repetirá la vista a la misma casa.

¿Mito o realidad? Cada pueblo tiene sus creencias y sus fantasmas.

Cierto es que la masajista me contó que tres años antes, es decir, en 2007, hubo una ola de ataques del Popobawa creando pánico en distintas poblaciones de Zanzíbar, incluso ella me aseguró que dejó de trabajar por una semana para no salir de su casa por el miedo de abandonar a sus hijos. Yo, que prefiero caminar por la ruta del escepticismo, no le creí, pero sí debo subrayar que su relato estaba impregnado de miedo y fe en lo maligno; no me estaba relatando algo por quedar bien con la curiosidad de un turista.

¿Y cuándo aparece el Popobawa? ¿En una fecha parecida al día de brujas? ¿Cuando se recuerda a un difunto? Me dijo que sus apariciones no tenían un día fijo asignado y que no se relacionaban con alguna costumbre marcada en el calendario.

Entonces, ¿cuál es el origen del Popobawa?

Primero hay que decir que los relatos de sus apariciones no van más allá de los años 70 del siglo pasado, o sea, es un demonio nacido en la generación X; una versión de su origen dice que es el espíritu vengativo del primer presidente de Zanzíbar, Abeid Amani Karume, quien fue asesinado en 1972 por ser de Malawi y no de Tanzania. Otra versión apunta que el Popobawa es una alegoría de los horrores de la esclavitud que se vivieron ahí; otros creen que la manera en que el Popobawa sodomiza a mujeres, pero también a hombres, tiene que ver con el hecho de que en Zanzíbar la homosexualidad es un delito, con penas de algunos años en la cárcel hasta cadena perpetua, así, la invención de este demonio podría ser una manera de saciar sus preferencias sexuales bajo el escudo de un demonio que agarra parejo.

Otras personas, estudiosas de fenómenos sociales que afectan a comunidades enteras, no descartan que la supuesta presencia del Popobawa sea una alucinación hipnogógica, es decir, una especie de trance, parecida al sonambulismo, durante el cual las personas tienen encuentros de distinto tipo mientras duermen.

Para suavizar la plática con la masajista zanzibareña, en broma le pregunté: “¿Qué harías si te seduce un Popobawa y te gusta?”.

Ella rió, me mostró sus manos grandes y con amplia sonrisa afirmó: “Estas manos han tocado tanta piel de hombre que tienen más maldad que cualquier demonio sexual”. Difícil de creer.